e mërkurë, 23 janar 2008

12: LA IMAGEN DE DIOS EN EL HOMBRE



12: LA IMAGEN DE DIOS EN EL HOMBRE


En la última charla hablamos acerca del alma del hombre. Dios creó al hombre con un cuerpo, decimos, pero también lo creó con un alma.

Creo que deberíamos sostener no sólo que el hombre tiene alma, sino que es importante que sepa que tiene alma.

Muchas personas parecen pensar que esto no tiene importancia especial. Estudiemos la conducta de la gente, dicen; clasifiquemos las observaciones; y luego tratemos de conseguir que la gente se forme tales hábitos que su conducta sea tal que contribuya al bienestar de la raza. Este, dicen dichas personas, es el método científico genuino. En el mismo debe evitarse a toda costa toda introspección, todas las preguntas que el hombre se quiera hacer acerca de su propia vida íntima, el hablar acerca de la existencia del alma, y cosas semejantes. Basta considerar la conducta humana, estudiarla tal como es, y dejar las cuestiones metafísicas o filosóficas acerca del alma o de Dios completamente de lado.

Tal es su método. Lo extraño es que algunos que, supongo, creen . en la existencia del alma y de Dios parecen pensar que se puede seguir con toda confianza dicho método. ¿Por qué no aceptar los estudios psicológicos que no creen ni en el alma ni en Dios, y luego emplearlos para propagar una filosofía y teología del todo diferente del escepticismo. que ellos profesan? ¿Por qué el cristiano no va a poder considerar las investigaciones de estos psicólogos como adecuadas en su limitada esfera ?

Esta forma de razonar es muy precaria. De hecho, no se puede separar una esfera de conocimiento de otra en compartimientos como ése . No, la idea que alguien time acerca del alma y de Dios afectará la interpretación que le dé a los fenómenos de la conducta humana; y, por otra parte, al observar desde una perspectiva falsa o limitada los fenómenos de la conducta humana afectará la idea que alguien tenga acerca de la existencia del alma y de la existencia de Dios.

Creo, pues, que es no sólo importante que tenga alma, sino que es importante también que sepa que la tengo.

¿Qué significa, entonces, decir que tengo alma?; Qué quiere decir la Biblia cuando afirma que tengo alma ?

Ante todo quiere decir lo que les expuse en la charla anterior. Quiere decir que los materialistas están equivocados, y que, contrariamente a lo que ellos piensan, la mente o conciencia es algo diferente del cerebro.

Pero también quiere decir algo más que eso. Quiere decir no sólo que el hombre time mente o conciencia, sino también que esa mente o conciencia es una unidad. No es una simple fuente de conciencia, sino la conciencia de una persona. No es tan sólo que dentro de mí se da el pensamiento, sino que yo pienso. Fui yo hace machos años, y es el mismo yo en la actualidad, y será el mismo yo toda la eternidad. Esto quiere decir la Biblia cuando me dice que tengo alma:

Es algo muy aterrador este terrible aislamiento del alma individual. Los teólogos y filósofos lo han expresado en muchas obras eruditas; y también lo expresa el clamor del corazón humano. Se manifiesta, por ejemplo, en las palabras de una canción negra que me gusta macho. ¿La han escuchado alguna vez con ánimo alegre como si fuera algo divertido? Bien, si la han escuchado alguna vez así, me parece que dirán que aunque quisieron reír salieron orando. Recuerdo a mi madre que solía hablar de la solemnidad con que la canción proclama la soledad del alma en la presencia de Dios. "No es mi padre," dice la canción aunque no recuerdo con exactitud las palabras. "no es mi madre, no es mi hermano; soy yo, Señor, que necesito oración."

Ahí tenemos el clamor del alma humana, en su espantosa separación de todo lo demás, en la terrible soledad de su existencia como alma indivisible a inmortal.

