LAS COSAS INVISIBLES DE DIOS
por
OSCAR ENRIQUE TENES
INTRODUCCION:
Dios no es Dios, solo de lo visible, sino también de lo invisible. Uno de los llamados del nuevo pacto es: lo que establece Romanos 1:17 que dice “que el justo por la fe vivirá”, por consiguiente la fe se constituye en: “las cosas que no se ven, en las cosas invisibles”, esto derivado del concepto de fe que se da en Hebreos 11:1 “Es, pues, la fe la certeza de los que se espera, la convicción de lo que se ve” o sea la convicción de lo invisible; ahora bien, la principal característica de las cosas que no se ven es que estas, son eternas, mientras que las que se ven son temporales. La fe nos impulsa a vivir, ya servir a Dios con la mente, porque “nosotros tenemos la mente de Cristo” 1 Corintios 2:16, pero hablando de las cosas que no se ven aunque no se vean, estas se sienten, y las vemos con los ojos del entendimiento; hasta aquí es imprescindible que entendamos lo siguiente: Todo hijo de Dios tiene ojos naturales y ojos del entendimiento Efesios 1:18, en el antiguo pacto leemos que el profeta Óseas dijo en Óseas 4:6 “Mi pueblo fue destruido, porque le falto conocimiento”.
Uno de los principales objetivos del conocimiento bíblico, es que este, nos lleva a saber que es lo que Dios nos ha concedido 1 Corintios 2:12, pero tenemos que comprender que el conocimiento no se ve sino que es algo intangible; se nos llama creyentes obviamente porque creemos, veamos lo siguiente: Todos creemos en la ley de la gravedad, es decir creemos que: Todo lo que sube baja, esto lo creemos porque lo vemos con los ojos físicos, sin embargo Dios nos llama a creer lo que no se ve, fuimos predestinados para creer lo invisible de Dios, por ejemplo: La Biblia dice que estamos bendecidos, con toda bendición espiritual Efesios 1:3, pero en lo natural, algunas veces talvez eso no se ve, por la condición en lo físico que eventualmente estemos pasando, pero Dios quiere que veamos lo invisible de el, por eso el justo por la fe vivirá, debemos caminar por lo que creemos no por lo que vemos.
LO INVISIBLE DE DIOS
Si leemos en Romanos 1:18-20 que dice: “Porque la ira de Dios se revela desde el cielo contra toda impiedad e injusticia de los hombres que detienen con injusticia la verdad; porque lo que de Dios se conoce les es manifiesto, pues Dios se los manifestó. Porque las cosas invisibles de Dios, su eterno poder y deidad, se hacen claramente visibles desde la creación del mundo siendo entendidas por medio de las cosas hechas, de modo que no tienen excusa”
El máximo ejemplo de algo invisible que se hizo visible, fue cuando Dios que es espíritu se metió en un cuerpo llamado Jesús y se hizo visible. Algo que es innegable es que: Todos queremos ver lo invisible y lo visible de Dios; pero hay que entender que no podemos ver las cosas invisibles, de acuerdo con este pasaje las cosas invisibles son: Su eterno poder y su deidad. En otras palabras el poder de Dios es invisible y también es invisible su deidad o sea su divinidad, no nos podemos hacer imagen de Dios, no podemos decir aquí esta tu Dios y presentar algo visible, o bien presentar a algún hombre...
Un hecho importante es que: A Dios nadie lo ha visto y jamás lo veremos, por eso lo medular de Dios esta en las cosas invisibles, por ejemplo la deidad no se ve, y eso es sumamente importante, por consiguiente todos los Hijos de Dios debemos creer cosas que no se ven, que sin embargo si existen, por eso la Biblia dice en 1 Corintios 2:14 que “el hombre natural no percibe las cosas invisibles de Dios”, por ejemplo todos los cristianos confesamos que Jesucristo es el señor, que Jesucristo es Dios, pero eso no lo vemos.
OTRA COSA INVISIBLE DE DIOS ES EL ESPIRITU
1 Timoteo 6:15-16 “la cual a su tiempo mostrará el bienaventurado y solo Soberano, Rey de reyes, y Señor de señores, el único que tiene inmortalidad, que habita en luz inaccesible; a quien ninguno de los hombres ha visto ni puede ver, al cual sea la honra y el imperio sempiterno, Amén.
Para nosotros lo importante y nuestra apología o defensa es lo que esta escrito; denotan estos versículos que Dios es inmortal, no así nosotros, que por causa de nuestro cuerpo terrenal tenemos que pasar por el proceso de muerte física, pero esto no es algo malo, (Pablo dijo: “Para mi el vivir es Cristo y el morir es ganancia” Filipenses 1:21), Dios ya no, ahora bien el proceso de la muerte es pasar de un cuerpo terrenal a un cuerpo celestial 2 Corintios 5:1, 1 Corintios 15:40, porque la dadiva de Jesucristo es vida eterna Romanos 6:23, es necesario acotar que al espíritu no lo vemos; ahora mismo usted ve mi cuerpo, pero esta escuchando lo invisible de mi persona, es decir mi espíritu: Cuando el hombre muere físicamente el cuerpo se deshace, por consiguiente el cuerpo que yace en un ataúd es polvo; la vida que es el espíritu ya no esta, la Biblia dice que: “el espíritu es el que da vida, la carne para nada aprovecha” Juan 6:63. El espíritu quien lo da es Dios, pero ese se vuelve al cielo al morir Eclesiastés 12:7, pero Jesucristo es el que tiene la inmortalidad. Si en cualquier reunión preguntamos: ¿Cuantos han visto a Dios? La respuesta es: Nadie, de lo contrario estaríamos en contra de lo que dice la Biblia, entonces nadie ha visto a Dios ni lo vera. Esto implica que Dios no quiere que lo miremos, de otra manera Dios quiere que respetemos su deidad la cual es invisible, como hemos visto y vemos en la actualidad, los ídolos encienden la ira de Dios, pues de esta manera se esta semejando a Dios a algo que se ve, cayendo irremediablemente en idolatría; pero su deidad es invisible, el no quiere que lo veamos sino que lo entendamos a través de su palabra, es decir que nos ocupemos en lo invisible de él. Veamos más de lo invisible de Dios
Colosenses 1:15-16 “El es la imagen del Dios invisible, el primogénito de toda la creación. Porque en el fueron creadas todas las cosas, las que hay en los cielos y las que hay en la tierra, visibles e invisibles, sean tronos, sean dominios, sean principados, sean potestades; todo fue creado por medio de él y para él”
Dios es espíritu, por eso es invisible, de tal forma que el evangelio se convierte en locura porque hablamos de algo o alguien invisible; ahora podemos entender que: “Dios salva a los creyentes por la locura de la predicación” 1 Corintios 1:21, de tal forma que los no creyentes no son lo que creen en lo visible, sino los que creen en lo invisible, derivado de esto podemos comprender que la batalla de la fe es permanecer en lo invisible no en lo visible, la palabra de Dios en el evangelio de la gracia nos educa en las cosas que no se ven, de tal manera que la palabra de Dios es tremendamente importante para nuestras vidas, todos quieren ver a Dios, pero a Dios no lo podemos ver, por eso no podemos decir venga y conozca a Dios porque eso es imposible, ahora a Dios lo debemos conocer con los ojos del entendimiento Hebreos 8:11 lo dice claramente: “Y ninguno enseñara a su prójimo. Ni ninguno a su hermano, diciendo: Conoce al Señor; porque todos me conocerán. Desde el menor hasta el mayor de ellos”
Actualmente algunos dicen venga y desayune con el Señor, esto no es así, únicamente lo podemos conocer a través de su palabra, o sea que con los ojos físicos nunca veremos a Dios; Que interesante entender lo que dice el apóstol Pablo en el evangelio que: Debemos servir a Dios con la mente, o sea la única forma que vemos a Dios es con los ojos del entendimiento y manifestándose en nuestra vida, físicamente no, con los ojos naturales nunca lo vamos a ver, pues si buscamos a Dios con los ojos físicos, nunca lo veremos, que importante es comprender que cuando Dios llega a nuestra vida es cuando nuestros ojos del entendimiento son abiertos, esa era la oración de Pablo para los de la Iglesia de Éfeso, Efesios 1:18. Cuando vemos a Dios con los ojos del entendimiento, al entender las cosas invisibles de él, Dios nos manda a caminar en lo que no se ve, Dios ya cumplió sus promesas en nosotros, él ya esta en nosotros Colosenses 1:27, pero Dios nos esta formando día tras día a través del conocimiento de su evangelio Galatas 4:19, derivado de esto con, esto es con el conocimiento del evangelio ya no somos los mismos.
Fuera de Dios no hay nada; no es que lo hacemos o dejemos de hacer, es lo que creemos, nuestra vida le pertenece al invisible, por eso podemos entender a Dios, creyendo en él; pero no es que podamos verlo, si decimos que hemos vista a Dios haríamos al evangelio mentiroso, y eso es religiosidad, entonces no podemos decir hemos visto a Dios o que el nos ha hablado físicamente, entendamos amados hermanos solo escuchamos la voz de Dios a través del hombre interior, es decir a través del espíritu, a través de los ojos del entendimiento. Sin embargo en el Antiguo Pacto el espíritu de Dios descendía sobre algunos, pero ahora nosotros en este nuevo Pacto establecido sobre mejores promesas Hebreos 8:6 Dios se metió en nosotros, y Cristo en vosotros la esperanza de gloria Colosenses 1:27, “todo lo podemos en Cristo que nos fortalece” Filipenses 4:13.
Dentro de nuestra función de liderazgo en el cuerpo de Cristo, Dios no nos ha puesto a supervisar a los hermanos (esto lo hace Dios), sino para amarlos, entonces a Dios no lo podemos ver pues es invisible, por consiguiente su poder (el evangelio Romanos 1:16) y su deidad son invisibles, comprendiendo entonces que Dios esta en nosotros, entonces si queremos conocer a Dios, estudiemos su evangelio. Por consiguiente nosotros no somos lo que vemos sino lo que Dios ha hecho en nosotros.
DIOS ES EL CREADOR DE TODO
En la Biblia la existencia de Dios se da por algo lógico Génesis 1:1 dice: “En el principio creó Dios los cielos y la tierra”
No se prueba la existencia de Dios por medio de algo visible, sin embargo Dios no solo creo lo visible sino también lo invisible esto implica que Dios creó cosas invisibles, nosotros tenemos que caminar en lo invisible, por ejemplo: nos pueden decir que tenemos cáncer, pues creamos a lo invisible pues por sus llagas fuimos nosotros curados Isaías 53:4-5, si somos creyentes creemos en lo invisible, lo cual se torna en manifestación en las cosas visibles, lo visible es temporal, lo invisible es eterno, la formación de Cristo en nosotros es creer lo invisible y tornarlo en visible, por eso Pablo sufría dolores de parto por los galatas hasta que Cristo se formara en ellos Galatas 4:19, dicho de otra manera lo invisible manifestado en lo visible, lo que dice el evangelio es donde nosotros nos tenemos que establecer, no son las noticias que nos amedrentan, NO, debemos establecernos en lo que dice en el evangelio, esto es en lo invisible.
A todo hijo de Dios también nos habla la voz de la carne, que es iniquidad, por ejemplo al encender un televisor: todo que lo vemos y oímos es: guerras, todo es violencia y daños, existe terrorismo por doquier, eso naturalmente mata y perjudica, eso es lo que se ve, o sea las cosas visibles, también las cosas visibles son: plagas y pestilencias, pero nosotros somos llamados a vivir en lo invisible, no estamos en la tierra estamos en lugares celestiales Efesios 2:6, juntamente con Cristo. Todos los hijos de Dios podemos tener los ojos en la tierra y también ponerlos en los lugares celestiales; hay que dividir la carne y el espíritu, los ojos físicos y los ojos del entendimiento, dividir lo visible y lo invisible, pero esto no es hipocresía, la ley de Moisés fue dada para la carne, esto es para lo visible, pero el evangelio fue dado para lo invisible, el evangelio fue dado para los valientes que caminan por la fe que dicen si Dios lo dice, yo lo creo pero no somos felices si caminamos por lo visible, sin embargo puede eventualmente suceder, que si nos descuidamos comenzamos a ver lo visible, y solo salen quejas de nuestra boca que no traen gozo, no traen satisfacción, todo en esta tierra es vanidad de vanidades, todo es aflicción, dijo Salomón, si nos dedicamos ver lo visible caemos en estrés, y algunas otras enfermedades, y esto no es vida en abundancia.
Todos hemos peleado o altercado, o nos gusta pelear con Dios Romanos 9:20 por ejemplo cuando decimos ¿porque Dios me hiciste eso?, sin embargo todo lo que nos acontece es para aprender, para formar carácter en nosotros, para ver lo invisible para no poner la esperanza en las cosas visibles, por ejemplo perdimos dinero para no poner nuestra esperanza en el dinero, que es visible, sino poner los ojos del entendimiento en Dios, entonces Dios creo cosas visibles e invisibles pero si ponemos la mirada en lo visible, recordemos que a esta vida no hemos traído nada y nada nos llevaremos 1 Timoteo 6:7, no pongamos nuestra esperanza en las cosas visibles, Dios valora lo intangible, por eso el reino de Dios no es comida ni bebida, sino las cosas invisibles Romanos 14:17, y Dios honra lo invisible.
¿QUE ES LA FE?
Hebreos 11:1 “Es pues, la fe la certeza de los que se espera, la convicción de lo que no se ve”
Se piensa que andar en fe es una repetición vana de palabras, No, la fe fue dada para crear una convicción en nosotros, la fe es una convicción que llega a nuestro corazón, la fe se establece en nosotros, es decir dentro de nosotros a través del sacrificio de Jesucristo, recuerde que él es el autor y consumador de la fe Hebreos 12:2, Dios quiere hacer de nosotros hombres de convicciones, hombres de principios.
La convicción de lo invisible, dentro del evangelio de la gracia Dios es que: Dios va formando, para no poner nuestra esperanza en lo visible; vemos en la humanidad que existen hombres que tienen todo, pero no son felices, pero nosotros los Cristianos entendemos que la felicidad esta en las convicciones, no en la riquezas materiales, es decir creyendo lo que Cristo hizo por nosotros en la cruz del calvario, esto implica que crear a Cristo en nosotros, es crear en nosotros una gran cantidad de convicciones que no se ven, por ejemplo la gente cree mas que están mal, que creer que están bien, eso es erróneo, la Biblia nos dice que somos dueños de todo 1 Corintios 3:21; el mundo de Dios subsiste aparte de este mundo. Por consiguiente existe el mundo carnal y el mundo espiritual, entonces debemos caminar en el espíritu no satisfaciendo los deseos de la carne galatas 5:16, por ejemplo: Algunos dicen no puedo sembrar u ofrendar, porque estoy mal económicamente, el problema es que si no sembramos no cosechamos Galatas 6:7.
Dios reconcilio consigo todas las cosas 2 Corintios 5:19, pero nosotros no las hemos reconciliado aún, pues nos preocupamos por nada, recordemos que Dios no nos ha dado espíritu de temor sino de poder 2 Timoteo 1:7, el temor detiene nuestra decisiones por eso no progresamos, y ese no es el espíritu que Dios nos ha dado. Si Dios por nosotros, quien contra nosotros Romanos 8:31.
CONCLUSIÓN:
Vamos a concluir con un ejemplo de alguien que prefirió las cosas invisibles de Dios a las visibles, leamos Hebreos 11:23-27 “Por la fe Moisés, cuando nació, fue escondido por sus padres por tres meses porque le vieron niño hermoso, y no temieron el decreto del rey. Por la fe Moisés, hecho ya grande rehusó llamarse hijo de la hija de Faraón, escogiendo antes ser maltratado con el pueblo de Dios que gozar de los deleites temporales del pecado, teniendo por mayores riquezas el vituperio de Cristo que los tesoros de los egipcios; porque tenia puesta la mirada en el galardón. Por la fe dejo a Egipto, no temiendo la ira del rey, porque se sostuvo como viendo al invisible”
La Biblia dice que: “Sin fe es imposible agradar a Dios” Hebreos 11:6, o sea que Dios se agrada cuando creemos lo invisible de él, nuestros pensamientos no son los pensamientos de Dios Jehová se hizo carne y nos dio a Jesucristo que es nombre sobre todo nombre, hermano amado en Jesucristo, tenemos que tener nuestra mirada en el galardón, Dios prometió vida y vida en abundancia para nosotros Juan 10:10, esto es viendo lo invisible de Dios, así como vida eterna Juan 10:28, pero si no vemos lo invisible nos acarrea problemas, si analizamos que el fruto del espíritu es “amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe, mansedumbre, templanza” Galatas 5:22, como testimonio les digo que los momentos mas felices que yo he tenido en mi vida se han dado cuando entiendo algo mas del evangelio de la gracia; esa realmente es mi prosperidad, mi grande galardón, pero mientras mas nos da Dios mas se nos requiere. ¡Gloria a nuestro Dios!
e hënë, 10 mars 2008
LA SOBERANÍA DE DIOS
LA SOBERANÍA DE DIOS
por
OSCAR ENRIQUE TENES
INTRODUCCIÓN:
De acuerdo a lo que textualmente encontramos en la Biblia en la carta a los Hebreos 2:14 “Así que, por cuanto los hijos participaron de carne y sangre, el también participo de lo mismo, para destruir por medio de la muerte al que tenia el imperio de la muerte esto es, al diablo”. Es importante que analicemos con detalle este y cada uno de los versículos de la Palabra de Dios.
