e enjte, 31 dhjetor 2009

Generosidad Cristiana

0 comentarios
Fondo Bíblico: 2 Corintios 8:1-9; 15.

Verdad Central: Cuando compartimos generosamente lo nuestro con los demás, estamos demostrando gratitud y aprecio por las dádivas de Dios.

Texto Áureo: El que siembra escasamente; también segará escasamente; y el que siembra generosamente, generosamente también segará. 2 Corintios 9:6

Objetivos Del Aprendizaje

1. Evaluar la mayordomía que cada cristiano debe desempeñar sobre todas las cosas que Dios le ha dado: su tiempo, sus talentos y su dinero.

2. Tener en cuenta el hecho de que para dar como a Dios le agrada es necesario darse primeramente a sí mismo al Señor en una genuina y total consagración.

3. Discernir el hecho de que el ser "rico en Cristo" no significa necesariamente ser rico en lo material.

Bosquejo General

I. Un llamado a la generosidad cristiana

A. La generosidad de los macedonios

B. Un desafío para los corintios

II. La demostración de un amor genuino

A. La prueba del amor

B. Un espíritu voluntario

III. Dios ama al dador alegre

A. La ley de la siembra y la cosecha

B. La superabundante gracia de Dios

Introducción

La generosidad cristiana ha sido siempre un distintivo especial del creyente. El amor de Cristo y el impulso del Espíritu Santo son elementos que facilitan en el creyente la actitud dadivosa. Por cierto que uno de los resultados más sobresalientes del derramamiento del Espíritu Santo en el día de Pentecostés fue este nuevo espíritu de generosidad ayuda voluntaria que caracterizó a la Iglesia primitiva. Durante el ministerio terrenal de Cristo, multitudes iban tras él viendo qué podían recibir. Ahora eran miles de creyentes los que se interesaban más en lo que pudieran dar. Esa actitud generosa se manifestaba con la misma intensidad hacia Dios y hacia los demás creyentes y necesitados. Los pobres entre ellos no tenían necesidad de sufrir las calamidades de la vida. Al mismo tiempo la obra de Dios contaba con todos los recursos humanos y materiales necesarios para seguir adelante.

Por supuesto, en el Nuevo Testamento no sólo se promueve el aporte de dinero o de cosas materiales. También se exige una correcta administración de nuestro tiempo y de los talentos que nos han sido encomendados. En vida cristiana se espera que podamos hacer uso de lo que tenemos, lo que somos y lo que podemos llegar a ser. Dios es el verdadero y original dador de todas las cosas buenas. Nosotros solamente somos mayordomos o encargados de todo lo que El ha puesto en nuestras manos.

Exposición Bíblica

I. Un llamado a la generosidad cristiana. 2 Corintios 8:1-7

A. la generosidad de los macedonios

Cuando Pablo y Bernabé se reunieron con los apóstoles en Jerusalén y les presentaron os detalles del evangelio que estaban predicando entre los gentiles, aquellos les dieron su aprobación y les extendieron la diestra de compañerismo. Pero también les pidieron una cosa en especial: que Pablo y Bernabé se acordaran siempre de los necesitados. "Solamente nos pidieron que nos acordásemos de los pobres; lo cual también procuré con diligencia hacer" (Gálatas 2:10). Pablo demostró su preocupación por cumplir con esta recomendación cuando él y Bernabé trajeron, de parte de la iglesia de Antioquía de Siria, una ofrenda para los necesitados de Jerusalén, después de que les fue revelado por una profecía que habría una fuerte hambre en aquella región (Hechos 11:28-30). Otra vez manifestó este mismo amor cuando solicitó de los corintios que levantaran una colecta de amor para los hermanos de Judea.

Pregunta: ¿Por qué les escribió Pablo a los corintios acerca de la forma sacrificial en la que daban los creyentes de Macedonia?

Es muy probable que la petición presentada en 1 Corintios, 16:1, 2 haya sido pasada por alto por os corintios. En esa ocasión Pablo les había dado instrucciones de apartar algo cada primer día de la semana con este fin, de acuerdo a como Dios les hubiese prosperado. Pero es evidente que con tanto problema que empezó a surgir dentro y fuera de la iglesia, los corintios dejaron de practicar tales recomendaciones del apóstol. En cambio, las iglesias del norte, incluyendo a Tesalónica, Filipos y Berea, habían tomado la delantera en esto y ya estaban preparadas para enviar una buena ofrenda para los santos en Jerusalén.

Pregunta: ¿Fueron más generosos los macedonios en sus ofrendas para los santas horque gozaban de mayor prosperidad que nos de Corinto?

