e martë, 5 janar 2010

La armonía entre creyentes

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Fondo Bíblico: Juan 13:34,35; Romanos 12:9-13; Efesios 4:26-31; 1 Pedro 4:8-10; 1 Juan 3:11,14

Verdad Central: El Cuerpo de Cristo es fortalecido cuando los cristianos viven en armonía.

Texto Áureo: Antes sed benignos unos con otros, misericordiosos, perdonándoos unos a otros, como Dios también os perdonó a vosotros en Cristo. Efesios 4:32

Objetivo

Aprender la importancia de amar y servir a otros, y dedicarnos a cumplir con tal tarea.

Bosquejo

I. Ámense los unos a los otros.

A. Un nuevo énfasis en el amor divino

B. Clave para una vida abundante

II Ministrando unos a otros

A. El amor: ¿falso o verdadero?

B. El ministerio del amor

III. Vivan en paz

A. Aborrezcan lo malo

B. Sigan lo bueno

Introducción

Un obrero cristiano comenzó a trabajar con otros cristianos pensando que no tendría los mismos conflictos que había tenido con gente inconversa. Sin embargo, pronto se desilusionó. Muchas de las características que había observado en los inconversos eran manifiestas en sus compañeros cristianos.

Aun para los cristianos, la armonía interpersonal no viene fácilmente. Cada miembro del Cuerpo de Cristo debe luchar constantemente contra los deseos egoístas que son productos de la naturaleza humana. Los creyentes deben reconocer que son incapaces de vivir en armonía unos con otros. Sin embargo, cuando Cristo es el Señor de estas situaciones, la armonía no sólo es posible, sino llega a ser la norma por la cual los creyentes se conocen.

Comentario Bíblico

I. Amanse los unos a los otros Juan 13:34,35; 1 Juan 3:11,14

A. Un nuevo énfasis en el amor divino

El mandamiento de amar no fue totalmente nuevo. La ley estableció que un judío debía amar a su prójimo como a sí mismo (Levítico 19:18). El creyente debe amar a su prójimo (toda persona), pero también debe tenor en mayor interés y amor sincero por otros creyentes. Jesús hizo más que cumplir la ley del Antiguo Testamento. El no sólo amó a su prójimo como a sí mismo, sino que lo amó aun más que a su propia vida. Dio sor vida por cada pecador. En Juan 13:34, el mandamiento que "os améis unos a otros" fue nuevo en que la nueva norma era más alta. Ahora dice, "como yo os he amado", no como "te amas a ti mismo".

El amor que se demuestra según esta norma más alta, prueba al mundo que el creyente es un verdadero discípulo de Jesucristo. El mundo conoce el amor de una madre por su hijo, el amor de un esposo por su esposa, el amor de un patriota a su patria, pero cada uno de estos, por admirable que sea, puede ser egoísta. Pero las demostraciones de amor que le cuestan algo al que las da sin esperar nada a cambio (un verdadero sacrificio), sobresalen porque vienen de un amor especial y divino.

Jesús dio el nuevo mandamiento con el propósito de que el amor abnegado y sacrificado sea lo que distingue a todos sus verdaderos seguidores (Juan 13:35). Así como ellos se aman unos a otros, hasta dar sus propias vidas, se reconocen como discípulos de Aquel que dio su vida en rescate por todos.

B. Clave para una vida abundante

"Amémonos unos a otros" es el mensaje que los cristianos han escuchado desde el primer día que entraron en el Reino de Dios ("desde el principio", 1 Juan 3:11). "Sed benignos» y "Amémonos unos a otros" (Efesios 4:32; 1 Juan 3:11) son versículos que los niños aprenden desde pequeños. Y aunque los cristianos definen el amor de una manera diferente a como el mundo lo hace, puede ser fácil decir tales palabras sin que realmente signifiquen una diferencia en las relaciones que tenemos con otros cristianos. Podemos hablar del amor, y todavía enojarnos con otros creyentes que no ven las cosas como nosotros.

Pregunta: ¿Qué quiso decir Juan cuando dijo que el creyente que no ama a su hermano como Cristo amó a la iglesia "permanece en muerte" (1 Juan 3:14)?