DIOS ES EL QUE GOBIERNA TODO:
Entonces vale la pena preguntarnos ¿Quién dirige los asuntos en la tierra hoy día, Dios o el diablo? Se admite generalmente que Dios reina en el cielo; pero se niega casi universalmente, que lo haga en este mundo. Los hombres, en sus filosofías y teorías, tratan cada vez más de relegar a Dios a segundo término. No sólo se niega que Dios lo creó todo (tanto lo bueno como lo malo) como dice Lamentaciones 3:37 ‘‘¿Quien será aquel que diga que sucedió algo que el Señor no mando? ¿De la boca del Altísimo no sale lo malo y lo bueno?'‘. No debemos pues sorprendernos de que los hombres, en sus conceptos degradados, excluyan a Dios de la esfera de los asuntos humanos. En toda la cristiandad, con excepciones casi insignificantes, se sostiene la teoría de que el hombre determina su suerte y decide su destino por su propio “libre albedrío" lo cual atenta contra la Soberanía de Dios ( es importante acotar que la Biblia no menciona la frase libre albedrío), por eso mismo el Apóstol Pablo el que fue elegido como perito arquitecto y a Quien se le dio el evangelio de la gracia escribe en Romanos 11:36 Porque de el, y por él, y para él, son todas las cosas. Dios el soberano es el Creador de todo, incluso él creo al diablo (Isaías 54:16) pero así mismo lo destruyo en la cruz (Hebreos 2:14) Se cree también que Satanás tiene la culpa de gran parte del mal que existe en el mundo, eso es un absurdo. Con esto atribuyen al diablo lo que de hecho procede de ellos mismos (Mar.7: 21-23)
DONDE ESTA EL MAL?
El Apóstol Pablo nos muestra en su carta a los Romanos 7:18 al 25 que todo el mal esta en nuestra carne no en ninguna fuerza externa, esta en nosotros 7:18 dice: Y yo se que en mi, esto es en mi carne no mora el bien, 7:21 dice el mal esta en mi, 7:24 quien me librara de este cuerpo de muerte?
Pero concentremos nuestra atención en el aspecto religioso. Después de veinte siglos, Cristo es aún “Despreciado y desechado entre los hombres". Peor aun, muy pocos son los que proclaman y engrandecen al Cristo de la Biblia, AL Cristo resucitado y que es expuesto en el evangelio a través de las epístolas del nuevo pacto dadas por revelación al Apóstol Pablo. En la mayoría de los púlpitos modernos se le deshonra y niega. ¿Dan estas cosas la impresión de que no fuera Dios quien estaba dirigiendo el mundo?.
¿Quién gobierna las cosas de la tierra actualmente? ¿Dios o el diablo? ¿Cuál es la impresión que sacan los hombres que regularmente no asisten a las iglesias, que a veces asisten a un servicio religioso? ¿Cuáles son los conceptos que se forman aun los que oyen a predicadores considerados como “ortodoxos?” ¿Acaso esta impresión no es la de que los cristianos creen en un Dios decepcionado?
¿No es cierto, pues, que para la mayoría de los religiosos todo parece indicar que el diablo tiene, en efecto, mucho más que ver con los negocios de la tierra que Dios? ¡Ah! Con esto se esta teniendo en muy poco lo que Dios vestido en carne y sangre en un cuerpo llamado Jesús vino a hacer en la cruz donde hizo tres cosas trascendentales:
a. Destruyo al al que tenia el imperio de la muerte esto es al diablo (Hebreos 2:14)
b. Quito el pecado del medio (Hebreos 9:26)
c. Elimino y abolió la ley de Moisés (Romanos 10:4, Colosenses 2:14)
Lector: ¿estás basando tus pensamientos sobre este mundo y la relación de Dios con el mismo, en lo que ves? Enfréntate seria y honradamente con esta pregunta. Y si eres cristiano, muy probablemente tendrás motivos para agachar la cabeza avergonzado y reconocer que efectivamente es así. Es lamentable que en realidad andemos tan poco “por la fe". Pero, ¿qué significa andar “andar por la fe?” Significa que nuestros pensamientos son formados, nuestras acciones reguladas, y nuestras vidas moldeadas por el Evangelio de Gracia, pues, “la fe es por el oír, y el oír por la Palabra de Dios” (ROM.10: 17) Es la en Palabra de Verdad, y solo en ella, que podemos aprender cuál es la relación de Dios con este mundo.
QUIEN DIRIGE EL ORDEN DE ESTE MUNDO?
¿Quién ordena actualmente todo lo que ocurre aquí abajo? ¿Dios, o el diablo? ¿Qué dice La Biblia? Si creemos en sus declaraciones claras y positivas, no hay lugar para la incertidumbre. Afirman una y otra vez que Dios se sienta en el trono del universo; que la Autoridad está en sus manos; que Él lo dirige todo “según el consejo de su voluntad" (Efesios 1:11) Nos lo presenta, no solo como el Hacedor de todo lo creado, sino también como el Gobernante y Rey de las obras de sus manos. Afirman que Dios es el “Todopoderoso”, que su voluntad es irrevocable, que es soberano absoluto en todas las esferas de sus vastos dominios. E indudablemente es preciso que así sea. Sólo hay dos alternativas posibles: que Dios dirija o que sea dirigido; que domine o que sea dominado; que haga su propia voluntad o que sus criaturas se lo impidan. Si admitimos el hecho de que Él es el “Altísimo”, el solo Poderoso y Rey de reyes, revestido de su perfecta sabiduría y poder ilimitado la conclusión de que ha de ser Dios de hecho, tanto como de nombre, es ineludible, o sea Dios hace todo Eclesiastés 7:14 “En el día del bien goza del bien y él el día de la adversidad considera. Dios hizo tanto lo uno como lo otro”, así mismo el gran Apóstol a los Gentiles Pablo en su carta a los Romanos en él capitulo 9 versículos del 20 al 23 claramente enfoca la soberanía del Creador en la Salvación.
Por eso, aunque el mundo esté sobrecogido por el terror, la palabra para el creyente es “no temas". “Todas las cosas” están sujetas a Su control directo; “todas las cosas” se desarrollan conforme a su eterno propósito, y, por tanto, todas las cosas “ayudan a bien a los que aman a Dios, a los que son llamados conforme a su propósito" Romanos 8:28. Es preciso que sea así, pues “Porque de Él, y por medio de Él y para Él son todas las cosas” (ROM.11: 36)
El hombre no es más que un hijo de Dios. Dios es el Creador; y siglos incontables antes que el hombre viera la luz por primera vez, “el Dios fuerte” (Isa.9: 6) existía ya; y antes que el mundo fuera fundado trazó Sus planes. Siendo infinito en poder -el hombre sólo finito- su propósito y designio no pueden ser resistidos u obstaculizados por las criaturas de sus manos. Job 38: 4-7, 21.
Sin embargo conviene decir muy enfáticamente que el corazón solo puede hallar consuelo y gozo en la bendita verdad de la soberanía absoluta de Dios en tanto que se ejercite la fe. La fe se ocupa continuamente de Dios, Ese es su carácter. La fe se sostiene “como quien ve al invisible” (Heb.11: 27); Soporta los desengaños, las dificultades, y todos los pesares de la vida, reconociendo que todo viene de la mano de Dios que es infinitamente sabio. Si atribuimos lo que ocurre a cualquier otra causa que no sea Dios mismo, no habrá reposo para el espíritu, veamos lo que dice Lamentaciones 3:37 “¿Quién será aquel que diga que sucedió algo que el Señor no mando? Mas si recibimos todo cuanto afecta a nuestras vidas como de su mano, entonces, sean cuales fueren las circunstancias o lo que nos rodea, tanto si estamos en una choza como encerrados en una prisión o en una hoguera martirizados, nos será dado poder para decir: “Los linderos me han tocado en lugar placentero”; (Sal.16: 6.). He aquí el lenguaje de la fe, y no el de la vista ni de los sentidos.
Aún admitiendo que hay muchas cosas en este mundo y sufrimientos que nos desaniman y entristecen; aun admitiendo que muchos aspectos de la providencia de Dios nos sobrecogen y aturden, no es razón suficiente para que nos unamos al incrédulo y al hombre natural que dice: “Si yo fuera Dios, no permitiría esto ni toleraría aquello". Es mucho mejor, en presencia del misterio que nos deja perplejos, decir con el salmista: “Enmudecí; no abrí mi boca, porque tú eres quien lo hizo” (Sal.39:9) El Evangelio nos dice que los juicios de Dios son “incomprensibles”, y sus caminos “inescrutables” (ROM.11: 33) Así debe ser si la fe ha de ser probada, si la confianza en Su sabiduría y justicia ha de ser fortalecida, y la sumisión a Su santa voluntad ha de ser sostenida.
Sabemos perfectamente que lo que acabamos de escribir está en abierta oposición a la mayor parte de lo que normalmente se enseña hoy en día tanto en la literatura religiosa como en los púlpitos representativos. Admitimos gustosamente que el postulado de la Soberanía de Dios, con toda su consecuencia, contradice en forma directa las opiniones y pensamientos del hombre natural. En verdad, la mente carnal es completamente incapaz de pensar en estas cosas; no está capacitada para evaluar debidamente(sin embargo I Corintios 2:16 dice “más nosotros tenemos la mente de Cristo” el carácter y los caminos de Dios, y por esto Dios nos ha dado una revelación con toda claridad: “mis pensamientos no son vuestros pensamientos, ni vuestros caminos, son mis caminos, dice el Señor ( Isaías 55:8) Como son mas altos los cielos que la tierra, así mis caminos son mas altos que vuestros caminos, y mis pensamientos más altos que vuestros pensamientos” (Isa.55: 8,9) A la luz de este texto, solo cabe esperar que gran parte del contenido de la Biblia choque con el sentir de la mente carnal, que es enemistad contra Dios (Romanos 8:7) Por consiguiente, no apelamos a las creencias hoy día popular, ni a los credos de las Iglesias. Todo lo que pedimos es un examen imparcial y atento de lo que hemos escrito, y que esto se haga a la luz de la Lámpara de la Verdad. Que el lector esté atento a la exhortación Divina: “Examinadlo todo, retened lo bueno” (1Tes.5:21)
por
OSCAR ENRIQUE TENES
INTRODUCCIÓN:
De acuerdo a lo que textualmente encontramos en la Biblia en la carta a los Hebreos 2:14 “Así que, por cuanto los hijos participaron de carne y sangre, el también participo de lo mismo, para destruir por medio de la muerte al que tenia el imperio de la muerte esto es, al diablo”. Es importante que analicemos con detalle este y cada uno de los versículos de la Palabra de Dios.
DIOS ES EL QUE GOBIERNA TODO:
Entonces vale la pena preguntarnos ¿Quién dirige los asuntos en la tierra hoy día, Dios o el diablo? Se admite generalmente que Dios reina en el cielo; pero se niega casi universalmente, que lo haga en este mundo. Los hombres, en sus filosofías y teorías, tratan cada vez más de relegar a Dios a segundo término. No sólo se niega que Dios lo creó todo (tanto lo bueno como lo malo) como dice Lamentaciones 3:37 ‘‘¿Quien será aquel que diga que sucedió algo que el Señor no mando? ¿De la boca del Altísimo no sale lo malo y lo bueno?'‘. No debemos pues sorprendernos de que los hombres, en sus conceptos degradados, excluyan a Dios de la esfera de los asuntos humanos. En toda la cristiandad, con excepciones casi insignificantes, se sostiene la teoría de que el hombre determina su suerte y decide su destino por su propio “libre albedrío" lo cual atenta contra la Soberanía de Dios ( es importante acotar que la Biblia no menciona la frase libre albedrío), por eso mismo el Apóstol Pablo el que fue elegido como perito arquitecto y a Quien se le dio el evangelio de la gracia escribe en Romanos 11:36 Porque de el, y por él, y para él, son todas las cosas. Dios el soberano es el Creador de todo, incluso él creo al diablo (Isaías 54:16) pero así mismo lo destruyo en la cruz (Hebreos 2:14) Se cree también que Satanás tiene la culpa de gran parte del mal que existe en el mundo, eso es un absurdo. Con esto atribuyen al diablo lo que de hecho procede de ellos mismos (Mar.7: 21-23)
DONDE ESTA EL MAL?
El Apóstol Pablo nos muestra en su carta a los Romanos 7:18 al 25 que todo el mal esta en nuestra carne no en ninguna fuerza externa, esta en nosotros 7:18 dice: Y yo se que en mi, esto es en mi carne no mora el bien, 7:21 dice el mal esta en mi, 7:24 quien me librara de este cuerpo de muerte?
Pero concentremos nuestra atención en el aspecto religioso. Después de veinte siglos, Cristo es aún “Despreciado y desechado entre los hombres". Peor aun, muy pocos son los que proclaman y engrandecen al Cristo de la Biblia, AL Cristo resucitado y que es expuesto en el evangelio a través de las epístolas del nuevo pacto dadas por revelación al Apóstol Pablo. En la mayoría de los púlpitos modernos se le deshonra y niega. ¿Dan estas cosas la impresión de que no fuera Dios quien estaba dirigiendo el mundo?.
¿Quién gobierna las cosas de la tierra actualmente? ¿Dios o el diablo? ¿Cuál es la impresión que sacan los hombres que regularmente no asisten a las iglesias, que a veces asisten a un servicio religioso? ¿Cuáles son los conceptos que se forman aun los que oyen a predicadores considerados como “ortodoxos?” ¿Acaso esta impresión no es la de que los cristianos creen en un Dios decepcionado?
¿No es cierto, pues, que para la mayoría de los religiosos todo parece indicar que el diablo tiene, en efecto, mucho más que ver con los negocios de la tierra que Dios? ¡Ah! Con esto se esta teniendo en muy poco lo que Dios vestido en carne y sangre en un cuerpo llamado Jesús vino a hacer en la cruz donde hizo tres cosas trascendentales:
a. Destruyo al al que tenia el imperio de la muerte esto es al diablo (Hebreos 2:14)
b. Quito el pecado del medio (Hebreos 9:26)
c. Elimino y abolió la ley de Moisés (Romanos 10:4, Colosenses 2:14)
Lector: ¿estás basando tus pensamientos sobre este mundo y la relación de Dios con el mismo, en lo que ves? Enfréntate seria y honradamente con esta pregunta. Y si eres cristiano, muy probablemente tendrás motivos para agachar la cabeza avergonzado y reconocer que efectivamente es así. Es lamentable que en realidad andemos tan poco “por la fe". Pero, ¿qué significa andar “andar por la fe?” Significa que nuestros pensamientos son formados, nuestras acciones reguladas, y nuestras vidas moldeadas por el Evangelio de Gracia, pues, “la fe es por el oír, y el oír por la Palabra de Dios” (ROM.10: 17) Es la en Palabra de Verdad, y solo en ella, que podemos aprender cuál es la relación de Dios con este mundo.
QUIEN DIRIGE EL ORDEN DE ESTE MUNDO?
¿Quién ordena actualmente todo lo que ocurre aquí abajo? ¿Dios, o el diablo? ¿Qué dice La Biblia? Si creemos en sus declaraciones claras y positivas, no hay lugar para la incertidumbre. Afirman una y otra vez que Dios se sienta en el trono del universo; que la Autoridad está en sus manos; que Él lo dirige todo “según el consejo de su voluntad" (Efesios 1:11) Nos lo presenta, no solo como el Hacedor de todo lo creado, sino también como el Gobernante y Rey de las obras de sus manos. Afirman que Dios es el “Todopoderoso”, que su voluntad es irrevocable, que es soberano absoluto en todas las esferas de sus vastos dominios. E indudablemente es preciso que así sea. Sólo hay dos alternativas posibles: que Dios dirija o que sea dirigido; que domine o que sea dominado; que haga su propia voluntad o que sus criaturas se lo impidan. Si admitimos el hecho de que Él es el “Altísimo”, el solo Poderoso y Rey de reyes, revestido de su perfecta sabiduría y poder ilimitado la conclusión de que ha de ser Dios de hecho, tanto como de nombre, es ineludible, o sea Dios hace todo Eclesiastés 7:14 “En el día del bien goza del bien y él el día de la adversidad considera. Dios hizo tanto lo uno como lo otro”, así mismo el gran Apóstol a los Gentiles Pablo en su carta a los Romanos en él capitulo 9 versículos del 20 al 23 claramente enfoca la soberanía del Creador en la Salvación.