De ninguna manera. Según las informaciones que tenemos de parte de Pablo, los creyentes de Macedonia dieron en un tiempo bastante difícil, en medio de aflicciones y persecución. Pero había en ellos abundancia de amor, de tal manera que de la profunda pobreza en la que se encontraban dieron abundantes riquezas para ayudar a otros que estaban en mayores necesidades. Es más, Pablo ni siquiera tuvo que pedirles nada. Espontáneamente ellos dieron de acuerdo a la medida en que Dios los había ayudado, y aun más allá de sus limitaciones.

Aparentemente, el apóstol Pablo vaciló en aceptar una ofrenda tan grande de parte de un pueblo que estaba atravesando un período tan difícil en lo financiero. Pero ellos le suplicaron no solamente que recibiera esta ofrenda sino que también se hiciera partícipe con ellos en esta gracia de dar, llevando las donaciones y distribuyéndolas de la mejor manera entre los hermanos necesitados en Jerusalén.

Pregunta: ¿Qué cosa era aun más importante que la ofrenda en dinero que ellos habían dado?

El amor con el cual los macedonios habían ofrendado era solamente el resultado del hecho de que primero se habían entregado ellos mismos al Señor y a la obra de Dios que administraba Pablo y sus colaboradores. Lo que pasó fue que Dios había usado a Palo de una manera muy especial para traer un avivamiento espiritual a las iglesias de Macedonia. La reacción de los creyentes a la predicación y las enseñanzas del apóstol fue una consagración personal a Dios. De la abundancia de su amor al Señor surgió esta generosidad que los motivó a dar abundantemente a pesar de la pobreza en la que se encontraban. Por otra parte podemos estar seguros de que no había ni sombra de egoísmo en su actitud para ofrendar. Debido a que primeramente se habían entregado ellos mismos al Señor, ahora estaban dispuestos a entregarlo que tenían para bendición de otros, sin esperar nada como recompensa de su actitud. Los creyentes de esas iglesias estaban rebosando de felicidad en Cristo y no podían hacer menos que rebosar también de deseos de dar para los necesitados.

Enseñanza práctica

Los capítulos 35 y 36 del libro de Éxodo nos dan un gran ejemplo de liberalidad en esto de dar fiara Dios y para su obra. En 35:5 Moisés apeló a corazones de los israelitas para que dieran una ofrenda voluntaria. La respuesta fue tan grande y espontánea versículo 29) que pronto le llegó a Moisés un informe en el que se le decía que el pueblo había traído más de lo necesario. Tan abundante fue la ofrenda del pueblo que Moisés tuvo que decirles que ya era suficiente y que no trajeran nada más (36:5-7). ¿Qué pastor del día de hoy no quisiera solucionar los problemas económicos de su iglesia de la manera en la que le sucedió a Moisés en el desierto?

El pueblo se dio a sí mismo (tanto talentos como habilidades) a fin de que se construyera un lugar para adorar a Dios. No es de extrañarnos, pues, de que cuando se terminó la obra de construcción, "una nube cubrió el tabernáculo de reunión, y la gloria de Jehová llenó el tabernáculo" (Éxodo 40:34).

B. Un desafío para los corintios

Pregunta: ¿Expresa el apóstol Pablo palabras de reproche o condenación contra los corintias por haberse descuidado en cuanto a la ofrenda que les había solicitado?

Por el contrario, sus palabras encierran expresiones de elogio por todas las cosas buenas que estos creyentes habían hecho. Sus palabras registradas en 2 Corintios 8:7 son elocuentes: "Por tanto, como en todo abundáis, en fe, en palabra, en ciencia y en vuestro amor para con nosotros, abundad también en esta gracia." Las virtudes que se mencionan aquí son dones de la gracia de Dios en los cuales esta iglesia siempre había abundado. Ahora él hace uso de todo lo positivo para invitarlos a extender su esfera de acción y demostrar su amor no solamente por él que era quien les había ministrado el evangelio, sino también hacia otros creyentes que estaban pasando por necesidades en ese momento. Notemos que el dar como lo halan los macedonios es considerado aquí como una gracia de parte del Señor.

II. La demostración de un amor genuino 2 Corintios 8:8-15

A. La prueba del amor

El apóstol estaba conmovido al ver la generosidad y el amor de los creyentes de Macedonia. El deseaba que también los corintios reaccionaran de la misma manera.

Pregunta ¿Qué virtud esperaba ver Pablo como la motivación principal en las ofrendas de los corintios?

El no quería que estos creyentes dieran solamente porque él les estaba haciendo ver sus responsabilidades. Tampoco deseaba que se sintieran motivados a dar únicamente porque otros estaban dando. Lo que Pablo deseaba ver era que los hermanos de Corinto se sintieran impulsados a dar por una corriente profunda del sincero y genuino amor cristiano. Esta campaña de recolección de ofrendas para los santos de Jerusalén sería utilizada por él como un instrumento de prueba, como una demostración del amor que había en sus corazones.