Los creyentes no deben buscar sólo "sentirse" salvos, sino que deben procurar que sus vidas muestren la clase de amor que, según las Escrituras, es la evidencia de una genuina salvación. Juan afirma que hemos pasado de muerte a vida si amamos a los hermanos.

Si no amamos a otros creyentes, permanecemos esclavos o muertos espiritualmente. Sin amor, que es el fruto de la salvación, no hemos entrado en la vida que llena y satisface. Eso parece un mensaje duro, pero es lo que dice la Palabra de Dios. El amor no sólo es un buen sentimiento que tenemos por otros creyentes. A veces significa sacrificar derechos y privilegios personales por el beneficio de otros. El amor es la llave que abre la puerta a una nueva vida.

II. Ministrando unos a otros Romanos 12:9, 10,13; 1 Pedro 4:8-10

A. El amor: ¿falso o verdadero?

Pregunta: ¿Cómo puede uno saber si el amor de una persona es sincero o no?

"El amor sea sin fingimiento" (v. 9), les dijo Pablo a los romanos. En los versículos siguientes se nos explica cómo demostrar ese amor.

Por supuesto que no podemos tomar una cinta de medir para ver si estamos demostrando el amor de Cristo a los demás. Si vemos la lista de características que Pablo compartió con los romanos, no debiéramos estar satisfechos a menos que cada día procuremos cumplir con cada una bajo la dirección y con la ayuda del Espíritu Santo. Sólo el amor verdadero que viene de Cristo y es inspirado por El puede revelar que el amor del mundo es falso y no puede satisfacer.

B. El ministerio del amor

En 1 Pedro 4:8-10, Pedro animó a los creyentes a demostrar amor hacia otros activamente. El amor no es verdadero hasta que ministre a otros. Debemos amar como Cristo nos amó a nosotros y murió por nuestros pecados. Su gran obra por la humanidad fue una gran labor de amor y ministerio. "Porque el Hijo del Hombre no vino para ser servido, sino para servir, y para dar su vida en rescate por muchos" (Marcos 10:45). Ese es el ejemplo para nuestro amor.

El amor cubre una multitud de pecados (1 Pedro 4:8). No ignora el pecado; más bien ve las faltas de otros. Pero este mismo amor no mantiene una actitud de crítica. No condena a otros cuando cometen un error. A veces, a un hermano débil en la fe se le acusa de tener malos motivos. "Él quiere tomar el poder en sus manos" o "él me molesta intencionalmente". El amor dice: "Él está tratando de hacer lo mejor posible, pero realmente no sabe lo que es mejor." El amor también puede decir: "Él no quiso ser abusivo, sólo estaba tratando de usar un poco de humor pero le salió mal." El amor busca lo mejor en todos, aun cuando la razón humana sugiere los peores motivos. En verdad cubre una multitud de pecados.

El amor es acogedor, y lo hace voluntaria y generosamente. El ser acogedor es más que invitar a los vecinos o amigos a una cena. Ser verdaderamente acogedor es extender una invitación al forastero y al pobre que no pueden devolver el favor. El amor da abnegadamente, así como Cristo cuando dio su vida por nosotros sin esperar que le devolviéramos el favor. Si el amor se da de mala gana, entonces no es sincero. Ese amor es hipócrita, si es que puede llamarse amor.

El amor que demostramos a otros es un reflejo de lo que Cristo nos ha dado a nosotros (versículo 10). El ministerio es servir y ayudar a otros. Cada creyente puede haber recibido uno o muchos dones que pueden usarse para edificar y bendecir a otros. "Cada uno según el don que ha recibido, minístrelo a los otros" (versículo 10). Cualesquiera que sean los dones que la gracia de Dios le ha dado, el creyente debe depender de los recursos y la provisión de Dios para ministrar a otros. Los dones no son para ganancia o gloria personal, sino para edificar el Cuerpo de Cristo en un espíritu de amor.