Por eso, aunque el mundo esté sobrecogido por el terror, la palabra para el creyente es “no temas". “Todas las cosas” están sujetas a Su control directo; “todas las cosas” se desarrollan conforme a su eterno propósito, y, por tanto, todas las cosas “ayudan a bien a los que aman a Dios, a los que son llamados conforme a su propósito" Romanos 8:28. Es preciso que sea así, pues “Porque de Él, y por medio de Él y para Él son todas las cosas” (ROM.11: 36)
El hombre no es más que un hijo de Dios. Dios es el Creador; y siglos incontables antes que el hombre viera la luz por primera vez, “el Dios fuerte” (Isa.9: 6) existía ya; y antes que el mundo fuera fundado trazó Sus planes. Siendo infinito en poder -el hombre sólo finito- su propósito y designio no pueden ser resistidos u obstaculizados por las criaturas de sus manos. Job 38: 4-7, 21.
Sin embargo conviene decir muy enfáticamente que el corazón solo puede hallar consuelo y gozo en la bendita verdad de la soberanía absoluta de Dios en tanto que se ejercite la fe. La fe se ocupa continuamente de Dios, Ese es su carácter. La fe se sostiene “como quien ve al invisible” (Heb.11: 27); Soporta los desengaños, las dificultades, y todos los pesares de la vida, reconociendo que todo viene de la mano de Dios que es infinitamente sabio. Si atribuimos lo que ocurre a cualquier otra causa que no sea Dios mismo, no habrá reposo para el espíritu, veamos lo que dice Lamentaciones 3:37 “¿Quién será aquel que diga que sucedió algo que el Señor no mando? Mas si recibimos todo cuanto afecta a nuestras vidas como de su mano, entonces, sean cuales fueren las circunstancias o lo que nos rodea, tanto si estamos en una choza como encerrados en una prisión o en una hoguera martirizados, nos será dado poder para decir: “Los linderos me han tocado en lugar placentero”; (Sal.16: 6.). He aquí el lenguaje de la fe, y no el de la vista ni de los sentidos.
Aún admitiendo que hay muchas cosas en este mundo y sufrimientos que nos desaniman y entristecen; aun admitiendo que muchos aspectos de la providencia de Dios nos sobrecogen y aturden, no es razón suficiente para que nos unamos al incrédulo y al hombre natural que dice: “Si yo fuera Dios, no permitiría esto ni toleraría aquello". Es mucho mejor, en presencia del misterio que nos deja perplejos, decir con el salmista: “Enmudecí; no abrí mi boca, porque tú eres quien lo hizo” (Sal.39:9) El Evangelio nos dice que los juicios de Dios son “incomprensibles”, y sus caminos “inescrutables” (ROM.11: 33) Así debe ser si la fe ha de ser probada, si la confianza en Su sabiduría y justicia ha de ser fortalecida, y la sumisión a Su santa voluntad ha de ser sostenida.
Sabemos perfectamente que lo que acabamos de escribir está en abierta oposición a la mayor parte de lo que normalmente se enseña hoy en día tanto en la literatura religiosa como en los púlpitos representativos. Admitimos gustosamente que el postulado de la Soberanía de Dios, con toda su consecuencia, contradice en forma directa las opiniones y pensamientos del hombre natural. En verdad, la mente carnal es completamente incapaz de pensar en estas cosas; no está capacitada para evaluar debidamente(sin embargo I Corintios 2:16 dice “más nosotros tenemos la mente de Cristo” el carácter y los caminos de Dios, y por esto Dios nos ha dado una revelación con toda claridad: “mis pensamientos no son vuestros pensamientos, ni vuestros caminos, son mis caminos, dice el Señor ( Isaías 55:8) Como son mas altos los cielos que la tierra, así mis caminos son mas altos que vuestros caminos, y mis pensamientos más altos que vuestros pensamientos” (Isa.55: 8,9) A la luz de este texto, solo cabe esperar que gran parte del contenido de la Biblia choque con el sentir de la mente carnal, que es enemistad contra Dios (Romanos 8:7) Por consiguiente, no apelamos a las creencias hoy día popular, ni a los credos de las Iglesias. Todo lo que pedimos es un examen imparcial y atento de lo que hemos escrito, y que esto se haga a la luz de la Lámpara de la Verdad. Que el lector esté atento a la exhortación Divina: “Examinadlo todo, retened lo bueno” (1Tes.5:21)
EL PERFECTO AMOR DE DIOS
EL PERFECTO AMOR DE DIOS
por R.M. McCheyne
«En amor no hay temor; mas el perfecto amor echa fuera el temor: porque el temor tiene pena. De donde el que terne, no está perfecto en el amor. Nosotros le amamos a Él, porque ]ti nos amó primero. Si alguno dice: Yo amo a Dios y aborrece a su hermano, es mentiroso. Porque el que no ama a su hermano al cual ha visto, ¿cómo puede amar a Dios a quien no ha visto? Y nosotros tenemos este mandamiento de 21: Que el que ama a Dios, ame también a su hermanos" (I Juan 4:18-21).
"El perfecto amor echa fuera el temor".
1. LA SITUACIÓN DE UN ALMA DESPERTADA
"El temor tiene pena". En la Biblia se mencionan dos clases de temor, siendo muy opuestos el uno del otro. El uno es el temor que se respira en la misma atmósfera del cielo, mientras que el otro es el que se respira en el ambiente del infierno.
1. Hay el temor del amor. - Es el temor que se halla en la manera de ser del niño: el temor del Señor, que es el principio de la sabiduría. Es el temor de Job, de quien se nos dice que era "temeroso de Dios y apartado del mal" SI, es el mismo espíritu que había en el Señor Jesús. Sobre Él posaba "el espíritu del temor del Señor".
2. Hay también el temor del terror. - Es el que caracteriza la manera de ser de los demonios: "El diablo cree y tiembla". Este temor es el que hubo en Adán después de la caída. Junto con Eva huyó de Dios al oír su voz y trató de esconderse tras alguno de los árboles del huerto del Edén. Éste fue el temor del carcelero de Filipos cuando, temblando y corriendo a los misioneros Pablo y Silas, derribándose a sus pies, dijo: "Señores, ¿qué es menester que yo haga para ser salvo?" Éste es el temor a que nos estamos refiriendo, el temor del tormento. "El temor tiene -pena". Algunos de vosotros habéis tenido alguna vez este temor que tiene pena. Muchos más podrían sentirlo hoy; está a vuestro alcance experimentarlo, pues se halla en ciernes en vuestra condición de perdidos. Permitidme explicaros cómo se produce en el alma.
Primero: El hombre natural se desentiende de él y lo ahuyenta absteniéndose de presentarse delante de Dios y evitando todo aquello que -dice- le ocasiona complicaciones. "Quieto estuvo Moab desde su mocedad y sobre sus heces ha estado él reposado y no fue trasegado de vaso en vaso, ni nunca fue en cautiverio; por tanto, quedó su sabor en él, y su olor no se ha trocado" (Jer..48:11). El hombre natural es como un campo que nunca ha sido removido con el arado y que se encuentra completamente cubierto de espinos y cardos. ¿Hay entre vosotros alguien que nunca ha temblado por su alma? Muchos de vosotros pensáis que sois mejores que vuestros vecinos. ¡Ay! que vuestro dulce, pero funesto sueño bien pronto será roto y despertaréis a la triste realidad.
Segundo: Cuando el Espíritu de Dios abre los ojos del hombre natural, hace que tiemble aún cuando sea el más osado y desvergonzado de los pecadores. El Espíritu Santo le muestra el número de sus pecados y hasta diríamos que no le muestra el número de ellos porque no pueden ser contados. Antes de la obra del Espíritu Santo tenía una memoria que fácilmente olvidaba sus pecados; las blasfemias se desbordaban por su lengua y ni siquiera se enteraba. Cada día que transcurría añadía nuevos pecados en la negra lista que llena las páginas del libro de Dios y él ni se daba cuenta. Sin embargo, ahora el Espíritu de Dios le ha hecho sentir el Peso de ellos y la visión de ellos está siempre presente delante de él. Todos los pecados no perdonados, todas las barbaridades cometidas hace ya mucho tiempo -aunque. hasta ahora completamente olvidadas--- se levantan ante él acusándole y produciendo el temor de que estamos hablando. "Me han cercado males hasta no haber cuento: hanme comprendido mis maldades y no puedo levantar la vista" (Salmo 40:12).
Tercero: El Espíritu Santo hace sentir al hombre la grandeza de su pecado y la tremenda pecaminosidad del mismo. Antes consideraba al pecado como si fuese algo de escasa importancia, como un fantasma producto de una mente débil y supersticiosa, pero ahora se yergue ante él como. un diluvio en el que habrá de perecer anegado. Siente que la ira de Dios pesa sobre él, le parece que un tremendo sonido de condenación azota sus oídos. Entonces no sabe qué hacer y su temor tiene pena. El pecado aparece ahora como una tremenda ofensa contra un Dios tres veces Santo, contra un Dios que es amor y contra el Señor Jesucristo y su amor.
Cuarto: Una tercera cosa que atormenta tremendamente al alma es el descubrimiento de la corrupción que hay en su corazón. Frecuentemente las personas que han sido redargüidas de pecado por el Espíritu Santo, son llevadas a experimentar la espantosa obra que se mueve en su corazón. A menudo la tentación y la convicción de pecado aparecen tan íntimamente relacionadas que producen un tremendo tormento que llena de pena el corazón, la pena del temor, pena que destroza el corazón. La convicción de pecado lacera su corazón incitándole a huir de la ira que vendrá, pero por otro lado y en el mismo instante alguna baja pasión ruge, o algún pecaminoso pensamiento de envidia o malicia en una cualquiera de las cincuenta mil maneras que tiene de manifestarse bulle en el seno del corazón arrastrándolo hacia el infierno. Entonces el hombre siente que el infierno se halla dentro de él. En el infierno habrá mucho de esta, mixtura, mucho de esta mezcla de experiencia: abundará el temor irrefrenable de la ira de Dios, el espanto de sus juicios siempre renovados y también aparecerá, en todo su tremendo horror, la corrupción hirviendo en el seno haciendo a las almas más intolerables el castigo. Lo que podríamos llamar primicias de esta experiencia a menudo ha sido sentido por más de uno aquí en la tierra. Algunos de vosotros podéis estar sintiéndolo ahora en vuestros corazones. Éste es el temor que produce pena.
Quinto' - Otra cosa que atormenta horriblemente al alma radica en el hecho de la convicción que el Espíritu Santo obra en la conciencia haciéndole ver su completa incapacidad para salvarse a ¡sí misma, su total incapacidad para ayudarse a sí misma. Al principio de la experiencia de un hombre -que habiendo estado muerto en delitos y pecados es despertado-, éste piensa: "Pronto saldré de esta horrible situación, pues de ahora en adelante me mejoraré". Traza entonces muchos planes para reformarse y justificarse así a sí mismo. Cambia entonces ¡su vida, trata de arrepentirse e inicia una vida de piedad con oración y asistencia a cultos religiosos. Sin embargo, pronto descubre que "sus justicias son como trapos de inmundicia" que está intentando cubrir sus miserias con trapos también inmundos; pronto es guiado por el Espíritu -Santo a descubrir que cuanto él pueda hacer no significa nada que pueda justificarle, y que de él, sucio por naturaleza, nunca podrá salir nada limpio. Entonces su alma se hunde en una horrible desesperación. Éste es el temor que tiene tormento.
Sexto: Teme entonces que nunca podrá ser hallado en Cristo. Ya algunos de vosotros quizá sabéis cuánto tormento produce este temor. El libre ofrecimiento de Cristo es el hecho que hace todavía más hiriente el temor que lacera vuestro corazón. Habéis oído predicar acerca de Él, que está lleno de misericordia, qué invita a los pecadores a acudir a Él, -que Él nunca echa fuera a los que a Él acuden pero teméis que nunca llegaréis a ser uno de ellos. Teméis que habéis pecado demasiado, que os habéis excedido, que habéis pecado más allí de la medida de la gracia. ¡Ah!, este temor tiene un gran tormento.
Algunos han negado a pensar que no es buena cosa haber ¡sido despertados.
Consideración 1. - Ése es el único camino que conduce a la paz que excede a todo conocimiento. Es el método que Dios ha escogido con miras a llevaros a sentir la urgente necesidad que tenéis de Cristo antes de que éste venga a vuestros corazones. La paz que antes habíais tenido era la paz de un sueño, una paz irreal; ahora que han sido despertados, comprendéis que realmente era así. Preguntad ahora a las otras almas despertadas -y salvadas después--- si ellas se volverían a su antiguo sueño, el sueño de la paz que ahora han hallado era falsa. ''¡Ah 1, no ---os dirían-, si he de morir no se me aparte del pie de la cruz; no se me haga perecer como perecen los no despertados. Bendito el día en que descubrí mi terrible situación"
Consideración 2. - Aun cuando no lo queráis, habréis de ser despertados algún día. Si no lo sois ahora, lo seréis después en el infierno. En el infierno no hay ni siquiera un alma no despertada; allí todas tiemblan llenas de espanto. Los demonios tiemblan, como también tiemblan las almas condenadas. ¿No sería mejor temblar ahora que tenéis tiempo de refugiaros en Cristo? Es ahora que Él está aguardándoos para poder tener misericordia de vosotros. Después Él se mofará de vosotros cuando os sobrecoja el temor y se apodere de vuestras almas como ladrón que de forma inesperada viene de noche. Conoceréis entonces por toda la eternidad que el "temor tiene pena"
II. EL CAMBIO QUE SE PRODUCE EN EL CREYENTE
"En amor no hay temor". "El perfecto amor echa fuera el temor".
1. El amor de que se nos habla aquí, no es el amor que nosotros tenemos para con Dios, sino el amor que Él tiene para con nosotros. Todo lo que hay en nosotros o puede brotar de nosotros es imperfecto. Una vez que hayamos cumplido cuanto nos haya ¡sido mandado habremos de decir: "Siervos inútiles so~'. El pecado se mezcla con todos nuestros pensamientos y con todas nuestras obras. No nos significaría consuelo alguno que se nos dijese que si amamos a Dios perfectamente, entonces nuestro temor sería echado fuera, porque ¿cómo podemos nosotros obrar tal amor en nuestros corazones, cómo podemos nosotros producir ese sentimiento en su perfección? Es el amor del Padre para con nosotros .lo que echa fuera el temor. Dios es perfecto y todas sus obras son perfectas. 21 no puede hacer nada que no sea perfecto. Su conocimiento es un conocimiento perfecto, su ira es una ira perfecta, ¡su amor es un amor perfecto. Y es este amor perfecto el que echa fuera el temor. Del mismo modo que un rayo de luz del sol barre por completo las tinieblas que lo inundaban todo antes de que él hiciese su aparición, así su amor echa fuera el temor.
2. Pero ¿de dónde procede este amor, o en dónde radica? Se halla y radica plenamente en Cristo Jesús. En dos ocasiones habló Dios desde el cielo para, decir: "Éste es mi Hijo amado en quien mi alma toma contentamiento". Dios ama perfectamente a su Hijo y admira la infinita belleza de ¡su persona. En 101, Dios se contempla a al mismo revelado en carne. Dios está perfectamente complacido con su obra consumada completamente. El corazón infinito del Dios también infinito se desborda en amor para con nuestro Señor Jesucristo. Y en el seno de Crísto no hay temor. Todos sus temores, que un día anegaban su alma, han sido echados fuera. Hubo un tiempo en que exclamó: "Desde la mocedad he nevado tus terrores, he estado medroso; sobre mí han pasado tus iras, tus espantos me han cortado!' (Salmo 88:15-16). Sin embargo, ahora se halla disfrutando del perfecto amor de Dios, y ese perfecto amor echa fuera el temor. Escuchad, pues, almas tremolas y llenas de temor. En ese mismo amor podéis hallar descanso para vuestras almas. No tenéis por qué vivir ni siquiera una hora más con los tormentos que hieren vuestro corazón. Jesucristo ha cargado sobre al la ira que atormenta vuestra alma. Ahora 111 ha venido a constituirse en un refugio para los oprimidos, un refugio para el tiempo de la turbación. Mirad a Cristo y vuestros temores serán echados fuera. Acudid a los pies de Cristo y allí hallaréis descanso para vuestras almas. Invocad el nombre del Señor y os librará de todos vuestros temores. Incluso llegáis a decir que no podéis mirar a Cristo, ni acudir a 21 ni invocar su nombre, porque sentís que no podéis ni siquiera hacer eso; tal es vuestra situación desesperada. Oíd, pues, y vivirá vuestra alma. Jesús es el Salvador de los desesperanzados. Cristo es, no sólo el Salvador de los desnudos y vacíos y de los que no tienen nada bueno que pueda servirles de recomendación, sino que también es el Salvador de aquellos que se sienten incapacitados para darse a al mismos. Es completamente imposible que vuestra situación sea, una ¡situación demasiado desesperada para Cristo. Mientras permanecéis en la incredulidad, la ira perfecta de Dios se halla amenazadora sobre vosotros. La ira de Dios es tan sorprendente como sorprendente es su amor. Ambos sentimientos brotan del mismo seno. Pero en el mismo instante en que miráis a Cristo, venía a ser hallados en la posición segura de su perfecto amor, amor que no conoce tibieza de ninguna clase, luz sin mezcla de sombra, amor sin nube ni montaña alguna que se oponga como un obstáculo. El amor de Dios echa fuera todos los temores.