Pregunta: ¿Podía considerarse el amor y solicitud de los macedonios como el mayor ejemplo de bondad que puede usarse para animar a una iglesia a dar para el Señor?

No. El más grande ejemplo de amor que el mundo ha conocido es el que se verificó en el hecho consumado por Cristo Jesús cuando fue llevado a la cruz a morir por nosotros. Este amor de Cristo brotó de la pura gracia de Dios, una bondad inmerecida y concedida sin tomar en cuenta los méritos del pecador (Romanos 5:6-8). Aunque Cristo era rico y ha disfrutado por la eternidad de todas las glorias del cielo, El se despojó de todo ello y se hizo pobre en extremo para poder tomar nuestro lugar. (Filipenses 2:5-8.) Para comprender esa clase de amor, basta notar el enorme contraste que hay entre las glorias eternas del cielo con la terrible pobreza y miseria en la que nació Jesús en un establo de Belén. Pero todo lo hizo para que a través de su extremada pobreza nosotros pudiésemos ser extremadamente ricos.

Enseñanza práctica

En su llamado a los corintios para demostrar su amor cristiano, Pablo hizo uso de varios argumentos.

En primer lugar, como ya lo señalamos, él hizo mención de la generosidad de las iglesias de Macedonia. Esos creyentes eran muy pobres y estaban pasando por momentos de tribulación, y sin embargo, dieron con toda liberalidad. En segundo lugar él hizo mención del ejemplo maravilloso de Cristo Jesús. La bondad de Jesús empezó a manifestarse en el cielo cuando se despojó de toda la gloria de la que estaba revestido. Pero su amor no dejó de manifestarse cuando entregó su vida para salvarnos, porque hasta hoy El sigue dándonos abundantemente desde la diestra del Padre. En tercer lugar el apóstol hizo mención de las virtudes que ya poseían los corintios y las cosas en las que ellos ya abundaban. Todo lo que había hecho era digno de elogios; solamente les faltaba poner en práctica ese espíritu de generosidad que es el resultado de la consagración y de la espiritualidad de los creyentes.

Pregunta: La mayoría de los comentarios bíblicos dan por sentado el hecho de que en este pasaje se enseña que Cristo Jesús se hizo pobre para darnos riquezas espirituales. ¿Está usted de acuerdo con esta explicación?

La palabra "enriquecidos" (2 Corintios 8:9) es la misma que encontramos en 1 Corintios 1:5. Allí se dice que "en todas las cosas fuisteis enriquecidos en él, en toda palabra y en toda ciencia". De esta manera vemos con toda claridad que Cristo da al creyente riquezas abundantes en todas las cosas. Pero el mayor énfasis lo notamos en las cosas espirituales, los dones del Espíritu Santo y las demás virtudes que El nos confiere. La posesión de estas cosas es el resultado de la comunión que el cristiano mantiene con su Señor.

Esta relación, por supuesto, está basada en la fe. Esto mismo nos hace recordar que las riquezas de Cristo no están necesariamente limitadas al ámbito material ni pueden medirse analizando el grado de prosperidad temporal. De hecho, lo contrario quizá sea la verdad en esto. La Biblia registra el ejemplo de Moisés quien consideró que sufrir desprecios y reproches por Cristo (el Mesías) era de más valor que todos los tesoros y las incontables riquezas de los egipcios (Hebreos 11:26). Es decir, Moisés captó una vislumbre de los planes y de las promesas de Dios para los suyos. El ido entender que por medio del Mesías, la verdadera simiente de Abraham, todas las familias de la tierra recibirían abundante bendición. Las promesas de Dios eran para él de más significado y valor que todas las cosas que había en Egipto. Este es un magnífico ejemplo para nosotros.

B. Un espíritu voluntario

Pregunta: ¿Qué tenía pensado Pablo cuando hizo que los corintios recordaran el ejemplo de Jesús quien se hizo pobre para que nosotros fuésemos enriquecidos?:

Pablo creía que sería muy beneficioso para los corintios no sólo participar en las ofrendas que se estaban recogiendo para los pobres sino también despertar en ellos la misma disposición que habían demostrado un año antes. La primera vez que el apóstol les habló acerca de esta ofrenda ellos manifestaron mucha alegría y parecían estar dispuestos a cooperar. Ahora los insta a que hagan realidad lo que deseaban hacer antes. En otras palabras, quería ver en ellos esa buena disposición y buena voluntad de dar parte de las cosas que Dios les había dado. Cuando hay voluntad de dar, lo importante es dar de lo que uno tiene, no de lo que no se tiene. Esto quiere decir que Dios no pone tanta atención en la cantidad de lo que uno da, sino en la actitud con la que se da.