El amor ministra a otros de acuerdo con "la multiforme gracia" (versículo 10). ¿Qué es "multiforme gracia"? Algunos piensan que "multiforme" significa muchos o multiplicado. Pero como se usa aquí, no se refiere a cantidad o calidad. Más bien es "diversidad". La gracia de Dios, cuando es ministrada a otros por medio de los dones de Dios, es diversa y multifacética. El Espíritu dice por medio de Pedro: "Sean buenos administradores de la gracia y los dones que Dios les ha dado. Permitan que Dios use sus vidas para ministrar a otros por medio de sus dones, y así muestren a otros los muchos aspectos de la maravillosa gracia de Dios. Cuando el amor sincero motiva estos ministerios, no hay límite de lo que Dios puede hacer por medio de nosotros.

III. Vivan en paz Efesios 4:26-31

A: Aborrezcan lo malo

Efesios 4:26-31 describe una serie de actitudes y acciones que no deben caracterizar a un creyente. El versículo 26 recalca una emoción que, aunque no es pecado en sí, puede llevar al creyente a pecar. El creyente debe tener mucho cuidado con cómo usa el enojo.

Pregunta: Si tenemos que esperar hasta que se ponga el sol sobre nuestro enojo, ¿cuánto tiempo tendrán que esperar para deshacerse de su enojo las personas que viven donde el sol no se pone por meses enteros?

Aunque esta pregunta suena un poco rara, debemos buscar la enseñanza fundamental tras las palabras literales del versículo 26. En vez de pensar sobre cuánto tiempo podemos permanecer enojados sin desobedecer las Escrituras, debemos hacer todo lo posible por deshacernos del enojo. Debemos cumplir con esto por nuestro propio bien más que por el beneficio de la persona o cosa con que nos enojamos. El enojo, cuando no tiene ningún control, puede contaminar todo el sistema de uno.

La primera parte del versículo dice que el enojo en sí no es malo. Hay ciertas cosas con las cuales podemos permanecer airados después de que se pone el sol. Son las mismas cosas con las que podemos estar airados sin pecar: la hipocresía, deshonestidad, inmoralidad, las malas acciones, el pecado, etc. Podemos enojarnos contra el pecado, pero no debemos dejar que nuestro celo se degenere y nos haga odiar al pecador. Jesús estaba enojado contra la hipocresía de los fariseos; sin embargo, Él los amó tanto que dio su vida para que ellos pudieran ser salvos si clamaban a Él.

A veces es difícil saber la diferencia entre el enojo que es apropiado y el que es pecado. Si hay rastro de malicia o amargura en el enojo, se vuelve pecado. Debe ser tratado inmediatamente, sin esperar que el sol se ponga.

El versículo 27 identifica al enojo con el desarrollo del pecado. El enojo es muy peligroso, porque muchas veces le da "lugar al diablo" en nuestra vida. El fundamento para la paz en todas nuestras relaciones se pone cuando nosotros prevenimos que Satanás no tome la oportunidad de obrar sus artimañas en nuestra vida.

Los versículos 28-31 amplían más la escena para advertirnos contra toda conducta que Satanás promoverá en la vida de un individuo. El cristiano no debe hurtar (v.28) ni decir palabras corrompidas (v.29). El creyente no debe hacer nada para contristar al Espíritu de Dios (v.30), y esta declaración va seguida de una lista entera de pecados específicos (v.31).

B. Sigan lo bueno

Pregunta: ¿Qué es lo que sobresale en Efesios 4:32?

Mientras que los versículos anteriores incluían una acción distinta que se debe seguir, el mayor énfasis de los versículos 26-31 parece ser evitar el pecado. El versículo 32, sin embargo, cambia completamente a lo positivo. Pablo no quería presentar una lista de pecados que hay que evitar. Probablemente nadie vendría a Cristo si un creyente se concretara a anunciar todas las clases de pecado que evita. En cambio, las personas son atraídas a Cristo cuando los cristianos ponen el amor de Dios en acción.

Hacer algo amable no es lo mismo que ser amable. Darle dinero a un mendigo es un acto de bondad, pero puede ser motivado por un sentido de culpabilidad, para aparentar, el orgullo, o para ocultar su propio sentido de opulencia. Preguntarle al mendigo de qué tiene necesidad y darle a sí mismo a través del regalo material es el acto de bondad que importa más.