Esa soledad y esa naturaleza indivisible del alma son propias de todos los hombres, cualquiera que sea su condición. Es una de las cosas que más nos constituye como hombres. Así fuimos hechos en la creación de una vez por todas. Ni siquiera el pecado lo destruye, aunque el pecado hace que ya no sea una bendición sino un horror y maldición indescriptibles.

Esto, en breve síntesis, es lo que la Biblia quiere decir cuando afirma que el hombre time alma.

A estas alturas se nos hace necesario detenernos por unos momentos en una cuestión subsidiaria, a fin de que la enseñanza de la Biblia respecto a la naturaleza del hombre aparezca en toda su sencillez.

Hemos dicho que según la Biblia el hombre time cuerpo y alma. Pero machos que leen 1a Biblia ? y algunos no sólo eruditos sino incluso lectores piadosos ? nos han dicho que esto no es todo lo que enseña la Biblia. No, dicen, el hombre según la Biblia está compuesto de cuerpo, alma y espíritu. Defienden, pues, una división no bipartita sino tripartita de la naturaleza del hombre.

Quienes tienen esta idea difieren, claro está, algo en cuanto a lo que constituye la diferencia entre lo que llaman el alma y lo que llaman el espíritu. Algunos consideran al "alma," como simplemente el principio de la vida animal ? el principio de vida que el hombre comparte con los animales inferiores. Pero me inclino a pensar que en la forma más popular de esta teoría se considera que el "alma" comprende las facultades del hombre incluyendo las del intelecto, sentir y voluntad, que son facultades específicamente humanas, pero no comprende una parte todavía irás elevada de la naturaleza del hombre por la que entra en comunión con Dios.

¿Es correcta o incorrecta esta teoría? ¿Enseña realmente la Biblia que el espíritu del hombre ha de distinguir se del alma, o bien enseña que el alma y el espíritu del hombre son exactamente la misma cosa, pero con dos nombres distintos ?

Creo que la respuesta a este interrogante se encuentra con especial claridad en un gran pasaje de la Biblia, el pasaje que se encuentra en el segundo capítulo de la Primera Carta a les Corintios y en el comienzo del tercero.

En ese pasaje Pablo distingue varias veces alma y espíritu, y distingue al hombre a quien caracteriza el "alma" del hombre a quien caracteriza el "espíritu." "Pero el hombre natural," dice, "no percibe las cosas que son del Espíritu de Dios, porque para él son locura, y no las puede entender, porque se han de discernir espiritualmente. En cambio el espiritual juzga todas las cosas; pero él no es juzgado de nadie." Acabo de citar 1 Co. 2:14s. Esta traducción, como veremos en unos momentos, es excelente, muy adecuada al texto original. Pero lo que el texto griego dice en lugar de "hombre natural" es "hombre anímico" ? adjetivo que no resulta apropiado en este caso.

Pero si la Biblia contrasta el "hombre anímico" o el "hombre?alma" con el "hombre?espíritu" en este pasaje, ¿no será esto un ejemplo muy claro de la división tripartita de la naturaleza del hombre, la división no sólo en cuerpo y alma, sino en cuerpo, alma .y espíritu? ¿No distingue este pasaje con toda claridad al espíritu del hombre del alma del hombre ?

La respuesta es un "no" rotundo. Por el contrario, este pasaje se opone bien claramente a la división tripartita de la naturaleza del hombre en cuerpo, alma y espíritu, y sugiere la división doble en cuerpo y alma. El hecho es que la palabra "espíritu" en el adjetivo "espiritual" que se emplea en la expresión "hombre espiritual" no se refiere al espíritu del hombre, sino al Espíritu de Dios. No veo cómo podría decirse más claramente que lo que el pasaje lo dice. "Porque, ¿quien de los hombres sabe las cosas del hombre," dice el pasaje en el versículo once, "sino el espíritu del hombre que está en él? Así también nadie conoció las cosas de Dios, sino el Espíritu de Dios.'' Luego el pasaje sigue hablando acerca del hombre que conoce las cosas de Dios porque el Espíritu de Dios está en él.