El apóstol no tenía la intención de obligar a los corintios a quedarse escasos con tal de suplir las necesidades de los pobres de Jerusalén. Sólo deseaba que- hubiera igualdad. Ahora era oportuno que los corintios abrieran su corazón para suplir las más urgentes necesidades de los hermanos de Judea; ya vendría el momento en que los creyentes de aquellas regiones pudieran demostrar el mismo amor y dar de la misma manera. Dios suplió las necesidades de los israelitas en el desierto dándoles el maná del cielo. Pero en su providencia divina El les dio alimento en tal forma que aquellos que acapararon mucho no tuvieron exceso, y a los que recogieron poco no les faltó qué comer. (Éxodo 16:18.) Nosotros no sabemos cómo ocurrió esto en los días de Moisés. Pero sí vemos claramente que el apóstol esperaba que ocurriera lo mismo entre los cristianos de todo el mundo en cuanto a su manera de dar. Es decir, si Dios había permitido que los corintios tuvieran más era para darles la oportunidad de compartirlo con los de Jerusalén a quienes les faltaba. Quizá llegarla la ocasión en que, si a ellos les faltaba algo, Dios utilizaría a otros para que les eran de lo suyo.

III. Dios ama al dador alegre. 2 Corintios 9:6-15

A. La ley de la siembra y la cosecha

Pablo no les ordenó a los creyentes corintios que dieran una cantidad determinada. Por el contrario, esperaba que la liberalidad cristiana fuera una expresión de la gracia de Dios en ellos y del desarrollo de su carácter cristiano. Además, la ofrenda que dieran tenía que ser una consagrada expresión de la gratitud de ellos a Dios por todas las bendiciones dispensadas. Como un incentivo adicional él les hizo recordar la ley de Dios de la siembra y la cosecha. (Compare esto con Proverbios 11:24, 25.) La generosidad cristiana es bendecida de parte de Dios cuando se da un poquito más, cuando se va con el prójimo una segunda milla.

Pregunta: ¿Qué otra característica debe haber en la generosidad cristiana?

Debemos dar según lo hayamos propuesto en nuestro corazón. Eso quiere decir que en lugar de responder emocionalmente a una petición en la iglesia o en una campaña, debemos analizar cuidadosamente el propósito de la ofrenda que hemos de dar y las necesidades que dicha ofrenda va a suplir. Además debemos considerar bien nuestra capacidad para ofrendar. La Biblia también nos enseña que el hombre que no se preocupa en proveer lo necesario para el bienestar de su familia es peor que un impío (1 Timoteo 5:8).

Cuando el creyente da, previa consideración cuidadosa de lo que ha de dar, jamás tiene que lamentar o entristecerse por lo que ha hecho. Los padres no ayudan a sus hijos de mala gana o con dolor. Ellos reconocen las necesidades de su hijo y hacen lo posible por suplirlas sin quejarse de ello. De la misma manera, el creyente que está consciente de las necesidades de la obra del Señor da para ella sin murmuraciones.

Esto significa que nuestras ofrendas no deben provenir de la presión o a fuerza de la necesidad. Algunos ofrendan solamente porque ven que otros lo hacen y piensan que se vería mal si ellos no hicieran lo mismo. Otros dan porque lo consideran un deber del que no pueden escapar, o algo así como el pago de los impuestos. Pero Dios quiere que nuestras ofrendas sean voluntarias y espontáneas. (Éxodo 25:2; 85:5; por ejemplo.)

Es más, Dios ama al que da con alegría. Nadie experimenta la gracia de generosidad cristiana hasta que llega al punto de regocijarse al ofrendar. A Dios le agrada ver felices a los creyentes cuando ofrendan. Lo que busca el Señor en nosotros es que nuestra ofrenda se dé con un espíritu de adoración, colmado de gozo. (Romanos 12:6, 8.)

Enseñanza práctica

Todos conocemos a creyentes que se han consagrado a Dios con todo lo que tienen, menos su billetera. Cuando estos hermanos dan su ofrenda lo hacen debido a la presión que pesa sobre ellos, y dan la menor cantidad posible.

Nuestra actitud hacia el sostenimiento financiero de la obra del Señor dice mucho sobre nuestro carácter cristiano y nuestra devoción a Dios.

B. La superabundante gracia de Dios

Pregunta: ¿En qué sentido el dar es un privilegio y por qué debemos regocijarnos en ello?

En primer lugar el ministerio de dar nos concede la oportunidad de confiar en Dios. Al dar tenemos que confiar en que el Señor ha de suplir nuestras necesidades y así aprendemos por experiencia que la gracia y las bendiciones del Señor son ilimitadas. El puede hacer que abunde en nosotros todo lo necesario para que podamos abundar en toda buena obra. Es decir, si realmente queremos servir a Dios y saciar las necesidades de los que sufren, el Señor nos concede abundante gracia y poder para que lo hagamos.

Por otra parte veremos que la generosidad cristiana hará que aquellos que son beneficiados por ella alaban a Dios. De esta manera el mundo se dará cuenta de que los cristianos estamos sujetos a las enseñanzas del evangelio de Cristo. Al mismo tiempo nuestro corazón generoso es un testimonio de nuestra gratitud a Dios por sus bendiciones.