La bondad que Dios desea viene de un corazón misericordioso y perdonador. Esto es algo que se ve muy poco hoy día. Ya que el hogar, la escuela, el lugar de trabajo y aun la Iglesia se están convergiendo en lugares de conflicto, hace falta gente misericordiosa y amable. Conforme los cristianos cultivan en sí mismos corazones benignos, misericordiosos y perdonadores, pueden deshacerse del conflicto e introducir la paz de Cristo en donde viven y trabajan.

Aplicación

Podemos acusar a una iglesia de ser carnal; podemos dar ejemplos de conducta que carece de amor entre creyentes. Pero al final de cuentas, nuestra atención debe enfocarse en nosotros mismos. Al no demostrar el amor de Cristo hacia otros, nos volvemos tan culpables como los demás a quienes estamos culpando. Cuando nosotros como individuos empezamos a cambiar, la Iglesia puede ser todo lo que Dios quiere que sea.

Nosotros no somos capaces de amar así como Cristo nos amó primero. Para poder amar con ese amor abnegado y sacrificado que Cristo tuvo por nosotros cuando fue a la cruz, necesitamos la ayuda del Espíritu Santo. El primer fruto del Espíritu que se menciona en Gálatas 5:22 es el amor. Algunos comentaristas creen que las últimas ocho partes del fruto del Espíritu son simplemente términos que ayudan a definir lo que es el amor genuino. En otras palabras, el fruto del Espíritu es amor. Punto y se acabó. Y si quiere saber si tiene amor, fíjese si tiene lo siguiente: gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe, mansedumbre y templanza.

Finalmente, ¿tiene un corazón que desea ministrar a otros? ¿Sinceramente quiere servir a otros más que a sí mismo? Esa es la obra del Espíritu Santo. Puede vivir en armonía con todos los hijos de Dios.

e diel, 3 janar 2010

La armonía con Dios.

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Fondo Bíblico Romanos 5:1, 2,6-10; Efesios 5:1-7; Colosenses 1:19-23.

Verdad Central: La paz con Dios viene por medio de fe en Jesucristo.

Texto Áureo: Pero en Cristo Jesús, vosotros que en otro tiempo estabais lejos, habéis sidas hechos cercanos por la sangre de Cristo.

Objetivo del Aprendizaje.

Saber que podemos vivir en una relación correcta con Dios por medio de la fe en Cristo, y procurar hacerlo.

Bosquejo general

I. Paz con Dios

A. Entrada a la presencia de Dios

B. El amor: un don de Dios.

II. Andad como hijos de Dios.

A. Andad en amor

B. Una vida separada

III. Reconciliados con Dios.

A. Cristo trae comunión

B. Permanezcan en la fe.

Introducción

Lo que el mundo busca más que nada es una paz interna. Mientras que algunos dirán que puede ser sustituida por el dinero, el poder, la fama o el éxito, en realidad son intentos de encontrar paz con uno mismo y con otros.

Escriba las siguientes palabras y frases en la pizarra o en una transparencia: extrañados, justificados, reconciliados, paz con Dios, y paz por medio de la sangre. Pregunte a los alumnos cómo definirían estas expresiones. Es probable que la mayoría de ellos tengan un buen entendimiento de estas verdades. Informe a la clase que la lección de esta semana enfocará más de cerca la manera como Dios le ha ofrecido al ser humano armonía en su manera de vivir con El; una relación de armonía que trae verdadera paz.

Comentario bíblico

I. Paz con Dios Romanos 5:1, 2,6-10

A. Entrada a la presencia de Dios

Los creyentes de aquella época entendían fácilmente que la cita de Romanos 5:1,2 se refería a las leyes ceremoniales del Antiguo Testamento que perdieron vigencia en la edad de la Iglesia. Imagínese que usted es un gentil que pasa por Jerusalén para visitar el templo un poco antes del nacimiento de Jesús. Como forastero, sería tratado bien según las instrucciones del Antiguo Testamento. Se le encamina hacia la parte noreste de la ciudad hasta el templo donde todos los judíos creen que la presencia de Dios habita literalmente. De repente, alguien lo detiene. Como gentil, sólo puede entrar al atrio exterior, que se llama el "atrio de los gentiles, que rodea el templo.