III. EL AMOR NOS DARÁ CONFIANZA EN EL DÍA DEL JUICIO (v. 17).
Existe un día grande del que muy a menudo se habla en la Escritura: es el día del juicio, el día en que Dios juzgará lo oculto de los corazones de los hombres por el Señor Jesucristo. Toda alma no cristiana no podrá mantenerse en el día del juicio. Los impíos no permanecerán en el día del juicio. Actualmente, los pecadores son muy atrevidos y desvergonzados; su cuello se mantiene erguido como si su nervio fuese de hierro, y su frente parece de duro metal. La mayoría de ellos no se avergüenzan cuando son sorprendidos en pecado. Hablando entre nosotros, ¿no es extraordinaria la osadía con que los pecadores participan muchas veces de los actos religiosos, con hipocresía, como si realmente sintiesen lo que no sienten? ¡Con qué desfachatez y sarcasmo juran a veces y hacen sus votos! ¡Con cuánta osadía algunos impíos se acercan a la mesa del Señor! Ah, pero ello durará sólo muy poco tiempo. Cuando aparecerá el Señor Jesús, el Santo Jesús en toda su gloria, entonces los pecadores, de rostro endurecido por la desvergüenza, serán humillados. Quienes nunca han orado, empezarán a inclinar su rostro en actitud de reverencia y rendición. Los pecadores que presurosos corrían al pecado y también resueltamente a participar de la Cena del Señor o de cualquier otro acto religioso, empezarán a temblar llenos de flaqueza y chocarán sus rodillas entre sí.
¿Quién vivirá el día de la venida del Señor Jesucristo y quién podrá permanecer en el día del juicio? Cuando los libros se abran, por un lado el Libro de la Vida y por otro la Biblia, los muertos todos serán juzgados por las cosas escritas en ellos. Entonces el corazón de los impíos desfallecerá dentro de ellos y entonces empezará su vergüenza y perdición eternas. Muchos impíos se consuelan ahora pensando que su pecado no es conocido, que ningún ojo humano les ha visto; pero en aquel día los más secretos e íntimos pecados de cada uno serán sacados y llevados a la luz. "Toda palabra ociosa que hablaren los hombres, de ella darán cuenta en el día del juicio". i Cómo debierais temblar y caer cubiertos de vergüenza, oh hombres impíos que os introducía hipócritamente en las congregaciones! ¿No os avergonzaría el que yo ahora descendiese del púlpito y delante de esta congregación os acusase de todos los pecados que habéis cometido durante la semana transcurrida, sacando a luz todos los fraudes y engaños, todas las inmoralidades secretas, todo el rencor y malicia de intención que está fuertemente sellado en lo más íntimo de vuestra conciencia? ¿No quedaríais llenos de confusión y os taparíais el rostro por la vergüenza? ¡Cuánto más en aquel día, cuando los pecados más secretos de toda vuestra vida serán sacados a luz y puestos al descubierto ante todo el mundo! ¡En qué eterna confusión se verá sumida vuestra alma en aquel día! Os sentiréis corridos de vergüenza, todo vuestro orgullo y vanidad habrán quedado para siempre, -aunque vivos---mortalmente heridos.
Sin embargo, todos los que estén en Cristo Jesús tendrán confianza.
1. Porque Cristo será el juez. - í Cuánta paz inundará vuestros corazones aquel día cuando veáis, creyentes, que Cristo es el juez, aquel que derramó su sangre por vosotros, aquel que es vuestro refugio, vuestro Pastor; vuestro todo. Todos los temores desaparecerán. Exclamaréis entonces: ¿Quién nos condenará? Porque Cristo es el que murió, En la misma bendita mano que contemplasteis abrió los libros, veréis las heridas que sufrió en la cruz cuando llevó sobre el vuestros pecados. Cristo, para vosotros, será el mismo en el día del juicio que es ahora.
2. Porque el Padre mismo os ama. - Cristo y el Padre son uno. El Padre no halla pecado en vosotros porque como es Cristo, así sois vosotros en el mundo. Seréis juzgados en conformidad a lo que es vuestro refugio, así es que el amor de Dios será en vosotros en aquel día. Sentiréis la tranquilizadora sonrisa del Padre posándose sobre vosotros en tanto ola la voz de Cristo decir: "Venid, benditos de mi Padre".
Aprended a no tener ningún temor ahora en tanto vivía aquí en la tierra -,si en verdad sois de Él-, porque tampoco lo tendréis en aquel di& No temáis, sino aguardad al Señor y tened buen ánimo.
IV. LAS CONSECUENCIAS DE ESTAR EN EL AMOR DE DIOS.
1. "Nosotros te amamos a É1,Porque Él nos amó Primero" (v. 19). Cuando un pobre pecador se acerca a Jesús y halla en Él todo el amor perdonador de Dios, siente que nace de su corazón un sentimiento de gratitud y de amor que no puede ocultar. Cuando el hijo pródigo regresó a su hogar y sintió los brazos de su padre abrazándole fuertemente, sintió nacer tan vigoroso como el abrazo un sentimiento tierno de gratitud y amor para con su ofendido, pero amante padre. Cuando el sol del verano cae ardorosamente sobre el manto azul de las aguas del mar, un vapor de agua se eleva hacia el firmamento formándose así las nubes. Y del mismo modo cuando los rayos del Sol de Justicia se derraman sobre un alma, hace nacer y elevarse de lo más íntimo de ella sentimientos de amor para con Dios nunca antes conocidos.
Algunos de vosotros os estáis esforzando por amar más a Dios. Venid, pues, a Dios. Dejaos amar por Él, aunque sintáis cuán indignos sois. Es mucho mejor ser amado por Él que incluso amarle, y, además, es el único y eficaz camino por el que podemos aprender a amarle. Cuando la luz del sol llega a la luna, la encuentra fría y poco codiciable, pero la luna refleja la luz y vuelve a enviarla hacia el sol. Del mismo modo debéis permitir que el amor de Dios brille en vuestro seno y, de forma natural, descubriréis cómo brota de vosotros el amor por el que suspiráis. Él amor de Cristo nos constriñe. "Nosotros le amamos a Él porque Él nos amó primero" El único remedio que puede curar nuestros corazones de su fría dureza es mirar el corazón de Jesús.
Algunos de vosotros no tenéis amor a Dios porque amáis algún ídolo. Tened por cierto que vosotros nunca habéis acudido al amor de Dios, y sabed que ¡sobre vosotros descansa la maldición de Dios: "El que no am al Señor Jesucristo sea anatema, Maranatha!"
1. Nosotros también amamos a los hermanos. - Si vosotros amáis a alguna persona que está ausente de vosotros, ciertamente amáis su fotografía. ¿No es una fotografía de su esposo lo que la esposa del pescador guarda con gran cariño envuelta cuidadosamente en algún pañuelo 0 colocada junto a su mesita de noche, rodeada casi siempre de olorosas flores? Cada mañana y cada noche la coge y la besa después de contemplarla con sus perlados ojos humedecidos por las lágrimas. Es el retrato de su marido ausente. Tiene mucho aprecio a aquella fotografía porque es, como es él; verdad es que tiene muchas imperfecciones, pero es como es él. Los creyentes son los retratos de Dios, son la imagen de Dios en este mundo; el Espíritu de Cristo habita en ellos. Los creyentes andan como Él anduvo. Desde luego, están llenos de imperfecciones, pero no por ello dejan de ser su verdadera imagen. Si vosotros le amáis a Él, notaréis que también amáis a los creyentes; haréis de ellos vuestros mejores amigos
Entre vosotros ¿hay algunos a quienes desagradan los verdaderos cristianos Ciertamente hay entre vosotros quienes no hallan complacencia en su manera de ser, ni en ¡u conducta, ni en su hablar, y halláis ridícula su vida de oración. Los llamáis hipócritas y los menospreciáis evitando también su amistad, ¿ sabéis por qué? Odiáis la imagen, odiáis la copia, porque odiáis el original. Odiáis a Cristo, y desde luego, no sois suyos.
por R.M. McCheyne
«En amor no hay temor; mas el perfecto amor echa fuera el temor: porque el temor tiene pena. De donde el que terne, no está perfecto en el amor. Nosotros le amamos a Él, porque ]ti nos amó primero. Si alguno dice: Yo amo a Dios y aborrece a su hermano, es mentiroso. Porque el que no ama a su hermano al cual ha visto, ¿cómo puede amar a Dios a quien no ha visto? Y nosotros tenemos este mandamiento de 21: Que el que ama a Dios, ame también a su hermanos" (I Juan 4:18-21).
"El perfecto amor echa fuera el temor".
1. LA SITUACIÓN DE UN ALMA DESPERTADA
"El temor tiene pena". En la Biblia se mencionan dos clases de temor, siendo muy opuestos el uno del otro. El uno es el temor que se respira en la misma atmósfera del cielo, mientras que el otro es el que se respira en el ambiente del infierno.
1. Hay el temor del amor. - Es el temor que se halla en la manera de ser del niño: el temor del Señor, que es el principio de la sabiduría. Es el temor de Job, de quien se nos dice que era "temeroso de Dios y apartado del mal" SI, es el mismo espíritu que había en el Señor Jesús. Sobre Él posaba "el espíritu del temor del Señor".
2. Hay también el temor del terror. - Es el que caracteriza la manera de ser de los demonios: "El diablo cree y tiembla". Este temor es el que hubo en Adán después de la caída. Junto con Eva huyó de Dios al oír su voz y trató de esconderse tras alguno de los árboles del huerto del Edén. Éste fue el temor del carcelero de Filipos cuando, temblando y corriendo a los misioneros Pablo y Silas, derribándose a sus pies, dijo: "Señores, ¿qué es menester que yo haga para ser salvo?" Éste es el temor a que nos estamos refiriendo, el temor del tormento. "El temor tiene -pena". Algunos de vosotros habéis tenido alguna vez este temor que tiene pena. Muchos más podrían sentirlo hoy; está a vuestro alcance experimentarlo, pues se halla en ciernes en vuestra condición de perdidos. Permitidme explicaros cómo se produce en el alma.
Primero: El hombre natural se desentiende de él y lo ahuyenta absteniéndose de presentarse delante de Dios y evitando todo aquello que -dice- le ocasiona complicaciones. "Quieto estuvo Moab desde su mocedad y sobre sus heces ha estado él reposado y no fue trasegado de vaso en vaso, ni nunca fue en cautiverio; por tanto, quedó su sabor en él, y su olor no se ha trocado" (Jer..48:11). El hombre natural es como un campo que nunca ha sido removido con el arado y que se encuentra completamente cubierto de espinos y cardos. ¿Hay entre vosotros alguien que nunca ha temblado por su alma? Muchos de vosotros pensáis que sois mejores que vuestros vecinos. ¡Ay! que vuestro dulce, pero funesto sueño bien pronto será roto y despertaréis a la triste realidad.
Segundo: Cuando el Espíritu de Dios abre los ojos del hombre natural, hace que tiemble aún cuando sea el más osado y desvergonzado de los pecadores. El Espíritu Santo le muestra el número de sus pecados y hasta diríamos que no le muestra el número de ellos porque no pueden ser contados. Antes de la obra del Espíritu Santo tenía una memoria que fácilmente olvidaba sus pecados; las blasfemias se desbordaban por su lengua y ni siquiera se enteraba. Cada día que transcurría añadía nuevos pecados en la negra lista que llena las páginas del libro de Dios y él ni se daba cuenta. Sin embargo, ahora el Espíritu de Dios le ha hecho sentir el Peso de ellos y la visión de ellos está siempre presente delante de él. Todos los pecados no perdonados, todas las barbaridades cometidas hace ya mucho tiempo -aunque. hasta ahora completamente olvidadas--- se levantan ante él acusándole y produciendo el temor de que estamos hablando. "Me han cercado males hasta no haber cuento: hanme comprendido mis maldades y no puedo levantar la vista" (Salmo 40:12).
Tercero: El Espíritu Santo hace sentir al hombre la grandeza de su pecado y la tremenda pecaminosidad del mismo. Antes consideraba al pecado como si fuese algo de escasa importancia, como un fantasma producto de una mente débil y supersticiosa, pero ahora se yergue ante él como. un diluvio en el que habrá de perecer anegado. Siente que la ira de Dios pesa sobre él, le parece que un tremendo sonido de condenación azota sus oídos. Entonces no sabe qué hacer y su temor tiene pena. El pecado aparece ahora como una tremenda ofensa contra un Dios tres veces Santo, contra un Dios que es amor y contra el Señor Jesucristo y su amor.
Cuarto: Una tercera cosa que atormenta tremendamente al alma es el descubrimiento de la corrupción que hay en su corazón. Frecuentemente las personas que han sido redargüidas de pecado por el Espíritu Santo, son llevadas a experimentar la espantosa obra que se mueve en su corazón. A menudo la tentación y la convicción de pecado aparecen tan íntimamente relacionadas que producen un tremendo tormento que llena de pena el corazón, la pena del temor, pena que destroza el corazón. La convicción de pecado lacera su corazón incitándole a huir de la ira que vendrá, pero por otro lado y en el mismo instante alguna baja pasión ruge, o algún pecaminoso pensamiento de envidia o malicia en una cualquiera de las cincuenta mil maneras que tiene de manifestarse bulle en el seno del corazón arrastrándolo hacia el infierno. Entonces el hombre siente que el infierno se halla dentro de él. En el infierno habrá mucho de esta, mixtura, mucho de esta mezcla de experiencia: abundará el temor irrefrenable de la ira de Dios, el espanto de sus juicios siempre renovados y también aparecerá, en todo su tremendo horror, la corrupción hirviendo en el seno haciendo a las almas más intolerables el castigo. Lo que podríamos llamar primicias de esta experiencia a menudo ha sido sentido por más de uno aquí en la tierra. Algunos de vosotros podéis estar sintiéndolo ahora en vuestros corazones. Éste es el temor que produce pena.
Quinto' - Otra cosa que atormenta horriblemente al alma radica en el hecho de la convicción que el Espíritu Santo obra en la conciencia haciéndole ver su completa incapacidad para salvarse a ¡sí misma, su total incapacidad para ayudarse a sí misma. Al principio de la experiencia de un hombre -que habiendo estado muerto en delitos y pecados es despertado-, éste piensa: "Pronto saldré de esta horrible situación, pues de ahora en adelante me mejoraré". Traza entonces muchos planes para reformarse y justificarse así a sí mismo. Cambia entonces ¡su vida, trata de arrepentirse e inicia una vida de piedad con oración y asistencia a cultos religiosos. Sin embargo, pronto descubre que "sus justicias son como trapos de inmundicia" que está intentando cubrir sus miserias con trapos también inmundos; pronto es guiado por el Espíritu -Santo a descubrir que cuanto él pueda hacer no significa nada que pueda justificarle, y que de él, sucio por naturaleza, nunca podrá salir nada limpio. Entonces su alma se hunde en una horrible desesperación. Éste es el temor que tiene tormento.
Sexto: Teme entonces que nunca podrá ser hallado en Cristo. Ya algunos de vosotros quizá sabéis cuánto tormento produce este temor. El libre ofrecimiento de Cristo es el hecho que hace todavía más hiriente el temor que lacera vuestro corazón. Habéis oído predicar acerca de Él, que está lleno de misericordia, qué invita a los pecadores a acudir a Él, -que Él nunca echa fuera a los que a Él acuden pero teméis que nunca llegaréis a ser uno de ellos. Teméis que habéis pecado demasiado, que os habéis excedido, que habéis pecado más allí de la medida de la gracia. ¡Ah!, este temor tiene un gran tormento.
Algunos han negado a pensar que no es buena cosa haber ¡sido despertados.
Consideración 1. - Ése es el único camino que conduce a la paz que excede a todo conocimiento. Es el método que Dios ha escogido con miras a llevaros a sentir la urgente necesidad que tenéis de Cristo antes de que éste venga a vuestros corazones. La paz que antes habíais tenido era la paz de un sueño, una paz irreal; ahora que han sido despertados, comprendéis que realmente era así. Preguntad ahora a las otras almas despertadas -y salvadas después--- si ellas se volverían a su antiguo sueño, el sueño de la paz que ahora han hallado era falsa. ''¡Ah 1, no ---os dirían-, si he de morir no se me aparte del pie de la cruz; no se me haga perecer como perecen los no despertados. Bendito el día en que descubrí mi terrible situación"
Consideración 2. - Aun cuando no lo queráis, habréis de ser despertados algún día. Si no lo sois ahora, lo seréis después en el infierno. En el infierno no hay ni siquiera un alma no despertada; allí todas tiemblan llenas de espanto. Los demonios tiemblan, como también tiemblan las almas condenadas. ¿No sería mejor temblar ahora que tenéis tiempo de refugiaros en Cristo? Es ahora que Él está aguardándoos para poder tener misericordia de vosotros. Después Él se mofará de vosotros cuando os sobrecoja el temor y se apodere de vuestras almas como ladrón que de forma inesperada viene de noche. Conoceréis entonces por toda la eternidad que el "temor tiene pena"
II. EL CAMBIO QUE SE PRODUCE EN EL CREYENTE
"En amor no hay temor". "El perfecto amor echa fuera el temor".