Finalmente, la generosidad cristiana que satisface las necesidades de los demás creyentes es una manera correcta de expresar nuestro agradecimiento a Dios por su don inefable.

Pregunta: ¿Cuál es el "don inefable" de Dios?

El regalo inexplicable de Dios es el que se presenta en Juan 8:16, el don del Hijo unigénito de nuestro Dios. Si El nos amó tanto, al grado de dar a su único Hijo, ¿qué más podemos hacer nosotros sino dar todo lo que somos y lo que tenemos para Dios y para el desarrollo de su obra? (1 Juan 4:19.) La mejor manera de mostrar nuestro amor a un Dios que nos amó a nosotros primero es dando en forma sistemática, premeditada, voluntaria y llena de alegría. (Mateo 25:34-40.)

Enseñanza práctica

Una de las definiciones que se suelen dar para "mayordomía" consiste en que "es la responsabilidad que cada individuo tiene de administrar su vida y sus propiedades con la propia consideración de los derechos de los demás". Después de haber estudiado esta lección nosotros podemos recalcar nuestra responsabilidad delante de Dios.

La verdadera generosidad cristiana es el resultado de una vida cristiana fiel. Esta actitud no proviene de la matemática ni de la filosofía personal, sino del amor de Dios que fluye de dentro del corazón. Cuando se ha consagrado por completo a Dios esta manera de dar es espontánea.

e enjte, 11 qershor 2009

Hombres de la Biblia: Absalón

0 comentarios
Significado: "padre de la paz".

Absalón fue el tercer hijo de David. Llamaba la atención por su hermosura y por la abundancia de su cabello (Vea: 2 Samuel 1:25, 26).

Cuando Amnón, otro hijo de David, en un acto vil, violó a su hermanastra Tamar, hermana de Absalón por parte de su padre y de su madre Maaca, hija de Talmai (2 S. 3:3), Éste, en venganza, lo mató (2 S. 13:1-29). Luego huyó a Gesur, donde su abuelo por parte de madre era rey (2 S. 13:37-39).

Después de tres años de destierro Absalón regresó a Jerusalén por la intercesión de Joab, pero David no lo recibió sino hasta dos años después (2 S. 14:28), cuando se reconcilió con éste.

Al no existir por entonces en Israel leyes fijas sobre la sucesión del trono, Absalón quería ser el heredero al trono a toda costa. Absalón hacía todo cuanto le era posible para que el pueblo conociese sus derechos de primogénito después de la muerte de Amnón. Ganaba partido no solamente entre los poderosos y ricos, sino especialmente entre los pobres, por su carácter sencillo y su fama de hombre amigo, supuestamente, de la justicia. Absalón sabía, como lo sabían todos en Israel, que Salomón sería el sucesor de David en el trono y tramó varias veces contra la vida de su propio padre David, se hizo proclamar rey en Jerusalén en ausencia de David, y finalmente, habiendo querido darle batalla de una manera traidora al otro lado del Jordán, al verse perdido, mientras huía, su cabellera se enredó en un árbol y fue muerto por Joab, uno de los hombres de David (2 S. 18:17, 18; Jos. 7:26), y enterrado con deshonra. David su padre sintió tanto su muerte que entró silencioso en Jerusalén como si hubiese perdido la batalla. En Jerusalén existe una "tumba de Absalón" construida en los tiempos de Herodes.

Fuentes:
La Santa Biblia-RVR 1960
Libros de Estudio del INSTE
Diccionario Bíblico Ilustrado de Vila Santamaría.-Editorial CLIE.

Hombres de la Biblia: Abram ó Abraham

0 comentarios
Significado: (Abram) "el Padre es exaltado".

Abram era el nombre primitivo de Abraham ("padre de multitudes", Gn. 17:5), el fundador y padre de Israel, así como de los ismaelitas y de algunas tribus árabes. Ejemplo extraordinario de fe, fue apodado "el amigo de Dios" (2 Cr. 20:7). Su vida es narrada en el Génesis (desde el cp. 11, y. 26, hasta cp. 25. y. 10) y se menciona en el libro de Hechos, capítulo 8:2-8. Fue descendiente de Sem e hijo carnal de Taré. Tuvo dos hijos, Isaac (con Sara) e Ismael (con la sierva de Sara), que dieron origen su numerosa descendencia (Gn. 25:11-19). También, Abraham, después de la muerte de Sara, tomó por esposa a Cetura con quien tuvo seis hijos.