Un grupo de mujeres hebreas pasa al lado suyo a la entrada del templo. Ellas pueden acercarse al templo sólo un poco más que usted. Pero tampoco se les permite ir más allá del "atrio de las mujeres". Los hombres hebreos pueden seguir hasta llegar más cerca a la presencia de Dios, al "atrio de los israelitas", pero hay un lugar, el "atrio de los sacerdotes", donde ellos tampoco pueden entrar, con excepción de los hombres de la tribu de Leva. Al final de cada año en el Día de la Expiación, sólo el sumo sacerdote puede ir más allá del velo que cubre el Lugar Santísimo. La entrada hasta la presencia de Dios se limita por leyes complejas, y se limita a sólo unos pocos escogidos. Pero los límites impuestos por la Ley sólo recalcan la maravillosa libertad que los creyentes disfrutan bajo el Nuevo Pacto. Lo único que el cristiano debe hacer para ser justificado por Dios es creer en la salvación que Cristo ha provisto. La paz con Dios es una realidad constante para el creyente. Y con esa paz hay entrada inmediata y completa a Su presencia.

B. El amor un don de Dios

PREGUNTA: ¿Está de acuerdo o no? La frase "en la esperanza de la gloria de Dios" se refiere al cielo y a la recompensa final del creyente.

Cuando observamos más detenidamente la segunda parte de Romanos 5:2, podríamos pensar en el significado más común de "esperanza". Para la mayoría de la gente, esta "esperanza" siempre se refiere a algo que por el momento es intangible. Es verdad que la esperanza del creyente incluye una recompensa futura, una recompensa que no podemos conocer o comprender todavía. Por cierto podemos regocijarnos en la promesa de nuestra herencia celestial, cuando todas las pruebas y los sufrimientos terrenales se acabarán. Pero eso es sólo una parte de la verdad. También hay una "esperanza de gloria" en esta vida presente. Ver a Jesús cara a cara en el cielo será glorioso; pero podemos conocerlo ahora, en un sentido espiritual, cara a cara.

Cuando consideramos el amor que se expresa entre Dios y el hombre tenemos que recordar que Dios es el que siempre inicia esa clase de relación. Romanos 5:6,7 nos enseña esta verdad. Los seres humanos por naturaleza viven en un estado pecaminoso. No pueden acercarse a un Dios santo. Sin embargo, Dios tomó la responsabilidad sobre sí mismo de alcanzar a la humanidad por medio del sacrificio de su Hijo.

PREGUNTA: La frase "Dios muestra su amor para con nosotros" (Romanos 5:8) ¿significa (a) que Dios está obligado a amarnos; (b) que Dios recomienda que nos amemos unos a otros y al amarnos nos muestra cómo hacerlo; o (c) que Dios constantemente está demostrándonos que nos ama?

La implicación aquí es que Dios continuamente muestra su amor para con nosotros. El amor de Dios para con nosotros se ve en que Cristo Jesús murió por todos los pecadores, aun cuando eran enemigos de Dios. La naturaleza de esta demostración de amor se ve en los versículos 9 y 10. Es evidente que el ministerio de Cristo continúa en la vida de los creyentes y con ello la preservación del juicio final de Dios. Este es un constante recuerdo de la paz que Cristo adquirió para nosotros al derramar su sangre y dar su vida. No tenemos que temer el castigo del juicio final porque hemos sido salvos para vivir con Cristo por la eternidad.

II. Andad como hijos de Dios Efesios 5:1-7

A. Andad en amor

Dios probó su amor por toda la humanidad al enviar a su Hijo a morir por nosotros. Ahora les corresponde a los hijos por adopción seguir en los pasos de su Padre celestial. La palabra griega traducida "imitadores" en Efesios 5:1 nos hace saber que los creyentes deben imitar el amor de Dios. Como hijos del Dios de amor llegamos a conocer su amor para luego expresar ese mismo amor hacia otros de la misma manera que Dios vino a mostrar ese amor hacia nosotros.