1. El amor de que se nos habla aquí, no es el amor que nosotros tenemos para con Dios, sino el amor que Él tiene para con nosotros. Todo lo que hay en nosotros o puede brotar de nosotros es imperfecto. Una vez que hayamos cumplido cuanto nos haya ¡sido mandado habremos de decir: "Siervos inútiles so~'. El pecado se mezcla con todos nuestros pensamientos y con todas nuestras obras. No nos significaría consuelo alguno que se nos dijese que si amamos a Dios perfectamente, entonces nuestro temor sería echado fuera, porque ¿cómo podemos nosotros obrar tal amor en nuestros corazones, cómo podemos nosotros producir ese sentimiento en su perfección? Es el amor del Padre para con nosotros .lo que echa fuera el temor. Dios es perfecto y todas sus obras son perfectas. 21 no puede hacer nada que no sea perfecto. Su conocimiento es un conocimiento perfecto, su ira es una ira perfecta, ¡su amor es un amor perfecto. Y es este amor perfecto el que echa fuera el temor. Del mismo modo que un rayo de luz del sol barre por completo las tinieblas que lo inundaban todo antes de que él hiciese su aparición, así su amor echa fuera el temor.
2. Pero ¿de dónde procede este amor, o en dónde radica? Se halla y radica plenamente en Cristo Jesús. En dos ocasiones habló Dios desde el cielo para, decir: "Éste es mi Hijo amado en quien mi alma toma contentamiento". Dios ama perfectamente a su Hijo y admira la infinita belleza de ¡su persona. En 101, Dios se contempla a al mismo revelado en carne. Dios está perfectamente complacido con su obra consumada completamente. El corazón infinito del Dios también infinito se desborda en amor para con nuestro Señor Jesucristo. Y en el seno de Crísto no hay temor. Todos sus temores, que un día anegaban su alma, han sido echados fuera. Hubo un tiempo en que exclamó: "Desde la mocedad he nevado tus terrores, he estado medroso; sobre mí han pasado tus iras, tus espantos me han cortado!' (Salmo 88:15-16). Sin embargo, ahora se halla disfrutando del perfecto amor de Dios, y ese perfecto amor echa fuera el temor. Escuchad, pues, almas tremolas y llenas de temor. En ese mismo amor podéis hallar descanso para vuestras almas. No tenéis por qué vivir ni siquiera una hora más con los tormentos que hieren vuestro corazón. Jesucristo ha cargado sobre al la ira que atormenta vuestra alma. Ahora 111 ha venido a constituirse en un refugio para los oprimidos, un refugio para el tiempo de la turbación. Mirad a Cristo y vuestros temores serán echados fuera. Acudid a los pies de Cristo y allí hallaréis descanso para vuestras almas. Invocad el nombre del Señor y os librará de todos vuestros temores. Incluso llegáis a decir que no podéis mirar a Cristo, ni acudir a 21 ni invocar su nombre, porque sentís que no podéis ni siquiera hacer eso; tal es vuestra situación desesperada. Oíd, pues, y vivirá vuestra alma. Jesús es el Salvador de los desesperanzados. Cristo es, no sólo el Salvador de los desnudos y vacíos y de los que no tienen nada bueno que pueda servirles de recomendación, sino que también es el Salvador de aquellos que se sienten incapacitados para darse a al mismos. Es completamente imposible que vuestra situación sea, una ¡situación demasiado desesperada para Cristo. Mientras permanecéis en la incredulidad, la ira perfecta de Dios se halla amenazadora sobre vosotros. La ira de Dios es tan sorprendente como sorprendente es su amor. Ambos sentimientos brotan del mismo seno. Pero en el mismo instante en que miráis a Cristo, venía a ser hallados en la posición segura de su perfecto amor, amor que no conoce tibieza de ninguna clase, luz sin mezcla de sombra, amor sin nube ni montaña alguna que se oponga como un obstáculo. El amor de Dios echa fuera todos los temores.
III. EL AMOR NOS DARÁ CONFIANZA EN EL DÍA DEL JUICIO (v. 17).
Existe un día grande del que muy a menudo se habla en la Escritura: es el día del juicio, el día en que Dios juzgará lo oculto de los corazones de los hombres por el Señor Jesucristo. Toda alma no cristiana no podrá mantenerse en el día del juicio. Los impíos no permanecerán en el día del juicio. Actualmente, los pecadores son muy atrevidos y desvergonzados; su cuello se mantiene erguido como si su nervio fuese de hierro, y su frente parece de duro metal. La mayoría de ellos no se avergüenzan cuando son sorprendidos en pecado. Hablando entre nosotros, ¿no es extraordinaria la osadía con que los pecadores participan muchas veces de los actos religiosos, con hipocresía, como si realmente sintiesen lo que no sienten? ¡Con qué desfachatez y sarcasmo juran a veces y hacen sus votos! ¡Con cuánta osadía algunos impíos se acercan a la mesa del Señor! Ah, pero ello durará sólo muy poco tiempo. Cuando aparecerá el Señor Jesús, el Santo Jesús en toda su gloria, entonces los pecadores, de rostro endurecido por la desvergüenza, serán humillados. Quienes nunca han orado, empezarán a inclinar su rostro en actitud de reverencia y rendición. Los pecadores que presurosos corrían al pecado y también resueltamente a participar de la Cena del Señor o de cualquier otro acto religioso, empezarán a temblar llenos de flaqueza y chocarán sus rodillas entre sí.
¿Quién vivirá el día de la venida del Señor Jesucristo y quién podrá permanecer en el día del juicio? Cuando los libros se abran, por un lado el Libro de la Vida y por otro la Biblia, los muertos todos serán juzgados por las cosas escritas en ellos. Entonces el corazón de los impíos desfallecerá dentro de ellos y entonces empezará su vergüenza y perdición eternas. Muchos impíos se consuelan ahora pensando que su pecado no es conocido, que ningún ojo humano les ha visto; pero en aquel día los más secretos e íntimos pecados de cada uno serán sacados y llevados a la luz. "Toda palabra ociosa que hablaren los hombres, de ella darán cuenta en el día del juicio". i Cómo debierais temblar y caer cubiertos de vergüenza, oh hombres impíos que os introducía hipócritamente en las congregaciones! ¿No os avergonzaría el que yo ahora descendiese del púlpito y delante de esta congregación os acusase de todos los pecados que habéis cometido durante la semana transcurrida, sacando a luz todos los fraudes y engaños, todas las inmoralidades secretas, todo el rencor y malicia de intención que está fuertemente sellado en lo más íntimo de vuestra conciencia? ¿No quedaríais llenos de confusión y os taparíais el rostro por la vergüenza? ¡Cuánto más en aquel día, cuando los pecados más secretos de toda vuestra vida serán sacados a luz y puestos al descubierto ante todo el mundo! ¡En qué eterna confusión se verá sumida vuestra alma en aquel día! Os sentiréis corridos de vergüenza, todo vuestro orgullo y vanidad habrán quedado para siempre, -aunque vivos---mortalmente heridos.
Sin embargo, todos los que estén en Cristo Jesús tendrán confianza.
1. Porque Cristo será el juez. - í Cuánta paz inundará vuestros corazones aquel día cuando veáis, creyentes, que Cristo es el juez, aquel que derramó su sangre por vosotros, aquel que es vuestro refugio, vuestro Pastor; vuestro todo. Todos los temores desaparecerán. Exclamaréis entonces: ¿Quién nos condenará? Porque Cristo es el que murió, En la misma bendita mano que contemplasteis abrió los libros, veréis las heridas que sufrió en la cruz cuando llevó sobre el vuestros pecados. Cristo, para vosotros, será el mismo en el día del juicio que es ahora.
2. Porque el Padre mismo os ama. - Cristo y el Padre son uno. El Padre no halla pecado en vosotros porque como es Cristo, así sois vosotros en el mundo. Seréis juzgados en conformidad a lo que es vuestro refugio, así es que el amor de Dios será en vosotros en aquel día. Sentiréis la tranquilizadora sonrisa del Padre posándose sobre vosotros en tanto ola la voz de Cristo decir: "Venid, benditos de mi Padre".
Aprended a no tener ningún temor ahora en tanto vivía aquí en la tierra -,si en verdad sois de Él-, porque tampoco lo tendréis en aquel di& No temáis, sino aguardad al Señor y tened buen ánimo.
IV. LAS CONSECUENCIAS DE ESTAR EN EL AMOR DE DIOS.
1. "Nosotros te amamos a É1,Porque Él nos amó Primero" (v. 19). Cuando un pobre pecador se acerca a Jesús y halla en Él todo el amor perdonador de Dios, siente que nace de su corazón un sentimiento de gratitud y de amor que no puede ocultar. Cuando el hijo pródigo regresó a su hogar y sintió los brazos de su padre abrazándole fuertemente, sintió nacer tan vigoroso como el abrazo un sentimiento tierno de gratitud y amor para con su ofendido, pero amante padre. Cuando el sol del verano cae ardorosamente sobre el manto azul de las aguas del mar, un vapor de agua se eleva hacia el firmamento formándose así las nubes. Y del mismo modo cuando los rayos del Sol de Justicia se derraman sobre un alma, hace nacer y elevarse de lo más íntimo de ella sentimientos de amor para con Dios nunca antes conocidos.
Algunos de vosotros os estáis esforzando por amar más a Dios. Venid, pues, a Dios. Dejaos amar por Él, aunque sintáis cuán indignos sois. Es mucho mejor ser amado por Él que incluso amarle, y, además, es el único y eficaz camino por el que podemos aprender a amarle. Cuando la luz del sol llega a la luna, la encuentra fría y poco codiciable, pero la luna refleja la luz y vuelve a enviarla hacia el sol. Del mismo modo debéis permitir que el amor de Dios brille en vuestro seno y, de forma natural, descubriréis cómo brota de vosotros el amor por el que suspiráis. Él amor de Cristo nos constriñe. "Nosotros le amamos a Él porque Él nos amó primero" El único remedio que puede curar nuestros corazones de su fría dureza es mirar el corazón de Jesús.
Algunos de vosotros no tenéis amor a Dios porque amáis algún ídolo. Tened por cierto que vosotros nunca habéis acudido al amor de Dios, y sabed que ¡sobre vosotros descansa la maldición de Dios: "El que no am al Señor Jesucristo sea anatema, Maranatha!"
1. Nosotros también amamos a los hermanos. - Si vosotros amáis a alguna persona que está ausente de vosotros, ciertamente amáis su fotografía. ¿No es una fotografía de su esposo lo que la esposa del pescador guarda con gran cariño envuelta cuidadosamente en algún pañuelo 0 colocada junto a su mesita de noche, rodeada casi siempre de olorosas flores? Cada mañana y cada noche la coge y la besa después de contemplarla con sus perlados ojos humedecidos por las lágrimas. Es el retrato de su marido ausente. Tiene mucho aprecio a aquella fotografía porque es, como es él; verdad es que tiene muchas imperfecciones, pero es como es él. Los creyentes son los retratos de Dios, son la imagen de Dios en este mundo; el Espíritu de Cristo habita en ellos. Los creyentes andan como Él anduvo. Desde luego, están llenos de imperfecciones, pero no por ello dejan de ser su verdadera imagen. Si vosotros le amáis a Él, notaréis que también amáis a los creyentes; haréis de ellos vuestros mejores amigos
Entre vosotros ¿hay algunos a quienes desagradan los verdaderos cristianos Ciertamente hay entre vosotros quienes no hallan complacencia en su manera de ser, ni en ¡u conducta, ni en su hablar, y halláis ridícula su vida de oración. Los llamáis hipócritas y los menospreciáis evitando también su amistad, ¿ sabéis por qué? Odiáis la imagen, odiáis la copia, porque odiáis el original. Odiáis a Cristo, y desde luego, no sois suyos.
EL AMOR DE DIOS MAL ENTENDIDO
EL AMOR DE DIOS MAL ENTENDIDO
por
OSCAR ENRIQUE TENES Y PASTOR ABNER RUIZ
INTRODUCCION:
Dentro de nuestro caminar en Cristo Jesús, ocurre que a veces juzgamos apresuradamente, al hacerlo de esta forma provocamos el hecho de juzgar mal, principalmente de una o tal situación no agradable, creemos equivocadamente, que en este tipo de situaciones Dios no interviene, que ahí Dios no tiene nada que ver, generando hasta blasfemia de parte nuestra, contra nuestras vidas, y algunas veces contra el mismo Dios, esto es como consecuencia de la falta de conocimiento, por falta de madurez, en estas situaciones a veces preguntamos: ¿ porque Dios?, ¿porque ocurre esto o aquello?, ¿porque lo permitiste?, mencionemos por ejemplo la muerte de un ser querido; esto afecta grandemente a cualquier ser humano, sin embargo si hay una clara comprensión de los propósitos y sobre todo de los designios de Dios, entendemos que todo viene o es producto del amor de Dios, hacia el hombre.
Aun la disciplina, la corrección y el azote forman parte del amor de Dios, esto lo analizaremos con lujo de detalle en este estudio, a veces, ante la adversidad, afrontada sin conocimiento biblico, es decir sin madurez caemos, o podemos sucumbir y creer en cosas erróneas, ante esto es importante que entendamos que todo lo que sucede viene de Dios, en el campo eclesiástico es importante entender que lo que le sucede a algún miembro en la iglesia, esto puede afectar a toda la iglesia.
Todos los hijos de Dios principalmente como miembros de alguna iglesia, debemos buscar la perfección en nuestros procederes, así como entender el porque de todo lo que nos acontece, que nuestro si sea si y que nuestro no sea no, el propósito del evangelio es dia tras dia perfeccionarnos en el proceder, haciéndonos más eficientes en nuestros quehaceres diarios y en nuestro comportamiento para con los demás, todo lo podemos porque el esta en nosotros, sin embargo es necesario que también nosotros estemos en el, es decir que nuestra dependencia sea en el, no en hombre alguno. En algunas iglesias Dios ha tenido motivos para que no se crezca numéricamente, así también a nivel general vemos que la mayoría de gente no asiste a las iglesias, hasta cierto punto esto es para algunos una tribulación. Pero hagamos uso de las Palabras del apóstol Pablo cuando dice: “Todo lo podemos en Cristo que nos fortalece” Filipenses 4:13. Sabemos que Dios es bueno, sin embargo muchas veces nos encontramos pasando tribulaciones sin saber porque, eso es lo que queremos contestar en este estudio a continuación.
LAS TRIBULACIONES:
La Biblia dice en Romanos 5:3-5 “Y no solo esto, sino que también nos gloriamos en las tribuciones, sabiendo que la tribulación produce paciencia; y la paciencia, prueba; y la prueba, esperanza; y la esperanza no avergüenza; porque el amor de Dios ha sido derramado en nuestros corazones por el Espíritu Santo que nos fue dado” En La vida diaria hemos comprobado que en la mayoría de las personas las tribulaciones desequilibran, sacan de balance, no así en los hijos de Dios, ya que en estos, estas miden la capacidad de la paciencia, en cada uno, la paciencia que es parte del fruto del espíritu Gálatas 5:22-23, de acuerdo a la Biblia el crecimiento del Cristiano esta relacionado con las tribulaciones y sobre todo con la paciencia a través de las tribulaciones. Dios se vale de esto para hacernos crecer, para nuestro bien, no para el bien o provecho suyo, pues el no necesita perfeccionarse, porque el ya es perfecto en todo, los que necesitamos perfeccionarnos en este aspecto somos nosotros. Ahora bien, Dios no quita las tribulaciones de nuestras vidas sino hasta que logre el objetivo, u obtenga el resultado de las mismas. Las tribulaciones en nuestras vidas se dan para que les saquemos provecho, ya que traen consigo unos excelentes resultados. Las tribulaciones, no permite Dios, que nos sucedan para preocuparnos, ya que para los hijos de Dios todo obra para bien, el preocuparnos o deprimirnos produce frutos malos. Dios nos atribula para nuestro bien, para nuestro crecimiento, por eso y ante eso debemos confiar en el señor, Pablo decía que nos debemos gloriar en las tribulaciones ¿pero eso que es? Debemos entender que no debemos gloriarnos propiamente en las pruebas o tribulaciones, sino en el resultado de de las mismas.
Después de la prueba viene el descanso, en algunos países Latinoamericanos existe un dicho que dice: “Después de las tormenta viene la calma” y esto es algo maravilloso Hebreos 12:11, manifiesta esto, diciendo: “Es verdad que ninguna disciplina al presente parece ser causa de gozo, sino de tristeza; pero después da fruto apacible de justicia a los que en ella han sido ejercitados” Lo que hemos comprobado es que sin conocimiento Biblico, la tribulación produce ira, maldición o hasta blasfemia contra la vida y aún contra Dios, pero con el conocimiento del evangelio de la gracia esto nos produce paciencia, siempre y cuando nuestro proceder sea el correcto, si este es correcto no tendríamos nada que temer. Esto es así debido a que en la Biblia dice que si sembramos algo malo, algo malo recibiremos, Gálatas 6:7 debemos confiar en el señor y también en nuestro proceder.