Nació en Ur, ciudad caldea. donde vivió con su padre y sus hermanos, Nacor y Harán, y donde se casó con Sarai. Llamado por Dios, abandonó a su parentela idólatra (Jos- 24:2) y se trasladó a Harán, en Mesopotamia, donde murió su padre (Gn. 11:26-32). , A la edad de 75 años se fue a Canaán con su esposa y Lot, pasando por Siquem y Bethel (Gn. 12:1-9). Obligado por el hambre, fue a Egipto, donde hizo pasar a Sarai por hermana suya. Volvió enriquecido a Canaán y con espíritu generoso dio a Lot el fértil valle del bajo Jordán. Luego se estableció en Mamre (Gn. 13:1-18). Entonces Dios renovó su promesa a Abraham (Gn. 13: 15-18). Al volver de rescatar a Lot de manos del rey elamita (Gn. 14:1-6), Melquisedec, sacerdote rey, le salió al encuentro y le dio su bendición (Gn. 14: 17.24).

A pesar de haberle sido prometido un hijo (Gn. 15;4), cuando tenía 86 años, Abraham tomó a la esclava Agar y de ella nació Ismael (Gn. 16). Trece años después Dios reconfirmó su pacto con él: estableció la circuncisión como señal y a Abram le puso por nombre "Abraham" (Gn. 17). Abraham intercedió por Sodoma (Gn. 19), viajó por el Neguev y se estableció en Cades y Gerar (Gil. 20). Allí nació lsaac, cuando Abraham tenia 100 años de edad. Luego Agar e Ismael fueron echados de casa. Por ese mismo tiempo Abraham hizo pacto con Abímelec, asegurando los derechos de éste en Beer seba (Gn. 21).

Después de veinticinco años, Dios probó la fe de Abraham ordenándole que sacrificara a Isaac, su hijo y heredero de la promesa (Gn. 22). Doce años después Sara murió y fue enterrada en Hebrón. Rebeca, nieta de Nacor, el hermano de Abraham, fue escogida como esposa de Isaac. Regaló "todo lo que tenía" a Isaac, dio a los hijos de sus concubinas, y a los 175 años murió.

El puesto que Abraham ocupa en la historia bíblica es único. Jehová se reveló a Moisés como "el Díos de Abraham", y esta expresión se usa en las Escrituras desde Isaac en adelante. En el Nuevo Testamrnto es antecesor reverenciado de Israel (Hch. 13: 26), del sacerdocio levítico (Hch, 7:5) y de! mismo Mesías (Mt. 1:1). Todo lo que Abraham recibió por la elección divina lo hereda su simiente: la promesa (Ro. 4:13), la bendición (Gá. 3:14), la misericordia (Lc. 1:54), el juramento (Lc. 1:73) y el pacto (Hch. 3:25). La unidad de los hebreos como hijos de Abraham se presenta como analogía de la unidad de los creyentes en Cristo (Gá. 3: 16, 29), pero Juan el Bautista (Mt. 3:9) y Pablo (Ro. 9:7) refutan la idea de que la descendencia racial supone bendición espiritual.

Abraham depositó su fe en un solo Dios (en contraste con el politeísmo de sus antecesores, Jos. 24:2), creador de los cielos y la tierra (Gn. 14 :22), juez justo y soberano de las naciones y de toda la tierra (Gn. 15: 14; 18:25), eterno (Gn. 21:33) y exaltado (Gn. 14:22). Atribuía a Jehová justicia y misericordia (Gn. 19:19). Aceptó el juicio de Jehová (Gn. 18:17; 20:11) y sin embargo intercedió por Ismael (Gn. 17:20) y Lot (Gn. 18:27-33). Se mantuvo en intima comunión con Dios (Gn. 18:33; 24:40) y se distinguió por ser "amigo de Dios. (Stg. 2: 23). Su fe se demuestra por la obediencia al mandato divino de:

1) salir de Ur (Gn. 11:31; 15:7; Hch. 7:24);

2) trasladarse de Harán a la tierra de promisión (Gn. 12:1-4):

3) sacrificar a su único hijo, confiando que Dios podía incluso levantarlo de los muertos (Gn. 22:12, 18; He. 11:19). Su amor a los demás se ve en su generosidad (Gn. 13:9; 14:23), su fidelidad y su hospitalidad (Gn. 18:2-8; 21:8). Mostró valor ante sus enemigos (Gil. 14:15), pero cobardía al anteponer la seguridad de su propia vida al honor de su esposa (Gn. 12:11-13; 20:2-11).

Acontecimientos más relevantes en la vida de Abraham.

  • Nacimiento (Gn. 11:26).

  • Matrimonio con Sara (Gn. 11:29).

  • Emigra con su familia de Ur hacia Harán y el occidente (Gn. 11:31).

  • Llamado por Dios (Gn. 12:1-5).

  • Desciende a Egipto (Gn. 12:10, 13, 20). Se separa de Lot (Gn. 13:7-11).

  • Dios le renueva su promesa (Gn. 13:1418). Corre en ayuda de Lot (Gn. 14:14).