El amor ágape, o el amor que Cristo demostró cuando murió en la cruz por los pecados del mundo, es el mismo amor que los hijos de Dios deben demostrar (v. 2). Cuando este amor gobierna nuestras decisiones y motiva nuestras acciones, sólo entonces andaremos en esa clase de amor que Pablo nos instó a demostrar.

B. Una vida separada

No sólo debe el cristiano imitar el amor de Dios, sino que las normas de Dios para la santidad deben ser una parte permanente de cada creyente. Entre el pueblo de Dios no debe haber en absoluto actividades tales como la fornicación, inmundicia o avaricia (v. 3).

Pablo también amplió la ilustración en el versículo 4 para incluir la conversación del creyente. El creyente no debe participar en nada inmoral, ni hacerlo parte de su conversación. Pablo sabía que las cosas que uno dice pueden afectar su salud espiritual.

PREGUNTA: Si Dos denuncia las "truhanerías" (v. 4), ¿qué lugar puede ocupar el humor en la conversación del creyente?

Hay conversaciones y palabras que provienen de nuestros corazones y mentes que debemos evitar definitivamente. Se mencionan tres clases de conversaciones: palabras deshonestas, necedades, y truhanerías. El humor, por supuesto, puede edificar, o ser corrupto y profano. Cuando se usa como es debido el humor puede mover a los hombres y a las mujeres hacia el gozo santo y a la felicidad sin mancha del pecado. Pero burlarse de la vida de pecado, intercalando en la conversación comentarios necios e inútiles y contando historias que no convienen, impide a los pecadores entrar al Reino.

Sin embargo, la lengua también puede expresar los sentimientos de un corazón puro. "Por lo demás, hermanos - dijo Pablo - todo lo que es verdadero, todo lo honesto, todo lo justo, todo lo puro, todo lo amable, todo lo que es de buen nombre; si hay virtud alguna, si algo digno de alabanza, en esto pensad" (Filipenses 4: S). Cuando la mente piensa en estas cosas, la lengua hablará cosas que son agradables a Dios. Una lengua sometida al Espíritu hablará cosas que traen armonía al Cuerpo de Cristo.

Hoy día la sociedad y las personalidades del mundo del cine y la televisión tratan a la vida inmoral, el divorcio y la irreverencia como cosas aceptables y graciosas. Pablo aclaró que las personas dedicadas a una vida de pecado son idólatras (v. 5). Han puesto sus deseos malvados sobre todo lo demás y han hecho caso omiso del llamado de Dios en sus vidas. La inmoralidad y la avaricia son idolatría en el siglo presente.

La santificación que constituye una vida separada, tiene dos aspectos: separación del mundo, y separación para Dios. La gente inmoral, avara, y engañadora componen el grupo que sale del mundo para tentar a los creyentes a unirse a ellos. El creyente debe evitar tal engaño (v. 6). La amistad con el mundo trae el juicio de Dios. Ser amigos del mundo es ser enemigos de Dios.

"No seáis, pues, partícipes con ellos", advirtió Pablo en el versículo 7. No participe en su maldad y desobediencia. No tenga nada que ver con personas malvadas. Nuestra vida debe ser de separación para Poder gozar de armonía con Dios.

III. Reconciliados con Dios Colosenses 1:19-23

A. Cristo trae comunión

Declarar que toda la plenitud de Dios habitó en Cristo Jesús nos suena algo raro hoy, especialmente cuando sabemos y enseñamos que Cristo fue el Dios encarnado. Pero Pablo, al escribir a los colosenses, estaba tratando de una herejía del primer siglo que enseñaba que existían muchos espíritus que mediaban entre Dios y el mundo. Los gnósticos enseñaban que Jesús era sólo uno entre muchos intermediarios divinos. Pablo, bajo la inspiración del Espíritu Santo, aclaró que todos los atributos divinos estaban en Jesús. Toda la Deidad existía en Cristo. Así que El es el único mediador entre el hombre y Dios.