LA PACIENCIA Y EL CONSUELO
Veamos lo que produce el tener conocimiento Efesios 4:1-2 “Yo pues, preso en el Señor, os ruego que andéis como es digno de las vocación con que fuisteis llamados, con toda humildad y mansedumbre, soportándoos con paciencia los unos a los otros en amor” Aquí aparece otra vez la palabra paciencia. Para actuar con humildad y mansedumbre debemos soportar a nuestro prójimo con paciencia que es consecuencia de la tribulación, es importante acotar que todos los hijos de Dios necesitamos ser ejercitados para ver resultados, y sacar el provecho necesario de dicho ejercicio, entre más ejercicio se haga mejores resultados tendremos, la persona más paciente es la que más ha sido atribulada, la tribulación y sobre todo el ejercicio en ella, trae perseverancia y la perseverancia llega por soportar la pruebas a las cuales somos sometidos constantemente por Dios.
2 Corintios 1:3-4 “ Bendito sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, Padre de misericordias y Dios de toda consolación, el cual nos consuela en todas nuestras tribulaciones, para que podamos también nosotros consolar a los que están en cualquier tribulación, por medio de la consolación con que nosotros somos consolados por Dios”
Somos consolados por Dios no por hombre alguno, una situación no es igual a otra no pidamos consejo de hombres, solo Dios puede consolar, si se hace de esta forma el consejo no es de nosotros es de Dios. Somos consolados cuando acudimos a Dios.
Ejemplo la historia de Job que fue consolado por Dios, José fue consolado por Dios el era inocente pero confió en Dios, y es más en este periodo de la Gracia después de la Cruz del Calvario, el consolador esta dentro de nosotros no arriba ni con nosotros es en nosotros Colosenses 1:27, conociendo esto podemos poner a Dios antes que todo.
Salmo 22:5 “Clamaron a ti, y fueron librados; Confiaron en ti, y no fueron avergonzados” Allá en un pacto inferior, en el antiguo pacto, ya el autor de los Salmos nos manifiesta esa confianza que tenia en Dios. Entendamos que la tribulación produce un carácter a prueba de vencimientos, somos invencibles o sea más que vencedores, Romanos 8:37, en esta vida es donde debemos ser ejercitados, ya que cuando muramos dejaremos de ejercitarnos, pues en el cielo no necesitaremos ser ejercitados, aquí es donde hacemos ejercicio del cielo, donde iremos posteriormente, por eso Pablo dice: “para mi el vivir es cristo y el morir es ganancia” Filipenses 1:21.
Dios sabe lo que nos conviene y lo que no nos conviene, podemos notar en la Biblia que Pablo tuvo grandes tribulaciones, pero él aprendió a ver los resultados de estas, las consecuencias de las mismas, que es lo que nos debe de importar; A veces nos olvidados de este aspecto, sin embargo como hijos de Dios tenemos que entender que cuando venga la tribulación, no veamos esta; esperemos el resultado de esta, pues el resultado es lo que nos interesa, el cual es una promesa, es un fruto. Por eso debemos dar gracias a Dios en todo, recuérdese que el estará con nosotros todos los días de nuestra vida Mateo 28:20, esto es una promesa irrevocable de Dios para nosotros sus hijos.
LA DURACION DE LA CORRECCIÓN DE DIOS
Salmo 94:12 -13 “Bienaventurado el hombre a quien tú corriges. Y en tu ley lo instruyes, Para hacerle descansar en los días de aflicción” Debemos ver más allá de las tribulaciones veamos los resultados. Si corregimos a nuestros hijos por ejemplo: no les preguntamos si quieren ser corregidos solo actuamos, es decir solo los corregimos, y detectamos que a veces nuestros hijos no entienden, y tenemos que continuar con la corrección, así nos pasa a nosotros con Dios, si andamos desordenadamente lo que recibiremos es corrección. Gálatas 6:7 Dios corrige, Dios no falla en corregir y el lo hace todo el tiempo por eso en Filipenses 1:6 dice: “estando persuadido de esto, que el que comenzó en vosotros la buena obra, la perfeccionará hasta el día de Jesucristo” y la perfecciona a través de las pruebas o tribulaciones, Dios no se cansa de corregir el corregí hasta el final, al momento de la tribulaciones no actuemos sin conocimiento como los que no lo tienen, no podemos decir ¿porque tanto Señor?, analicemos que es lo malo que estamos haciendo, de allí se desprenderá el final de la corrección de Dios para pasar a otra área.
Hebreos 13:20-21 “Y el Dios de paz que resucitó de los muertos a nuestro Señor Jesucristo, el gran pastor de las ovejas, por la sangre del pacto eterno, os haga aptos en toda buena obra para que hagáis su voluntad, haciendo él en vosotros lo que es agradable delante de él por Jesucristo; al cual sea la gloria por los siglos. Amén”
La disciplina de Dios no cesa para sus hijos hasta que no se consiga el resultado que Dios espera, al momento del resultado, Dios se centra en otra área de esa forma siempre estamos bajo la disciplina de Dios, ahora bien: ¿cual es el propósito de la constante disciplina de Dios?, estos versículos lo mencionan es “para hacernos aptos para toda buena obra”, o sea para que todos los hijos de Dios estemos aptos, estemos capacitados, para toda buena obra; por eso Dios nos ejercita, por medio de las tribulaciones para que lleguemos a la estatura de un varón perfecto. Derivado de esto también Pablo se gloriaba en las tribulaciones. Aquí cabe la pregunta: ¿Quien necesita más corrección? La respuesta es sencilla y esta es “el que se porta peor es el que necesita más corrección”, sin embargo a veces somos necios y no entendemos el propósito de la corrección de Dios.
Por otro lado, hay un resultado de las tribulaciones y Dios no va a descansar hasta lograr su propósito, que nosotros podamos mostrar que somos aptos para cosas buenas, haciendo el en nosotros lo que es agradable para el, por Jesucristo, Dios nos esta entrenando constantemente para ganar la batalla contra nuestra carne, esto es todo el tiempo Gálatas 5:16-18, o sea para que ganemos la guerra, y Dios sabe en que áreas necesitamos crecer, para que tales áreas a sean corregidas por él.
EL RESULTADO DE LA CORRECCIÓN DE DIOS
Lamentaciones 3: 31-33 “Porque el señor no desecha para siempre; Antes si aflige, también compadece según la multitud de sus misericordias; Porque no aflige ni entristece voluntariamente a los hijos de los hombres” Sin el conocimiento del evangelio las tribulaciones traen tristeza, miedo, temor e inseguridades.
Dios no hace las cosas por gusto las hace con un propósito; nos entristece con un propósito, que dice aquí el señor, el no se alegra de nuestro sufrimiento ni tampoco reduce la corrección la cual nos ayuda a crecer, lo que debemos hacer es esperar los resultados, Dios usa las tribulaciones o la adversidad para que dependamos de el, para que pongamos la mira en las cosas de arriba no en las de la tierra, para que entendamos su propósito, sin embargo la tendencia de muchos hombres es a depender de ellos mismos, creando con esto la autosuficiencia, la cual es idolatría.
Hebreos 12:10 “Y aquellos, ciertamente por pocos días nos disciplinaban como a ellos les parecía, pero éste para lo que nos es provechoso, para que participemos de su santidad” la tribulación produce paciencia, pero como otra consecuencia de la tribulación encontramos la adversidad; la cual revela la corrupción del corazón del hombre, cuando hacemos algo malo obviamente sabemos lo que estamos haciendo.
La santidad es el fruto de la justicia, y este es un ejercicio constante de Dios hacia nosotros, lo que provoca una dependencia día a día de Dios, él desea nuestra dependencia siempre de él, pues si no fuese así ya nos habría dado todo y tuviésemos necesidades, ya que el es el dueño de todo, un ejemplo de esto lo encontramos en el Padre nuestro dice: “danos nuestro pan de cada día” no dice danos nuestro pan para siempre, el nunca permitirá que rindamos culto a la independencia, Dios quiere que dependamos cada día de él; si Dios esta en todos nuestros planes, como resultado todo nos saldrá bien
1 Corintios 10: 12-13 “Así que, el que piensa estar firme, mire que no caiga. No os ha sobrevenido ninguna tentación que no sea humana; pero fiel es Dios, que no os dejará ser tentados, más de lo que podéis resistir, sino que dará también juntamente con la tentación la salida, para que podáis soportar” Estos versículos hablan contra la autosuficiencia, la salida la da Dios siempre y cuando se haya cumplido el propósito de la tribulación para dar fruto para ejercitarnos, la promesa es no ser probado más de lo que podamos resistir, por eso debemos dar gracias a Dios en todo, a veces es Dios diciendo acuérdate de mi, pues el nos quiere dar todo, y lo hace para que reaccionemos, los padres fallamos parando en la disciplina a nuestros hijos y después viene el resultado. Dios no se cansa de disciplinarnos para nuestro beneficio; y el lo hace en todo tiempo.
CONCLUSION:
En la Biblia encontramos en Hebreos 12: 1-3 lo siguiente: “Por tanto, nosotros también, teniendo en derredor nuestro tan grande nube de testigos, despojémonos de todo peso y del pecado que nos asedia, y corramos con paciencia la carrera que tenemos por delante, puestos los ojos en Jesús, el autor y consumador de la fe, el cual por el gozo puesto delante de él sufrió la cruz, menospreciando el oprobio, y se sentó a la diestra del trono de Dios. Considerad a aquel que sufrió tal contradicción de pecadores contra sí mismo, para que vuestro ánimo no se canse hasta desmayar” No nos cansemos de perseverar; sigamos adelante, porque después de las tribulaciones viene el premio. La tribulación produce paciencia y esto viene a constituirse en madurez y un lógico crecimiento en nuestras vidas, es Cristo formándose en nosotros. El apóstol Pablo en Romanos 8:28 enfatiza lo siguiente: “Y sabemos que a los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien, esto es, a los que conforme a su propósito son llamados” usted y yo tenemos un conocimiento del evangelio, procuremos más; fuimos llamados por Dios, esto implica que hay un propósito para nuestra vida, todo nos ayuda para bien, a veces nos equivocarnos y sufrimos consecuencias pero esto debe servirnos para crecer, incluso como iglesia hemos pasado tribulaciones, con nuestro compromiso en la misma, es lógico que pasaremos mas tribulaciones, lo importante es darle prioridad a las cosas de Dios y tendremos buenos frutos,
por
OSCAR ENRIQUE TENES Y PASTOR ABNER RUIZ
INTRODUCCION:
Dentro de nuestro caminar en Cristo Jesús, ocurre que a veces juzgamos apresuradamente, al hacerlo de esta forma provocamos el hecho de juzgar mal, principalmente de una o tal situación no agradable, creemos equivocadamente, que en este tipo de situaciones Dios no interviene, que ahí Dios no tiene nada que ver, generando hasta blasfemia de parte nuestra, contra nuestras vidas, y algunas veces contra el mismo Dios, esto es como consecuencia de la falta de conocimiento, por falta de madurez, en estas situaciones a veces preguntamos: ¿ porque Dios?, ¿porque ocurre esto o aquello?, ¿porque lo permitiste?, mencionemos por ejemplo la muerte de un ser querido; esto afecta grandemente a cualquier ser humano, sin embargo si hay una clara comprensión de los propósitos y sobre todo de los designios de Dios, entendemos que todo viene o es producto del amor de Dios, hacia el hombre.
Aun la disciplina, la corrección y el azote forman parte del amor de Dios, esto lo analizaremos con lujo de detalle en este estudio, a veces, ante la adversidad, afrontada sin conocimiento biblico, es decir sin madurez caemos, o podemos sucumbir y creer en cosas erróneas, ante esto es importante que entendamos que todo lo que sucede viene de Dios, en el campo eclesiástico es importante entender que lo que le sucede a algún miembro en la iglesia, esto puede afectar a toda la iglesia.
Todos los hijos de Dios principalmente como miembros de alguna iglesia, debemos buscar la perfección en nuestros procederes, así como entender el porque de todo lo que nos acontece, que nuestro si sea si y que nuestro no sea no, el propósito del evangelio es dia tras dia perfeccionarnos en el proceder, haciéndonos más eficientes en nuestros quehaceres diarios y en nuestro comportamiento para con los demás, todo lo podemos porque el esta en nosotros, sin embargo es necesario que también nosotros estemos en el, es decir que nuestra dependencia sea en el, no en hombre alguno. En algunas iglesias Dios ha tenido motivos para que no se crezca numéricamente, así también a nivel general vemos que la mayoría de gente no asiste a las iglesias, hasta cierto punto esto es para algunos una tribulación. Pero hagamos uso de las Palabras del apóstol Pablo cuando dice: “Todo lo podemos en Cristo que nos fortalece” Filipenses 4:13. Sabemos que Dios es bueno, sin embargo muchas veces nos encontramos pasando tribulaciones sin saber porque, eso es lo que queremos contestar en este estudio a continuación.
LAS TRIBULACIONES:
La Biblia dice en Romanos 5:3-5 “Y no solo esto, sino que también nos gloriamos en las tribuciones, sabiendo que la tribulación produce paciencia; y la paciencia, prueba; y la prueba, esperanza; y la esperanza no avergüenza; porque el amor de Dios ha sido derramado en nuestros corazones por el Espíritu Santo que nos fue dado” En La vida diaria hemos comprobado que en la mayoría de las personas las tribulaciones desequilibran, sacan de balance, no así en los hijos de Dios, ya que en estos, estas miden la capacidad de la paciencia, en cada uno, la paciencia que es parte del fruto del espíritu Gálatas 5:22-23, de acuerdo a la Biblia el crecimiento del Cristiano esta relacionado con las tribulaciones y sobre todo con la paciencia a través de las tribulaciones. Dios se vale de esto para hacernos crecer, para nuestro bien, no para el bien o provecho suyo, pues el no necesita perfeccionarse, porque el ya es perfecto en todo, los que necesitamos perfeccionarnos en este aspecto somos nosotros. Ahora bien, Dios no quita las tribulaciones de nuestras vidas sino hasta que logre el objetivo, u obtenga el resultado de las mismas. Las tribulaciones en nuestras vidas se dan para que les saquemos provecho, ya que traen consigo unos excelentes resultados. Las tribulaciones, no permite Dios, que nos sucedan para preocuparnos, ya que para los hijos de Dios todo obra para bien, el preocuparnos o deprimirnos produce frutos malos. Dios nos atribula para nuestro bien, para nuestro crecimiento, por eso y ante eso debemos confiar en el señor, Pablo decía que nos debemos gloriar en las tribulaciones ¿pero eso que es? Debemos entender que no debemos gloriarnos propiamente en las pruebas o tribulaciones, sino en el resultado de de las mismas.
Después de la prueba viene el descanso, en algunos países Latinoamericanos existe un dicho que dice: “Después de las tormenta viene la calma” y esto es algo maravilloso Hebreos 12:11, manifiesta esto, diciendo: “Es verdad que ninguna disciplina al presente parece ser causa de gozo, sino de tristeza; pero después da fruto apacible de justicia a los que en ella han sido ejercitados” Lo que hemos comprobado es que sin conocimiento Biblico, la tribulación produce ira, maldición o hasta blasfemia contra la vida y aún contra Dios, pero con el conocimiento del evangelio de la gracia esto nos produce paciencia, siempre y cuando nuestro proceder sea el correcto, si este es correcto no tendríamos nada que temer. Esto es así debido a que en la Biblia dice que si sembramos algo malo, algo malo recibiremos, Gálatas 6:7 debemos confiar en el señor y también en nuestro proceder.
LA PACIENCIA Y EL CONSUELO
Veamos lo que produce el tener conocimiento Efesios 4:1-2 “Yo pues, preso en el Señor, os ruego que andéis como es digno de las vocación con que fuisteis llamados, con toda humildad y mansedumbre, soportándoos con paciencia los unos a los otros en amor” Aquí aparece otra vez la palabra paciencia. Para actuar con humildad y mansedumbre debemos soportar a nuestro prójimo con paciencia que es consecuencia de la tribulación, es importante acotar que todos los hijos de Dios necesitamos ser ejercitados para ver resultados, y sacar el provecho necesario de dicho ejercicio, entre más ejercicio se haga mejores resultados tendremos, la persona más paciente es la que más ha sido atribulada, la tribulación y sobre todo el ejercicio en ella, trae perseverancia y la perseverancia llega por soportar la pruebas a las cuales somos sometidos constantemente por Dios.
2 Corintios 1:3-4 “ Bendito sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, Padre de misericordias y Dios de toda consolación, el cual nos consuela en todas nuestras tribulaciones, para que podamos también nosotros consolar a los que están en cualquier tribulación, por medio de la consolación con que nosotros somos consolados por Dios”
Somos consolados por Dios no por hombre alguno, una situación no es igual a otra no pidamos consejo de hombres, solo Dios puede consolar, si se hace de esta forma el consejo no es de nosotros es de Dios. Somos consolados cuando acudimos a Dios.
Ejemplo la historia de Job que fue consolado por Dios, José fue consolado por Dios el era inocente pero confió en Dios, y es más en este periodo de la Gracia después de la Cruz del Calvario, el consolador esta dentro de nosotros no arriba ni con nosotros es en nosotros Colosenses 1:27, conociendo esto podemos poner a Dios antes que todo.