  • Alianza con Dios (Gn. 15:17, 18; Sal. 105:9). Cambio de nombre, circuncisión (Gn, 17)- Anfitrión de los ángeles (Gn. 18).

  • Intercede en favor de Sodoma (Gn. 18:23). Expulsa a Agar y a su hijo Ismael (Gn. 21:14)

  • Hace a Dios el sacrificio de Isaac (Gn. 22). Compra Macpela (Gn. 23).

  • Busca esposa para Isaac (Gn. 24).

  • Su descendencia comienza en Isaac (Gn. 25:8).

  • Otra descendencia (Gn. 25).

  • Su fe se refleja en el Nuevo Testamento (He. 7:2; 11:8-17; Stg. 2:23).

Fuentes:
La Santa Biblia-RVR 1960
Libros de Estudio del INSTE
Diccionario Bíblico Ilustrado de Vila Santamaría.-Editorial CLIE.

Hombres de la Biblia: Abel

0 comentarios
Significado: "vapor" o "soplo".

Segundo hijo de Adán, de oficio pastor. Era justo (Mateo 23:35) y lleno de fe (Hebreos 11:4). Por envidia fue asesinado por su hermano Caín. Abel tipifica la «sangre inocente» (Mateo 23:34). Se han hecho muchas conjeturas acerca del porqué su ofrenda fue aceptada por Dios y no lo fue la de Caín.

La idea que más concierta con el conjunto de la doctrina bíblica es la de que el sacrificio de un cordero pudo haber sido mandato de Dios como anticipo del "Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo", o sea, el plan de la Redención. Una prueba incidental de ello puede ser los numerosos altares de los tiempos prehistóricos que se encuentran esparcidos en el mundo. El paganismo distorsionó el propósito divino, llegando a ofrecer víctimas humanas, pero la orden de los sacrificios expiatorios que hallamos en el Pentateuco, después de la salida de Israel de Egipto, pudo ser, al igual que la institución del matrimonio y del día de reposo, una restitución de un antiguo mandato, más que una innovación. "Te acordarás del día de reposo", dice en Éxodo. Y en cuanto a sacrificios, leemos que Abraham los ofrecía mucho antes de la institución del ministerio levítico. ¿De dónde le vino la idea a Abraham sino de una tradición procedente de la primitiva revelación de Dios en el Edén? La carta a los Hebreos (Hebreos 11:4) dice que «por fe Abel ofreció mejor sacrificio». ¿Fe a qué? La fe requiere el conocimiento, o, en este caso, revelación.

El sacrificio de Abel es prueba de un carácter obediente a Dios, mientras que la ofrenda de Caín es prueba de un carácter altivo, que trató de imponer su propio culto de homenaje al Creador, y no quiso humillarse a depender de su hermano, para su ofrenda, a pesar de la probable revelación de Dios.

En el Nuevo Testamento Abel es considerado como mártir (Mateo 23:35) de su fe (Hebreos 11:4) y de su justicia (1 Jn. 3:12). El primero en morir de la raza humana fue el primero en entrar en la gloria de Dios y una prenda de las primicias que nadie puede enumerar. «La sangre de Abel» clamó justicia sobre la tierra, pero la sangre de Jesucristo trajo el perdón y la salvación para todos los que se arrepienten (Hebreos 12:24; 1 Jn. 1:7).

Fuentes:
La Santa Biblia-RVR 1960
Libros de Estudio del INSTE
Diccionario Bíblico Ilustrado de Vila Santamaría.-Editorial CLIE.

Hombres de la Biblia: Aarón

0 comentarios
Significado: "maestro" o "excelso".

Aarón hermano mayor de Moisés, fue el primer sumo sacerdote de la antigua ley y figura de primera importancia en los contecimientos del Éxodo. Era hijo de Amram y Jocabed del linaje levítico de Coat (Exodo 6:20). Nació en Egipto tres años antes que su hermano (Ver: Exodo 7:7). Tomó por esposa a Elisabet, con la que tuvo cuatro hijos: Nadab, Abiú, Eleazar e Itamar (Ver: Exodo 6:23).

Asociado por Dios a Moisés como intérprete o portavoz de éste a causa de su elocuencia (Ver: Exodo 4:13-16), desempeñó esta misión tanto ante el pueblo (Ver: Exodo 4:27-31) como en presencia de Faraón (Ver: Exodo 5:1-5), haciendo, con su hermano, un oficio análogo al de profeta (Ver: Exodo 7:1-2). Bajo su dirección ejecutó prodigios superiores a los magos egipcios (Ver: Exodo 7:8-12).

Intervino en la producción de las plagas con que Dios quebrantó la resistencia de Faraón para que dejara libre a su pueblo, lo cual hizo exclamar a los sabios egipcios: «El dedo de Dios está aquí» (Ver: Exodo 7:1-2). Acompañó a Moisés, aunque no se le menciona expresamente más que en sus misiones ante el soberano (Ver: Exodo 8:21; 9:27; 10:3, 8, 16; 11:10; 12:1; Ver: Salmos 77:20).