¿Qué, pues, quiere decir "hombre?espíritu" u "hombre espiritual" en contraposición a "hombrealma"? Está más claro que la luz del día. El "hombre?alma" es el hombre que tiene sólo el alma humane, y el "hombre espiritual" es el hombre que, además del alma humane, time al Espíritu Santo, al Espíritu de Dios.

Qué completamente erróneo es entonces decir que el hombre "espiritual" es el hombre que ha desarrollado un aspecto o parte más elevado de su propia naturaleza, llamado "espíritu" en contraposición al "alma"! No, el hombre "espiritual" es el hombre que ha sido transformado por el Espíritu Santo, por el Espíritu de Dios, la Tercera Persona de la Trinidad, y el "hombre?alma" es el que time alma pero no transformada de este modo. La clave de este pasaje, como de otros pasajes de las Cartas de Pablo, la hallamos si pensamos en la palabra "Espíritu" del adjetivo "espiritual" escrita en mayúscula porque se refiere no al espíritu del hombre sino al Espíritu de Dios.

Muy diferente es el use de la palabra "espiritual" en la terminología religiosa moderna. Casi he llegado a odiar esa palabra, de tan mal que se emplea. Se utilice constantemente para designar al hombre religioso, al hombre que se supone ha desarrollado una así llamada capacidad religiosa peculiar en su naturaleza en contraposición a otras facultades. Así a veces se dice de algún no creyente que ocupa el púlpito, si se objeta que su predicación no está de acuerdo con la Palabra de Dios : "¡Oh, pero es tan espiritual!" Quieren decir, imagino, que no se interesa por el dinero ni por lo necesario pare comer, sino que se preocupa sólo por lo referente al espíritu humano. Esto está realmente muy lejos del sentido bíblico de la palabra. En el sentido bíblico, el hombre espiritual es el que ha sido engendrado de nuevo, y que no tiene sólo una parte de la naturaleza sino toda ella transformada por la acción sobrenatural del Espíritu de Dios.

Creo, pues, que la división tripartita del hombre en cuerpo, alma y espíritu no está de acuerdo con el significado genuino de ese gran pasaje de los capítulos segundo y tercero de lo a los Corintios. Pero ¿no hay otros pasajes de la Biblia que parecen favorecer esa división tripartita?

Me parece que el único pasaje al que se puede recurrir con una cierta verosimilitud de que sugiere dicha división se halla en 1 Ts. 5:23, en el que Pablo pide que el espíritu, alma y cuerpo de sus lectores se mantengan íntegros y sin tacha cuando aparezca nuestro Señor Jesucristo. Pero sin dude que el pasaje no se puede utilizar pare desbancar la clara enseñanza de las demás cartas de Pablo y el recto de la Biblia. Parece claro que Pablo no hace más que usar una expresión más plena pare indicar la esperanza que time de que el ser todo de los tesalonicenses se mantenga de tal modo que se puedan presentar irreprochables cuando Cristo venga por segunda vez. Acumula palabras pare expresar una idea. Creo que podemos afirmar que si hubiera habido otras palabras además de "alma" y "espíritu" pare expresar esa idea, las hubiera empleado también.

Deberíamos rechazar con firmeza, por tanto, la idea de que la naturaleza del hombre según la Biblia se divide en cuerpo, alma y espíritu. Cuanto más reflexiono acerca de ello, tanto más me convenzo de que la idea de una naturaleza tripartita del hombre es un error grave. Es un error que muchos cristianos sinceros han defendido, y ha sido defendido con erudición y reverencia; y con todo sigue siendo un error grave.