Salmo 22:5 “Clamaron a ti, y fueron librados; Confiaron en ti, y no fueron avergonzados” Allá en un pacto inferior, en el antiguo pacto, ya el autor de los Salmos nos manifiesta esa confianza que tenia en Dios. Entendamos que la tribulación produce un carácter a prueba de vencimientos, somos invencibles o sea más que vencedores, Romanos 8:37, en esta vida es donde debemos ser ejercitados, ya que cuando muramos dejaremos de ejercitarnos, pues en el cielo no necesitaremos ser ejercitados, aquí es donde hacemos ejercicio del cielo, donde iremos posteriormente, por eso Pablo dice: “para mi el vivir es cristo y el morir es ganancia” Filipenses 1:21.
Dios sabe lo que nos conviene y lo que no nos conviene, podemos notar en la Biblia que Pablo tuvo grandes tribulaciones, pero él aprendió a ver los resultados de estas, las consecuencias de las mismas, que es lo que nos debe de importar; A veces nos olvidados de este aspecto, sin embargo como hijos de Dios tenemos que entender que cuando venga la tribulación, no veamos esta; esperemos el resultado de esta, pues el resultado es lo que nos interesa, el cual es una promesa, es un fruto. Por eso debemos dar gracias a Dios en todo, recuérdese que el estará con nosotros todos los días de nuestra vida Mateo 28:20, esto es una promesa irrevocable de Dios para nosotros sus hijos.
LA DURACION DE LA CORRECCIÓN DE DIOS
Salmo 94:12 -13 “Bienaventurado el hombre a quien tú corriges. Y en tu ley lo instruyes, Para hacerle descansar en los días de aflicción” Debemos ver más allá de las tribulaciones veamos los resultados. Si corregimos a nuestros hijos por ejemplo: no les preguntamos si quieren ser corregidos solo actuamos, es decir solo los corregimos, y detectamos que a veces nuestros hijos no entienden, y tenemos que continuar con la corrección, así nos pasa a nosotros con Dios, si andamos desordenadamente lo que recibiremos es corrección. Gálatas 6:7 Dios corrige, Dios no falla en corregir y el lo hace todo el tiempo por eso en Filipenses 1:6 dice: “estando persuadido de esto, que el que comenzó en vosotros la buena obra, la perfeccionará hasta el día de Jesucristo” y la perfecciona a través de las pruebas o tribulaciones, Dios no se cansa de corregir el corregí hasta el final, al momento de la tribulaciones no actuemos sin conocimiento como los que no lo tienen, no podemos decir ¿porque tanto Señor?, analicemos que es lo malo que estamos haciendo, de allí se desprenderá el final de la corrección de Dios para pasar a otra área.
Hebreos 13:20-21 “Y el Dios de paz que resucitó de los muertos a nuestro Señor Jesucristo, el gran pastor de las ovejas, por la sangre del pacto eterno, os haga aptos en toda buena obra para que hagáis su voluntad, haciendo él en vosotros lo que es agradable delante de él por Jesucristo; al cual sea la gloria por los siglos. Amén”
La disciplina de Dios no cesa para sus hijos hasta que no se consiga el resultado que Dios espera, al momento del resultado, Dios se centra en otra área de esa forma siempre estamos bajo la disciplina de Dios, ahora bien: ¿cual es el propósito de la constante disciplina de Dios?, estos versículos lo mencionan es “para hacernos aptos para toda buena obra”, o sea para que todos los hijos de Dios estemos aptos, estemos capacitados, para toda buena obra; por eso Dios nos ejercita, por medio de las tribulaciones para que lleguemos a la estatura de un varón perfecto. Derivado de esto también Pablo se gloriaba en las tribulaciones. Aquí cabe la pregunta: ¿Quien necesita más corrección? La respuesta es sencilla y esta es “el que se porta peor es el que necesita más corrección”, sin embargo a veces somos necios y no entendemos el propósito de la corrección de Dios.
Por otro lado, hay un resultado de las tribulaciones y Dios no va a descansar hasta lograr su propósito, que nosotros podamos mostrar que somos aptos para cosas buenas, haciendo el en nosotros lo que es agradable para el, por Jesucristo, Dios nos esta entrenando constantemente para ganar la batalla contra nuestra carne, esto es todo el tiempo Gálatas 5:16-18, o sea para que ganemos la guerra, y Dios sabe en que áreas necesitamos crecer, para que tales áreas a sean corregidas por él.
EL RESULTADO DE LA CORRECCIÓN DE DIOS
Lamentaciones 3: 31-33 “Porque el señor no desecha para siempre; Antes si aflige, también compadece según la multitud de sus misericordias; Porque no aflige ni entristece voluntariamente a los hijos de los hombres” Sin el conocimiento del evangelio las tribulaciones traen tristeza, miedo, temor e inseguridades.
Dios no hace las cosas por gusto las hace con un propósito; nos entristece con un propósito, que dice aquí el señor, el no se alegra de nuestro sufrimiento ni tampoco reduce la corrección la cual nos ayuda a crecer, lo que debemos hacer es esperar los resultados, Dios usa las tribulaciones o la adversidad para que dependamos de el, para que pongamos la mira en las cosas de arriba no en las de la tierra, para que entendamos su propósito, sin embargo la tendencia de muchos hombres es a depender de ellos mismos, creando con esto la autosuficiencia, la cual es idolatría.
Hebreos 12:10 “Y aquellos, ciertamente por pocos días nos disciplinaban como a ellos les parecía, pero éste para lo que nos es provechoso, para que participemos de su santidad” la tribulación produce paciencia, pero como otra consecuencia de la tribulación encontramos la adversidad; la cual revela la corrupción del corazón del hombre, cuando hacemos algo malo obviamente sabemos lo que estamos haciendo.
La santidad es el fruto de la justicia, y este es un ejercicio constante de Dios hacia nosotros, lo que provoca una dependencia día a día de Dios, él desea nuestra dependencia siempre de él, pues si no fuese así ya nos habría dado todo y tuviésemos necesidades, ya que el es el dueño de todo, un ejemplo de esto lo encontramos en el Padre nuestro dice: “danos nuestro pan de cada día” no dice danos nuestro pan para siempre, el nunca permitirá que rindamos culto a la independencia, Dios quiere que dependamos cada día de él; si Dios esta en todos nuestros planes, como resultado todo nos saldrá bien
1 Corintios 10: 12-13 “Así que, el que piensa estar firme, mire que no caiga. No os ha sobrevenido ninguna tentación que no sea humana; pero fiel es Dios, que no os dejará ser tentados, más de lo que podéis resistir, sino que dará también juntamente con la tentación la salida, para que podáis soportar” Estos versículos hablan contra la autosuficiencia, la salida la da Dios siempre y cuando se haya cumplido el propósito de la tribulación para dar fruto para ejercitarnos, la promesa es no ser probado más de lo que podamos resistir, por eso debemos dar gracias a Dios en todo, a veces es Dios diciendo acuérdate de mi, pues el nos quiere dar todo, y lo hace para que reaccionemos, los padres fallamos parando en la disciplina a nuestros hijos y después viene el resultado. Dios no se cansa de disciplinarnos para nuestro beneficio; y el lo hace en todo tiempo.
CONCLUSION:
En la Biblia encontramos en Hebreos 12: 1-3 lo siguiente: “Por tanto, nosotros también, teniendo en derredor nuestro tan grande nube de testigos, despojémonos de todo peso y del pecado que nos asedia, y corramos con paciencia la carrera que tenemos por delante, puestos los ojos en Jesús, el autor y consumador de la fe, el cual por el gozo puesto delante de él sufrió la cruz, menospreciando el oprobio, y se sentó a la diestra del trono de Dios. Considerad a aquel que sufrió tal contradicción de pecadores contra sí mismo, para que vuestro ánimo no se canse hasta desmayar” No nos cansemos de perseverar; sigamos adelante, porque después de las tribulaciones viene el premio. La tribulación produce paciencia y esto viene a constituirse en madurez y un lógico crecimiento en nuestras vidas, es Cristo formándose en nosotros. El apóstol Pablo en Romanos 8:28 enfatiza lo siguiente: “Y sabemos que a los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien, esto es, a los que conforme a su propósito son llamados” usted y yo tenemos un conocimiento del evangelio, procuremos más; fuimos llamados por Dios, esto implica que hay un propósito para nuestra vida, todo nos ayuda para bien, a veces nos equivocarnos y sufrimos consecuencias pero esto debe servirnos para crecer, incluso como iglesia hemos pasado tribulaciones, con nuestro compromiso en la misma, es lógico que pasaremos mas tribulaciones, lo importante es darle prioridad a las cosas de Dios y tendremos buenos frutos,
¿Es pecado tener dinero y bienes?
¿Es pecado tener dinero y bienes?
(basado en Luc.12:13-21)
por José Luís Podestá
No hay nada malo en tener dinero, propiedades y bienes materiales, mientras no condescendamos que esos bienes se conviertan en suplentes de Dios. Cristo nos ha prevenido: “Ninguno puede servir a dos señores; porque o aborrecerá al uno y amará al otro, o se llegará al uno y menospreciará al otro; no podéis servir a Dios y a las riquezas.” (Mt. 6, 24).
En el Antiguo Testamento se insiste mucho en que debemos elegir entre Dios y los ídolos o falsos dioses. En el Nuevo Testamento Jesús contrasta el dinero a Dios. Así que debemos cuidar que el dinero no se nos convierta en un ídolo, cosa muy común hoy en día, en una sociedad tan materialista, pero de un materialismo sin sentido, no con beneficio, si no el tener por el tener mismo, que sustituya a Dios, y que sumado a vías poco honrosas para obtenerlo se transforma casi en una exclusiva dedicación, empeño... hasta nuestro amor, logrando así suplantar a Dios, transformándose en un “dios” para nosotros, tengamos cuidado a lo que lleva cuando transformamos el amor debido a Dios a un amor neurótico por lo material.
Los bienes materiales no son malos en sí mismos, pues nos han sido suministrados por Dios. Y, siendo esto así, significa que Dios es el Dueño, y nosotros somos solamente “administradores” de esos bienes que pertenecen a El, de allí que cuando seamos juzgados se nos tomará en cuenta cómo hemos administrado los bienes que Dios nos ha confiado.
“Porque el amor al dinero es la raíz de todos los males; lo cual codiciando algunos, se descaminaron de la fe, y fueron traspasados de muchos dolores.” (1 Tim. 6, 10). Pero observemos que Pablo no dice que el dinero mismo sea la cepa de todos los males, sino “el amor al dinero”, ese amor desordenado, casi cayendo a un amor lujurioso por lo material, ya que nuestro amor tiene que dirigirse solo a Dios, no a lo material.
“¡Necio!”, exclama el Señor Jesús en su parábola sobre el hombre rico acumulador exagerado de riquezas. Y le dijo Dios: “Necio, esta noche vienen a pedir tu alma; y lo que has provisto, ¿de quién será?”(Luc.12:20). Evitemos toda clase de mezquindad, porque la vida del hombre no depende de la abundancia de bienes que ostente.
Cuantas veces, ese pronunciamiento de Cristo, que es tan cierto y tan evidente para todos, se nos relega en un rincón de nuestra mente y de nuestra alma, si lo recordáramos cada día, ¡Que distinto seria el mundo de hoy!, cuantas veces nos sorprende a muchos la muerte amando más al dinero que a Dios o teniendo al dinero en el lugar de Dios.
¿Cómo somos los hombres y mujeres de hoy? ¿Seguimos los consejos de Cristo con relación a los bienes materiales? ¿O ponemos todo nuestro ahínco en buscar dinero y en conseguir todo el que podamos, para acumular y acumular? Y... para qué, si al llegar al mundo no trajimos nada, y cuando nos vayamos de este mundo no nos llevaremos nada, ¿o creen que si se llevaran algo?
Tengamos cuidado en no torcer nuestro amor al verdadero tesoro que es Dios Uno y Trino, y dejarnos morder por la víbora del materialismo espurio, olvidándonos del verdadero tesoro, con esto no quiero decir que no debamos prever nuestro desarrollo personal, sostener dignamente a nuestras familias y a nosotros mismos, incluso tener un ahorro para nuestras vidas y nuestras cosas, lo que quiero enfatizar es cuando pasamos el limite de la realidad y la necesidad, el tener por el tener, la destrucción del ser a costa del poseer, ¡cuidado! , que la línea es muy delgada, si no estamos firmes en Cristo, podemos caer en ese sutil mordisco de la avaricia, y recuerda, ¿cuando mueras te llevaras algo?, que Dios nos de la fuerza para ser fieles a su palabra y que sepamos ser verdaderos y fieles administradores de los recursos que el nos da.
(basado en Luc.12:13-21)
por José Luís Podestá
No hay nada malo en tener dinero, propiedades y bienes materiales, mientras no condescendamos que esos bienes se conviertan en suplentes de Dios. Cristo nos ha prevenido: “Ninguno puede servir a dos señores; porque o aborrecerá al uno y amará al otro, o se llegará al uno y menospreciará al otro; no podéis servir a Dios y a las riquezas.” (Mt. 6, 24).
En el Antiguo Testamento se insiste mucho en que debemos elegir entre Dios y los ídolos o falsos dioses. En el Nuevo Testamento Jesús contrasta el dinero a Dios. Así que debemos cuidar que el dinero no se nos convierta en un ídolo, cosa muy común hoy en día, en una sociedad tan materialista, pero de un materialismo sin sentido, no con beneficio, si no el tener por el tener mismo, que sustituya a Dios, y que sumado a vías poco honrosas para obtenerlo se transforma casi en una exclusiva dedicación, empeño... hasta nuestro amor, logrando así suplantar a Dios, transformándose en un “dios” para nosotros, tengamos cuidado a lo que lleva cuando transformamos el amor debido a Dios a un amor neurótico por lo material.
Los bienes materiales no son malos en sí mismos, pues nos han sido suministrados por Dios. Y, siendo esto así, significa que Dios es el Dueño, y nosotros somos solamente “administradores” de esos bienes que pertenecen a El, de allí que cuando seamos juzgados se nos tomará en cuenta cómo hemos administrado los bienes que Dios nos ha confiado.
“Porque el amor al dinero es la raíz de todos los males; lo cual codiciando algunos, se descaminaron de la fe, y fueron traspasados de muchos dolores.” (1 Tim. 6, 10). Pero observemos que Pablo no dice que el dinero mismo sea la cepa de todos los males, sino “el amor al dinero”, ese amor desordenado, casi cayendo a un amor lujurioso por lo material, ya que nuestro amor tiene que dirigirse solo a Dios, no a lo material.
“¡Necio!”, exclama el Señor Jesús en su parábola sobre el hombre rico acumulador exagerado de riquezas. Y le dijo Dios: “Necio, esta noche vienen a pedir tu alma; y lo que has provisto, ¿de quién será?”(Luc.12:20). Evitemos toda clase de mezquindad, porque la vida del hombre no depende de la abundancia de bienes que ostente.
Cuantas veces, ese pronunciamiento de Cristo, que es tan cierto y tan evidente para todos, se nos relega en un rincón de nuestra mente y de nuestra alma, si lo recordáramos cada día, ¡Que distinto seria el mundo de hoy!, cuantas veces nos sorprende a muchos la muerte amando más al dinero que a Dios o teniendo al dinero en el lugar de Dios.
¿Cómo somos los hombres y mujeres de hoy? ¿Seguimos los consejos de Cristo con relación a los bienes materiales? ¿O ponemos todo nuestro ahínco en buscar dinero y en conseguir todo el que podamos, para acumular y acumular? Y... para qué, si al llegar al mundo no trajimos nada, y cuando nos vayamos de este mundo no nos llevaremos nada, ¿o creen que si se llevaran algo?
Tengamos cuidado en no torcer nuestro amor al verdadero tesoro que es Dios Uno y Trino, y dejarnos morder por la víbora del materialismo espurio, olvidándonos del verdadero tesoro, con esto no quiero decir que no debamos prever nuestro desarrollo personal, sostener dignamente a nuestras familias y a nosotros mismos, incluso tener un ahorro para nuestras vidas y nuestras cosas, lo que quiero enfatizar es cuando pasamos el limite de la realidad y la necesidad, el tener por el tener, la destrucción del ser a costa del poseer, ¡cuidado! , que la línea es muy delgada, si no estamos firmes en Cristo, podemos caer en ese sutil mordisco de la avaricia, y recuerda, ¿cuando mueras te llevaras algo?, que Dios nos de la fuerza para ser fieles a su palabra y que sepamos ser verdaderos y fieles administradores de los recursos que el nos da.
Desafiando a Salir Fuera
Texto: Génesis 15:1-7
Título:
Desafiando a Salir Fuera
por Joyce Álvarez León
El libro antes mencionado (Génesis) narra la historia de los comienzos, y las grandes epopeyas de nuestros antecesores. Entre ellas esta que acabamos de oir, de Abram “el padre de la fe” aunque si notamos, en su vida también encontramos rastros de duda e incertidumbre.