Un mes después de la salida de Egipto, en el desierto de Sin, hubo de escuchar, junto con su hermano, las murmuraciones del pueblo, al que apaciguaron con la promesa del maná y de las codornices, viendo Aarón reforzada su autoridad, mientras hablaba a la turba, con la aparición de la gloria de Jehová en forma de nube (Ver: Exodo 16:1-10). Por orden de Moisés conservó una urna llena del maná, que colocó juntamente con las tablas de la Ley en el arca (Ver: Exodo 16:33-34). Defensor de su hermano también con la oración, nos lo encontramos sosteniendo los brazos de Moisés en alto hasta la puesta del sol, durante la batalla librada por Josué contra los amalecitas en Refidim (Ver: Exodo 17:8-13). En el banquete que el suegro de Moisés, Jetro, ofrece a los ancianos para estrechar los lazos familiares con Israel aparece también Aarón (Ver: Exodo 18:1-12).

Tuvo el raro privilegio de subir con Moisés al monte Sinaí, acompañado de sus hijos Nadab y Abiú y de los setenta ancianos de Israel, y de ver a Dios sin perder la vida, recibiendo el encargo, juntamente con Hur, de resolver las dificultades que se pudiesen presentar durante la ausencia del dirigente de Israel, que había de prolongarse durante cuarenta días y cuarenta noches (Ver: Exodo 24:9-18).

Aarón cedió ante las presiones del pueblo, temeroso de que Moisés no regresara, e hizo fabricar un becerro de oro que marchase al frente de la caravana. Con la esperanza de disuadirlos, les pidió los pendientes de oro que llevaban en las orejas, pero habiéndose desprendido todos de las joyas, Aarón las hizo fundir, en un simulacro muy semejante a los que habían conocido en Egipto, y el pueblo gritaba ante él: «He aquí tu Dios que te sacó de Egipto», mientras, se prepararon los enseres necesarios para un holocausto y sacrificio a la mañana siguiente (Ver: Exodo 32:1-6). Los cantos y las danzas fueron interrumpidos por la llegada imprevista de Moisés, que, montando en cólera, redujo el ídolo a cenizas y las arrojó al agua, que bebieron los culpables.

Moisés reprochó la conducta de su hermano Aarón por haber llevado al pueblo a semejante ocasión de pecado, y hubiese perecido él mismo víctima de la venganza de los sacerdotes, que pasaron a cuchillo a unos tres mil hombres, de no haber intervenido el mismo Moisés en su favor. Las palabras que dio como excusa de semejante proceder indican que obró por coacción del pueblo, enceguecido en su rebeldía (Ver: Exodo 32:17-29).

El relato de la promoción de Aarón y de sus hijos al sacerdocio da una idea de la importancia que el culto a Jehová tenía en la ley de Moisés. Se describen sus vestiduras con todo detalle (Ver: Exodo 39:1-31), y el ceremonial de su toma de posesión, que culminó con la bendición de Aarón al pueblo y la manifestación de la gloria de Jehová (Lv. 8-9). Una falta de confianza en la Palabra de Dios en Cades atrajo sobre Aarón y Moisés el castigo de no entrar en la tierra prometida (Nm. 20:1-13). Murió a la edad de 123 años en el monte Hor, y el pueblo le lloró durante treinta días (Nm. 20:22-29; Dt. 10:6; 32:50-51).

La casa sacerdotal se designa con el nombre de «Casa de Aarón» (Ver: Salmos 115:10-12). Su carácter careció de la firmeza y las dotes de dirigente de su hermano Moisés, habiendo pecado juntamente con el pueblo, aunque supo humillarse y reconocer su falta.

Dios usa a quienes, habiendo pecado, se arrepienten y reconocen sus errores. Su vara se guardó en el arca (Ver: Hebreos 9:4). Su sacerdocio es una sombra del Sacerdocio de Cristo, que no termina, es eterno y perfecto (Ver: Hebreos 5:1-10; 7:11-19).

A pesar de sus flaquezas, fue un tipo de Cristo por haber sido llamado por Dios, y ungido; por haber llevado sobre su pecho los nombres de las doce tribus y por ser el intercesor del pueblo entrando en el santuario con la sangre expiatoria en el día de la expiación (Ver: Hebreos 6:20).

Fuentes:
La Santa Biblia-RVR 1960
Libros de Estudio del INSTE
Diccionario Bíblico Ilustrado de Vila Santamaría.-Editorial CLIE.

Ndjekësit

 

Las Asambleas de Dios
De Bolivia
. Copyright 2008 All Rights Reserved Revolution Two Church theme by Brian Gardner