Conduce a lo que se podría llamar idea de la presencia de Dios que llena una "habitación desocupada" en ,el hombre redimido ? a la noción de que antes de que el hombre se haga cristiano tiene la naturaleza en orden a excepción de una habitación que tiene vacía, la habitación que debería ser templo de Dios. Conduce, en otras palabras, a la noción de que lo que sucede cuando alguien se hace cristiano es simplemente que una parte de la naturaleza humana, la parte "espiritual", una parte antes descuidada, se desarrolla y se le da el lugar que debería siempre tener en la vida humana.

Esta idea ,no hace justicia a las enseñanzas de la Biblia. El verdadero estado de la naturaleza humana después de la caída del hombre no es que una parte de la misma ha quedado aislada o pueda alcanzar un crecimiento raquítico, sino que toda ella está corrompida. Lo que ocurre cuando alguien se convierte a la fe cristiana no es que Dios es entronizado en una parte de la naturaleza humana que antes se hallaba como una habitación vacía, sino que todo el hombre, corrupto antes por causa del pecado, es transformado por el poder regenerador del Espíritu de Dios.

Creo, pues, que deberíamos tener bien clara la idea de que la Biblia no distingue al espíritu humano del alma humana. No se puede dudar de que estas dos palabras designan lo mismo de dos maneras diferentes, y sería interesante estudiar la diferencia entre ellas; pero lo que importa observar es que designan la misma cosa. Son simplemente dos palabras diferentes para designar lo que en castellano llamamos ya alma del hombre ya espíritu del hombre, y que, a fin de evitar confusiones, de ahora en adelante llamaremos alma humana.

¿Qué hemos hecho en esta exposición ? ¿Nos hemos dedicado a sutilezas que nos han desviado de la sencillez de la Biblia? Por el contrario, creo que hemos eliminado las sutilezas con que la interpretación de la Biblia se ha visto a veces rodeada, a fin de volver a la verdadera sencillez de la Palabra de Dios, La Biblia ofrece una idea muy sencilla de la naturaleza del hombre. El hombre, según la Biblia, tiene cuerpo y también alma.

Creo que deberíamos volver a esa enseñanza simple de la Biblia.

Cuando volvemos a ella, estamos en condiciones de pensar en sus implicaciones. No distraídos ya más con ningún intento de distinguir el alma del hombre del espíritu del hombre, podemos pasar a contemplar el gran misterio que la Biblia designa con esas dos palabras.

Ese misterio lo proclama la Biblia cuando nos dice que Dios hizo al hombre a imagen suya. "Y creó Dios al hombre a su imagen," dice la Biblia, "a imagen de Dios lo creó; varón y hembra los creó."

La "imagen de Dios" no se puede referir al cuerpo del hombre porque Dios es espíritu; se debe referir por tanto al alma del hombre. El alma del hombre ha sido hecha a imagen o semejanza de Dios.

Pero ¿qué hubo en el alma del hombre, cuando fue creado, que fuera semejante a Dios? Un elemento importante en esa semejanza ya ha sido mencionado. Dios es persona, o, mejor, tres personas en un solo Dios y el hombre es persona . En esto el hombre es semejante a Dios.

¡Qué misterio tan estupendo es esto! Aquí tenemos al hombre, criatura finita, salido de la mano creadora de Dios, y que anda por la tierra con un cuerpo hecho del polvo de la tierra. Y con todo, este ser, tan insignificante como pueda parecer a primera vista, posee el don extraño yterrible de la libertad personal, y es capaz de gozar una relación personal con el Dios infinito y eterno. Esto quiere sin duda decir la Biblia cuando afirma que Dios creó al hombre a su imagen.

¿Pero significa sólo esto?

Algunos así lo han afirmado. Han dicho que la imagen de Dios en el hombre significa no que el hombre fue creado en modo alguno como persona igual a la de Dios, sino simple y solamente que es persona. No implica, dicen tales personas, ninguna semejanza moral entre el hombre como creado y Dios.

Los que esto afirman se dividen en dos clases.