En esta narración Abram se queja de no tener descendencia; en la cultura antigua el no tenerla, era señal de desgracia o de infortunio, a su vida ya desgraciada se le sumaba el problema humano que a todos nos vence y es el ver las cosas en “blanco y negro”, es como si nuestros sentidos espirituales no fueran compatibles con el mundo en que vivimos; y así vamos por la vida, unos llorando penas que en el fondo no son tales penas, otros resignados a vivir una vida de fracaso, otros acuden al suicidio u otro vicio que esclaviza el alma humana.
En el versículo 5 de este capítulo vemos un detalle “Y lo llevó fuera, y le dijo...”
Tal parece que hay momentos en la vida, en que Dios nos manda salir fuera de la tienda, en la que nos hemos pertrechados, la tienda representa las posibilidades vista desde nuestra perspectiva depravada, la tienda representa además la defensa que hemos creado o la desgracia que hemos aceptado del asunto que nos preocupa, ver las estrellas del cielo, (entiéndase la obra de Dios) nos puede hacer cambiar la visión del mundo.
En cuatro puntos he querido ilustrar los ajustes necesarios que “fuera de la tienda debemos hacer”
1. Debemos cambiar la forma de ver a Dios.
Puede ser que el tener una situación como esta de Abram sea fruto de una imagen distorsionada del Dios soberano, creador de todo cuanto existe, nos dice la confesión de Westminster en su capítulo 2 que Dios es la única fuente de todo ser, de quién, por quién y para quién son todas las cosas, teniendo sobre ellas el mas soberano dominio, y, haciendo por ellas, para ellas y sobre ellas toda su voluntad.
Y el salmo 121:3 “No dará tu pie al resbaladero, ni se dormirá el que te guarda.”
Si no es así el Dios que Ud. Cree, pues se ha hecho un dios completamente falso y diferente del Dios de la revelación Cristiana, su dios no le puede satisfacer, pues no tiene la capacidad del único y sabio Dios. ¿Se ha preguntado si un diseñador de un auto, no puede arreglar el auto que él mismo diseñó? Pues así Dios siendo creador y sustentador de todo cuanto existe conoce muy bien cuál es tu solución y te ha dicho “sal fuera de la tienda” “mira las estrellas del cielo”
¿Pensamos seguir dentro de esta miserable tienda y queriendo hacer la voluntad de Dios?
¿Pensamos seguir esta vida mediocre que no glorifica al padre?
En segundo lugar
2.Debemos cambiar la forma de actuar en el mundo.
Hoy he oído las noticias antes de salir para acá, además de que en nuestro país estas noticias están de moda, muchos muertos soldados yanquis en Iraq, otro tanto en Afganistán, coche bomba en Turquía, dos niños muertos en un país árabe. ¡Ya!, la cabeza está a punto de explotar mientras los cristianos como que se han aislado del mundo y viven en un “edén” donde nada de esto los perturba y esto lo digo pensando en alguien en particular y ese soy yo mismo, durante mucho tiempo, mi quehacer en el mundo cristiano era solo asistir a los cultos, ofrendar y cantar con júbilo, y esto no es malo, pero el Señor me ha demostrado que debemos adentrarnos en las personas y en sus necesidades, en sus problemas, para así sanar las dolencias que aquejan a esta humanidad, no es desde una tribuna, ni desde un lugar cómodo donde haremos el cambio, sino es entre los que lloran, entre los que sufren.
Dios nos ha llamado a ser profetas en este siglo, la postmodernidad ha invadido con una crisis de valores, el hambre azota a poblaciones enteras, la sed, mientras nosotros en nuestra tienda sin hacer nada en particular, con rostro derrotado decimos “eso es así” frase ya célebre en boca de cualquier cubano.
Efesios 5:8 dice “Porque en otro tiempo erais tinieblas, mas ahora sois luz en el Señor; andad como hijos de luz”
¿Y que es andar en luz sino hacer lo que es ético en una sociedad que se desmorona? ¿Y que es andar en luz sino ser revolucionarios? ¿Y que es andar en luz sino es oponerse a todo lo que esclaviza al hombre? Me imagino que dondequiera que Jesús estuvo hubo disturbios, hubo conglomeraciones, Jesús era novedoso era tierno con las personas, era honesto con las necesidades, y no nos ha mandado a tomar las armas contra las injusticias, no nos mandó a enlistarnos en ejércitos a luchar por una ideología; nos mandó a llevar la paz, la fraternidad entre los hombres, el amor, mientras que hemos hecho:
¡Quedarnos dentro de nuestra propia tienda!
¿Pensamos seguir dentro de esta maldita tienda y queriendo hacer la voluntad de Dios?
¿Pensamos seguir esta vida mediocre que no glorifica al padre?
En tercer lugar
3.Debemos cambiar la forma de ver los problemas.
En la Epístola a los Romanos 8:28 la Biblia dice “Y sabemos que a los que aman a Dios, todas las cosas le ayudan a bien...”
Creo que sobre este punto no hay mucho que decir, ya el pasaje lo ha esclarecido todo muy bien.
Solo preguntarnos ¿Amamos a Dios? ¿Somos obedientes a su palabra?
¿Es nuestro mayor deseo el deleitarnos en hacer su voluntad?
Los problemas, en muchas ocasiones, Dios los usa para traernos una enseñanza práctica para el futuro, en otras son para dar esta enseñanza a alguna persona, sea cual fuere la causa lo que sí podemos estar seguros es que la palabra del Señor es fiel y nos dice que “conducen a bien”.
¿Podemos seguir viendo los problemas desde dentro de nuestra tienda?
¿No sería mejor salirnos y divisar de una vez las estrellas que el creador ha hecho para que valoremos la dimensión divina de las cosas?
En cuarto y último lugar
4. Debemos cambiar la forma de vernos a nosotros mismos:
Y es aquí donde precisamente muchos se han quedado.
Después de haber sido beneficiados de la justificación que en Cristo hemos heredado y nos ha sido regalada, después de haber recibido los beneficios del Espíritu Santo, aun tenemos una imagen distorsionada de lo que representamos delante del trono de la gracia, aun piensan que hay que continuar haciendo “cosas” para recibir la aprobación de un Dios que nos mira desde lo alto con un gran látigo para castigarnos o una dulce sonrisa para aprobar una conducta mala o buena respectivamente.
¿Hasta cuando seguiremos con este dualismo moral? ¿Hasta cuando vacilaremos en comprender que somos maravillosos en las manos de Dios?
Miren que “de tal manera nos ha amado Dios que ha entregado a su hijo por nosotros” que nos ha bendecido con toda bendición espiritual en los lugares celestes EN CRISTO.
¿Pensamos seguir dentro de esta maldita tienda y no mirando lo bueno que ha sido Dios con nosotros?
¿Pensamos seguir esta vida mediocre que no glorifica al padre?
Conclusiones:
Cuenta Gutiérrez, en uno de sus libros, que en una ocasión un campesino se encontró un pichón de águila. Lo llevó hasta su granja y allí se lo puso a una gallina, el ave fue creciendo y se convirtió en una gran águila, grande y bella, pero con las costumbres de una gallina; cuenta que se pasaba el día cococo como las demás gallinas y se alimentaba de maíz.
Un día llegó a la granja un conocedor de aves y le dijo ¡Eso es un águila! ¡No una gallina! El granjero le dijo – ¡te equivocas estás frente a una verdadera gallina!- el otro joven le dijo- verás que no lo es.
Y lo levantó en brazos y lo lanzó pero el águila volvió al piso y cococo, con las gallinas volvió a comer maíz; el joven ya extrañado le dijo verás.
Y caminó hasta una colina amplia donde se podía divisar el azul del cielo y donde se podía respirar el aire de libertad que no había experimentado esta ave. La levantó en alto y notó como sus ojos grises se le colmaron del azul del cielo, lanzó un chillido y salió volando, volando, y nunca mas regresó.
Así como águilas engañadas que somos gallinas, muchos gastan su existencia. El creador nos está diciendo que somos como esta águila, volemos, salgamos de nuestra tienda, salgamos de nuestra rutina que nos agobia, salgamos a un mundo necesitado del amor redentor de Cristo. Como aquellas cruzadas que en la edad media segaron la vida de miles y miles de personas, salgamos pero a darles vida a estos miles de seres que sufren en el mundo.
Si Dios quiere esto será hecho, pero tú si no sales, seguirás como esta águila, en su tienda y sin salir a divisar la inmensidad.
Es mi oración a Dios que cada uno de nosotros pueda ver su responsabilidad y haga la diferencia desde ya.
Que Dios los bendiga
Título:
Desafiando a Salir Fuera
por Joyce Álvarez León
El libro antes mencionado (Génesis) narra la historia de los comienzos, y las grandes epopeyas de nuestros antecesores. Entre ellas esta que acabamos de oir, de Abram “el padre de la fe” aunque si notamos, en su vida también encontramos rastros de duda e incertidumbre.
En esta narración Abram se queja de no tener descendencia; en la cultura antigua el no tenerla, era señal de desgracia o de infortunio, a su vida ya desgraciada se le sumaba el problema humano que a todos nos vence y es el ver las cosas en “blanco y negro”, es como si nuestros sentidos espirituales no fueran compatibles con el mundo en que vivimos; y así vamos por la vida, unos llorando penas que en el fondo no son tales penas, otros resignados a vivir una vida de fracaso, otros acuden al suicidio u otro vicio que esclaviza el alma humana.
En el versículo 5 de este capítulo vemos un detalle “Y lo llevó fuera, y le dijo...”
Tal parece que hay momentos en la vida, en que Dios nos manda salir fuera de la tienda, en la que nos hemos pertrechados, la tienda representa las posibilidades vista desde nuestra perspectiva depravada, la tienda representa además la defensa que hemos creado o la desgracia que hemos aceptado del asunto que nos preocupa, ver las estrellas del cielo, (entiéndase la obra de Dios) nos puede hacer cambiar la visión del mundo.
En cuatro puntos he querido ilustrar los ajustes necesarios que “fuera de la tienda debemos hacer”
1. Debemos cambiar la forma de ver a Dios.
Puede ser que el tener una situación como esta de Abram sea fruto de una imagen distorsionada del Dios soberano, creador de todo cuanto existe, nos dice la confesión de Westminster en su capítulo 2 que Dios es la única fuente de todo ser, de quién, por quién y para quién son todas las cosas, teniendo sobre ellas el mas soberano dominio, y, haciendo por ellas, para ellas y sobre ellas toda su voluntad.
Y el salmo 121:3 “No dará tu pie al resbaladero, ni se dormirá el que te guarda.”
Si no es así el Dios que Ud. Cree, pues se ha hecho un dios completamente falso y diferente del Dios de la revelación Cristiana, su dios no le puede satisfacer, pues no tiene la capacidad del único y sabio Dios. ¿Se ha preguntado si un diseñador de un auto, no puede arreglar el auto que él mismo diseñó? Pues así Dios siendo creador y sustentador de todo cuanto existe conoce muy bien cuál es tu solución y te ha dicho “sal fuera de la tienda” “mira las estrellas del cielo”
¿Pensamos seguir dentro de esta miserable tienda y queriendo hacer la voluntad de Dios?
¿Pensamos seguir esta vida mediocre que no glorifica al padre?
En segundo lugar
2.Debemos cambiar la forma de actuar en el mundo.
Hoy he oído las noticias antes de salir para acá, además de que en nuestro país estas noticias están de moda, muchos muertos soldados yanquis en Iraq, otro tanto en Afganistán, coche bomba en Turquía, dos niños muertos en un país árabe. ¡Ya!, la cabeza está a punto de explotar mientras los cristianos como que se han aislado del mundo y viven en un “edén” donde nada de esto los perturba y esto lo digo pensando en alguien en particular y ese soy yo mismo, durante mucho tiempo, mi quehacer en el mundo cristiano era solo asistir a los cultos, ofrendar y cantar con júbilo, y esto no es malo, pero el Señor me ha demostrado que debemos adentrarnos en las personas y en sus necesidades, en sus problemas, para así sanar las dolencias que aquejan a esta humanidad, no es desde una tribuna, ni desde un lugar cómodo donde haremos el cambio, sino es entre los que lloran, entre los que sufren.
Dios nos ha llamado a ser profetas en este siglo, la postmodernidad ha invadido con una crisis de valores, el hambre azota a poblaciones enteras, la sed, mientras nosotros en nuestra tienda sin hacer nada en particular, con rostro derrotado decimos “eso es así” frase ya célebre en boca de cualquier cubano.
Efesios 5:8 dice “Porque en otro tiempo erais tinieblas, mas ahora sois luz en el Señor; andad como hijos de luz”
¿Y que es andar en luz sino hacer lo que es ético en una sociedad que se desmorona? ¿Y que es andar en luz sino ser revolucionarios? ¿Y que es andar en luz sino es oponerse a todo lo que esclaviza al hombre? Me imagino que dondequiera que Jesús estuvo hubo disturbios, hubo conglomeraciones, Jesús era novedoso era tierno con las personas, era honesto con las necesidades, y no nos ha mandado a tomar las armas contra las injusticias, no nos mandó a enlistarnos en ejércitos a luchar por una ideología; nos mandó a llevar la paz, la fraternidad entre los hombres, el amor, mientras que hemos hecho:
¡Quedarnos dentro de nuestra propia tienda!
¿Pensamos seguir dentro de esta maldita tienda y queriendo hacer la voluntad de Dios?
¿Pensamos seguir esta vida mediocre que no glorifica al padre?
En tercer lugar
3.Debemos cambiar la forma de ver los problemas.
En la Epístola a los Romanos 8:28 la Biblia dice “Y sabemos que a los que aman a Dios, todas las cosas le ayudan a bien...”
Creo que sobre este punto no hay mucho que decir, ya el pasaje lo ha esclarecido todo muy bien.
Solo preguntarnos ¿Amamos a Dios? ¿Somos obedientes a su palabra?
¿Es nuestro mayor deseo el deleitarnos en hacer su voluntad?
Los problemas, en muchas ocasiones, Dios los usa para traernos una enseñanza práctica para el futuro, en otras son para dar esta enseñanza a alguna persona, sea cual fuere la causa lo que sí podemos estar seguros es que la palabra del Señor es fiel y nos dice que “conducen a bien”.
¿Podemos seguir viendo los problemas desde dentro de nuestra tienda?
¿No sería mejor salirnos y divisar de una vez las estrellas que el creador ha hecho para que valoremos la dimensión divina de las cosas?
En cuarto y último lugar
4. Debemos cambiar la forma de vernos a nosotros mismos:
Y es aquí donde precisamente muchos se han quedado.
Después de haber sido beneficiados de la justificación que en Cristo hemos heredado y nos ha sido regalada, después de haber recibido los beneficios del Espíritu Santo, aun tenemos una imagen distorsionada de lo que representamos delante del trono de la gracia, aun piensan que hay que continuar haciendo “cosas” para recibir la aprobación de un Dios que nos mira desde lo alto con un gran látigo para castigarnos o una dulce sonrisa para aprobar una conducta mala o buena respectivamente.
¿Hasta cuando seguiremos con este dualismo moral? ¿Hasta cuando vacilaremos en comprender que somos maravillosos en las manos de Dios?
Miren que “de tal manera nos ha amado Dios que ha entregado a su hijo por nosotros” que nos ha bendecido con toda bendición espiritual en los lugares celestes EN CRISTO.
¿Pensamos seguir dentro de esta maldita tienda y no mirando lo bueno que ha sido Dios con nosotros?
¿Pensamos seguir esta vida mediocre que no glorifica al padre?
Conclusiones:
Cuenta Gutiérrez, en uno de sus libros, que en una ocasión un campesino se encontró un pichón de águila. Lo llevó hasta su granja y allí se lo puso a una gallina, el ave fue creciendo y se convirtió en una gran águila, grande y bella, pero con las costumbres de una gallina; cuenta que se pasaba el día cococo como las demás gallinas y se alimentaba de maíz.
Un día llegó a la granja un conocedor de aves y le dijo ¡Eso es un águila! ¡No una gallina! El granjero le dijo – ¡te equivocas estás frente a una verdadera gallina!- el otro joven le dijo- verás que no lo es.
Y lo levantó en brazos y lo lanzó pero el águila volvió al piso y cococo, con las gallinas volvió a comer maíz; el joven ya extrañado le dijo verás.
Y caminó hasta una colina amplia donde se podía divisar el azul del cielo y donde se podía respirar el aire de libertad que no había experimentado esta ave. La levantó en alto y notó como sus ojos grises se le colmaron del azul del cielo, lanzó un chillido y salió volando, volando, y nunca mas regresó.
Así como águilas engañadas que somos gallinas, muchos gastan su existencia. El creador nos está diciendo que somos como esta águila, volemos, salgamos de nuestra tienda, salgamos de nuestra rutina que nos agobia, salgamos a un mundo necesitado del amor redentor de Cristo. Como aquellas cruzadas que en la edad media segaron la vida de miles y miles de personas, salgamos pero a darles vida a estos miles de seres que sufren en el mundo.
Si Dios quiere esto será hecho, pero tú si no sales, seguirás como esta águila, en su tienda y sin salir a divisar la inmensidad.
Es mi oración a Dios que cada uno de nosotros pueda ver su responsabilidad y haga la diferencia desde ya.
Que Dios los bendiga
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