La muerte de Cristo es suficiente para reconciliar a todos los pecadores con Dios. Pero es más que eso; reconcilió a todas las cosas, incluyendo la naturaleza caída. Puede que aún no veamos todo cumplido, pero se ha asegurado la victoria. Todavía no vemos todo "bajo sus pies". Pero vemos a Jesús. . . "por cuya causa son todas las cosas, y por quien todas las cosas subsisten (Hebreos 2:8-10). Lo que era originalmente de Dios, pero quedó separado por la Caída, ahora ha sido reconciliado por la muerte de Cristo y su resurrección. Se ha hecho la paz; sólo tenemos que aceptarla.

B. Permanezcan en la fe

Colosenses 1:23 contiene líneas de conducta que algunos cristianos interpretarían como experiencias del pasado. Las denominaciones que enseñan que la salvación no puede perderse hacen que este mensaje sea de poca o ninguna importancia. Si un cristiano nunca puede dejar de ser cristiano, ¿por qué declararía Pablo tan fuertemente la necesidad de permanecer en la fe?

El "si" al principio del versículo 23 nos da una elección. Los cristianos pueden decidir por sí mismos no permanecer en la fe. Pero si toman esta decisión, las promesas de los versículos anteriores no tienen ningún efecto. La segunda parte del versículo hace un comentario muy similar. Pablo jamás habría incluido la frase "sin moveros de la esperanza si esto no fuera posible.

Al pensar en este versículo, los creyentes deben ser movidos a buscar una relación madura en Cristo. No hay necesidad de que uno viva con temor de perder su salvación accidentalmente. El creyente estará seguro en el Señor siempre y cuando desea vivir en obediencia.

Este mensaje de esperanza es para toda persona. En Colosenses 1:23 se nos pide que no pensemos sólo en nosotros mismos. Como Pablo, nosotros somos ministros que propagamos las Buenas Nuevas a las almas perdidas que diariamente mueren en sus pecados.

Aplicación

Tenemos paz para con Dios por medio de Jesucristo, cuyas muerte y resurrección trajeron reconciliación y paz entre Dios y el hombre. Sin embargo, la persona debe reconocer esa gracia de reconciliación y pedir esa paz. La mayoría de la gente en el mundo no tiene armonía con Dios. Cada creyente debe ser consciente de su propia relación con Dios, con sus vecinos y otras amistades, y con las millares de personas que mueren sin conocen esa paz con Dios.

Los creyentes necesitan saber la importancia de la reconciliación con Dios para disfrutar una vida victoriosa. Satanás quiere que seamos vagabundos espirituales, y hacernos creer que somos salvos del juicio que le espera a todo pecador. Cuando eso sucede, las tentaciones se arraigan y la armonía que tenemos con Dios se convierte en ira, temor y conflicto.

Tener paz con Dios es más que sólo saber que en un momento dado aceptamos a Jesús como nuestro Salvador. Es el fundamento para la vida vencedora del Espíritu. Sin la confianza de una paz y la armonía con Dios, el fruto del Espíritu no madurará en nuestra vida.

Concluya la clase pidiéndoles a los alumnos que mediten en silencio sobre la paz y armonía que Jesús les ha dado. Después de unos minutos pida que alguien concluya con una oración de gracias a Dios por todo lo que El ha hecho por nosotros para que tengamos comunión con Él.

Alcance evangelístico

Al final de la Guerra de 1812, entre los Estados Unidos y Gran Bretaña, el general norteamericano Andrew Jackson y sus tropas defendieron con éxito a la ciudad de New Orleans. Más tarde, los americanos y los británicos se dieron cuenta de que se había firmado un tratado de paz en Europa semanas antes de que la batalla tuviera lugar. La noticia del documento firmado había llegado muy tarde para aquellos que murieron en la batalla.

Nuestro tratado de paz con Dios ha sido firmado, sellado y entregado. La paz con Dios se ha hecho ya, pero tenemos que aceptarla. Si tiene alumnos inconversos, ¡pueden conocer la paz de Dios hoy!

Ndjekësit

 

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