En primer lugar, hay quienes han dicho que el hombre antes de caer en el pecada era un ser neutral respecto al bien y al mal. Era hombre, y esto era todo. No era ni bueno ni malo, y a él le correspondió decidir ser bueno o malo. Nada había decidido entre el bien y el mal. Si hubiera decidido algo bueno se hubiera vuelto bueno y si hubiera decidido algo malo, malo; pero tal como Dios lo creó no era ni una cosa ni otra. Era como Dios simplemente porque tenía libertad personal; y la libertad personal, y no la bondad, es lo que la Biblia quiere decir con imagen de Dios.

Esta opinión implica un error mortífero. Implica el error mortal en cuanto que considera la voluntad del hombre como algo que oscila en una especie de vacío que no se puede llamar ni bueno ni malo porque la persona lo sea. La Biblia no contiene tal idea. La Biblia dice : "De la abundancia del corazón habla la boca," y: "No puede el buen árbol dar malos frutos, ni el árbol malo dar frutos buenos." Según la Biblia las acciones buenas proceden de la persona buena y las acciones malas de la persona mala; según la Biblia, la bondad y la maldad no es algo que simplemente pertenece a acciones conscientes individuales sino que también pertenece a algo que es mucho más hondo que las acciones individuales. Si somos fieles a la Biblia, no podemos en modo alguno hablar de alguien que no es ni bueno ni malo; no podemos hablar de alguien que es moralmente neutral, cuya calidad moral depende sólo de acciones futuras suyas, que es buena sólo en cuanto cada una de sus acciones concretas lo son y malo sólo en cuanto son malas. Deberíamos descartar en forma total toda esa idea.

Otros teólogos han sostenido una idea parecida a la que acabamos de exponer, pero se han esforzado en evitar algunas de las implicaciones más obvias que contiene.

Dicen que el hombre fue creado moralmente neutral. Con esto afirman algo muy semejante a la idea que acabamos de exponer. La imagen de Dios según la cual dice la Biblia que el hombre fue creado significa, dicen estos teólogos, sólo libertad personal, no bondad. Pero luego, prosiguen, Dios dio de una vez a1 hombre ? aparte de la creación ? un don sobrenatural de bondad, que fue necesario para asegurar la armonía en sus apetitos. Cuando el hombre cayó al pecar contra Dios, lo que sucedió fue simplemente que ese don sobrenatural y agregado de la bondad se perdió, pero la imagen de Dios, que consistía tan sólo en la naturaleza del hombre como persona libre, permaneció intacta.

Esta idea también es completamente errónea. Implica una visión muy superficial del pecado, y es del todo opuesta a la enseñanza de la Palabra de Dios.

No, cuando la Biblia nos dice que el hombre fue creado a imagen de Dios, quiere decir algo más de que el hombre recibió libertad personal.

Esta libertad es, desde luego, un elemento necesario en lo que la Biblia quiere decir por imagen de Dios; pero no es todo lo que la Biblia quiere decir. La Biblia quiere decir también que el hombre fue creado como semejante a Dios en cuanto que era bueno. No fue creado moralmente neutral ? en realidad la noción misma de una persona moralmente neutra es una monstruosidad ? sino que su naturaleza fue positivamente dirigida hacia lo bueno y opuesta a lo malo. La bondad no fue algo accidental, algo que le fue dado después de haber sido creado; sino que fue algo que formó parte de su naturaleza en el mismo acto creador de la mano de Dios. Acerca del hombre al igual que acerca del resto de la creación la Biblia dice : "Y vio Dios todo lo que había hecho, y he aquí que era bueno en gran manera."

Con todo el hombre cayó. ¡ Qué caída tan grande fue! No fue simplemente la pérdida de un don que no formaba parte del ser original del hombre, sino que fue la pérdida de algo que desde el principio perteneció a la imagen misma de Dios en el hombre. ¡Qué tristemente desfigurada quedó la imagen de Dios! De esto hablaremos en la charla siguiente.

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